Enrique Cruz (h) - (Enviado Especial a San Salvador de Jujuy)
Son casi las 11 de la noche del domingo. Uno trata de echar un vistazo hacia atrás para repasar momentos. Desde la increíble convocatoria que tuvo Unión, desbordando cualquier presunción optimista, hasta el propio partido. Ya es todo anécdota. El éxodo tatengue, los 90 minutos, la expulsión de Gugnali y de Mosset, el llanto de los jugadores en el vestuario, la despedida con aplausos de la gente. Todo es anécdota.
Muchos dirán que no hay que pensar en que Unión dejó pasar una oportunidad. La realidad indica que no hay nada de qué arrepentirse. Ni los jugadores, ni el técnico ni tampoco los dirigentes; y mucho menos la gente. Se dio todo. Y si no alcanzó fue por la sencilla razón de que posiblemente no hubo para más.
¿Se le podrá reprochar a Marquitos Flores que no jugó bien, cuando, a fuerza de ser sinceros, dejó todo en la cancha?, ¿o a la "Chancha" Zárate, que jugó en inferioridad física los dos partidos pero no se los iba a perder por nada del mundo?, ¿o al "Coqui" Torres, que demostró ser uno de los mejores carrileros de la categoría?, ¿o al "Turquito" Assef, que no tomó la mejor decisión en la jugada del gol de Carranza en el partido de ida en Santa Fe, cuando varios puntos se ganaron gracias a él? No es momento, ni tampoco hay demasiado lugar para el reproche. Ni a los jugadores, ni a un Gugnali que hablaba masticando la bronca y haciendo mucha fuerza para no largarse a llorar cuando enfrentaba a los periodistas después del partido, ni tampoco a los dirigentes, que en el primer año de gestión generaron la mayor y única alegría que tuvo Unión desde el 2003 a esta parte.
Gugnali quería que el partido llegase 0 a 0 a los 25 minutos del segundo tiempo. Y casi lo logra. Claro que Gimnasia metió el gol un minuto antes de ese momento donde, según el técnico, podría empezar a crearse un ambiente complicado para Gimnasia por la propia presión y ansiedad de su gente. Y cuando Arraya marcó el gol, interiormente, todos supimos que Unión no lo iba a poder dar vuelta. No había ideas. Unión lo jugaba "a la carga barraca", con pelotazos al área de Gimnasia que terminaban en las manos firmes de Nereo o en la cabeza de "Pipo" o de Loeschbor. No había fútbol en el medio, ni creación, ni movilidad ni tampoco una idea que se cayera. Lo jugaba con mucho ímpetu Unión, dejando todo. Había un claro juramento de no regalar esta posibilidad que el fútbol le daba a este grupo de jugadores inexpertos en su gran mayoría y con deseos de gloria. Asumieron ese compromiso metiendo y poniendo, haciendo gala de la exigencia del hincha, que pide "huevo", pero sin aportar la otra parte, la del juego.
A las finales hay que ganarlas, pero sin algo de fútbol no se pueden ganar. Y Unión no tuvo nada de eso. En un partido apretado en todo, impreciso, nervioso, mal jugado y con una cancha que no ayudaba, no aparecieron ni Marcos Flores ni el Coqui Torres para poner la pelota contra el piso. Entonces, el equipo dependió de los pelotazos que salían desde el fondo, de algunos centros que venían del lado de Zapata o de Fontana, y nada más. Era todo nervios, dientes apretados, absoluta falta de claridad para jugar. Y en ese terreno, el 0 a 0 era complicado y hasta parecía inamovible, salvo en aquella jugada que gestó Pieters y definió Arraya, justamente dos de los reemplazos ordenados por Labruna.
Es muy difícil ganar un partido tirando pelotazos, esperando el error del rival y generando una sola jugada de gol: la de Marcos Flores después de la proyección de Yacob. Es tirar una ficha apostando a un plano salvador. Máxime si se juega ante un equipo de Primera, por más que convengamos que no sacó Gimnasia las ventajas que un equipo de Primera suele o puede sacar sobre uno de la "B". No las sacó y es probable que no haya demasiadas tampoco. Pero es difícil que un equipo de Primera cometa errores por desconcentración. Y Unión apostó a eso, a un error del rival. Quizás no haya sido lo deseado o lo planificado. Pero así se lo vio: un equipo aguerrido, dispuesto a dejar todo en la cancha, a mostrar mucho amor propio, pero carente de algo esencial como el manejo de la pelota y la claridad para armar jugadas que compliquen la estructura defensiva del rival.
Estoy absolutamente convencido de dos cosas: 1) que todos debieron irse tranquilos de la cancha (jugadores, técnico, dirigentes y plantel); 2) que Unión tiene una base sólida para intentarlo en la temporada que viene. Hay un plantel que vale, una dirigencia que ha trabajado bien, esforzándose para empezar a ordenar una institución que moviliza mucho. Lo dijo el presidente: "Con la capacidad de convocatoria que tiene el hincha de Unión, no podemos tenerle miedo a la situación económica. Por eso insisto en que a Unión lo vamos a sacar todos adelante". Y no se equivoca Vega si ve a los 4.000 ó 5.000 (cifras oficiales de la policía jujeña) que llegaron a esta ciudad sin saber si iban a poder entrar a la cancha, ni tampoco se equivoca si le llega, desde Santa Fe, la noticia de que hubo más de 4.000 hinchas en el estadio cubierto siguiendo el partido por televisión, ni tampoco cuando el tesorero le informa que hoy Unión está orillando los 20.000 socios.
A veces, el éxito deportivo llega en forma impensada, casi sin proponérselo. Le pasó a Unión en el '96, porque convengamos que a nadie se le ocurrió que ese equipo podía llegar adonde llegó. Y si bien ahora se había armado algo lo suficientemente competitivo como para intentar el ascenso, también habrá que entender que el mundo ni las posibilidades de Unión empiezan y terminan con esta derrota en la Promoción frente al limitado equipo jujeño.
El orden institucional es prioritario; el apoyo de la gente, también. Y si a eso se le suma un buen plantel, las chances de éxito crecen. Unión está trabajando desde hace un tiempo en los tres frentes. Si a la solidez de las bases se le agrega un plantel consolidado y bien reforzado, no tengo dudas de que la revancha se tendrá dentro de un año y hasta sin la necesidad de recurrir a una Promoción.
Casi es la medianoche en Jujuy que ya duerme esperando la llegada del lunes. Sentado frente a la computadora en el lobby del hotel, todavía siguen llegando los tatengues que invadieron la natural tranquilidad de estas tierras durante todo el fin de semana. Hay un poco de todo. De bronca, de tristeza, de resignación. Todo es válido cuando del hincha se trata. El hincha siente y transmite esa sensación. Punto. Hoy, el hincha de Unión está mal. Durará un rato, unos días, un tiempo. Será hasta el próximo partido, hasta la próxima campaña, hasta que otra vez, como siempre, se renueve la expectativa y crezca la esperanza. De eso se nutre el hincha, de la ilusión. Nadie será menos hincha ni dejará de ir a la cancha porque Unión haya perdido con Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Al contrario. Se fortalecerá, mantendrá el mismo grado de amor y compromiso, y desde el 8 de agosto volverá a alentar al equipo, a sufrir, a gozar y a apoyar. Como ayer, como hoy, como siempre.
GIMNASIA (J)1
UNIÓN0
Gimnasia de Jujuy: Nereo Fernández; Desvaux, Loeschbor y Acuña; Quinteros, Ramasco, Pérez Castro y Gómez; Miramontes; Carranza y Escalada. A.S.: Valdiviezo. Estuvieron en el banco: Montero, Iuvalé y Luna.
D.T.: Omar Labruna.
Unión: Assef; Fontana, Mosset, Vera y Yacob; Zapata, Serrizuela, Jorge Torres y Marcos Flores; Pereyra y Zárate. A.S.: Pocjrnic. Estuvieron en el banco: Gold Betig, Pérez, Sartor, Urresti y Weiner.
D.T.: Claudio Gugnali.
Gol en el segundo tiempo: a los 24 m Arraya (GyE).
Cambios: en el segundo tiempo, al comenzar, Pieters (GyE) por Miramontes; a los 19 m Arraya (GyE) por Escalada; a los 23 m Márquez (U) por Flores y a los 26 m Mateo (GyE) por Carranza.
Incidencias: en el primer tiempo, a los 21 m fue expulsado Gugnali, técnico de Unión, por protestar. En el segundo tiempo, a los 33m fueron expulsados Quinteros (GyE) y Mosset (U).
Amonestados en Unión: Mosset y Zapata.
Cancha: Gimnasia.
Arbitro: Diego Abal.
El partido de ida no había sido bueno, pero hubo situaciones más claras que en el de ayer, al menos, favorables a Unión. En realidad, los tatengues tuvieron dos chances en el primer tiempo. Una fue la de Flores, que remató desviado desde una excelente posición, luego de una maniobra de Yacob, y la otra fue la de Pereyra, tras una pared que armaron con Zapata, pero el remate del delantero se fue muy lejos del arco de Nereo, quien, a diferencia del encuentro de ida, esta vez casi no tuvo trabajo.
Los jugadores de Unión, cuando Abal dio por concluido el partido, fueron a tirarle sus camisetas a la multitud que colmó el sector otorgado por Gimnasia. Los jugadores tatengues no sólo fueron ovacionados por la hinchada rojiblanca, sino que recibieron, además, el aplauso respetuoso de los hinchas jujeños, más allá de algunos cánticos y uno que otro proyectil que voló hacia el sector ocupado en forma multitudinaria por la hinchada de Unión.
El presidente de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, Raúl Ulloa, confirmó que el club hará uso de la opción por Héctor Desvaux, en tanto que no se refirió en forma terminante a Nereo Fernández.
Ambos jugadores pertenecen a Unión y Gimnasia tiene tiempo hasta hoy, 30 de junio, para hacer uso de la opción que, entre los dos, orilla los 500.000 dólares.
Se pudo saber, en forma extraoficial, que por Nereo Fernández estarían interesados los dos clubes rosarinos: Rosario Central y Newell's Old Boys. Por su parte, Desvaux está en los planes de Burruchaga, el flamante entrenador de Banfield y hacia donde partirá el santafesino Gustavo Nepote Äque estuvo en Jujuy viendo el partidoÄ para entrenar arqueros, luego de su paso por el Cuenca de Ecuador.
Otro de los jugadores sobre los que deber haber hoy una decisión, es Paulo Rosales. Talleres tiene la chance de quedarse con su pase, tras el pago de 450.000 dólares, pero hoy debe informar la decisión a la dirigencia rojiblanca.
Recordemos que Unión ya hizo uso de la opción por Zárate (compró el 100 por ciento en 350.000 dólares) y por Jorge Torres (compró el 70 por ciento del pase en 700.000 pesos), con dinero que fue aportado por el presidente Vega y "un grupo de unionistas que lo único que reclamaremos en su momento será la devolución del dinero cuando el club pueda vender a estos jugadores", dijo el presidente.