Fue la despedida de Marcelo Casabianca como presidente...

Hace 40 años, Unión volvía a la “A” con “Pichón”, Marito y el “Loco”

Los Zanabria, el “Fantasma” Orlando Ruiz, Héctor Vitale, Mario Mendoza y Luis Sauco fueron algunos de los artífices de aquel equipo de Abbas que devolvió a Unión a la máxima categoría.

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Abbas fue el entrenador de ese plantel. Un buen tipo, pintoresco, que se hizo amigo de todos en Santa Fe y que le rezaba a San Cayetano para que le trajera suerte.

Foto: Archivo El Litoral

Tomás Rodríguez

(Especial para El Litoral)

El sábado 7 de diciembre de 1968 (mañana se cumplirán 40 años) quedará para siempre en la retina de los jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, socios y los hinchas de Unión, al lograr el derecho de actuar en Primera División por segunda vez, tras un paso rápido por Pimera “B” luego de descender del círculo superior afista el año anterior.

Los festejos fueron inenarrables dentro y fuera del campo de juego, tras derrotar categóricamente a Nueva Chicago, 3 a 0, por la novena fecha de los desquites del torneo de Reclasificación, y ubicarse quinto, con seis plazas para primera categoría de 1969.

Presidente de dos ascensos

Todo ello significó un premio especial para uno de los principales dirigentes del Club Atlético Unión de todos los tiempos: el Dr. Marcelo Casabianca, quien se alejó de la función directiva con buen suceso. Las dos veces que ascendió Unión hasta ese entonces (1966 y 1968) tenía como presidente al hijo de uno de los visionarios hombres que le dieron nacimiento a la tradicional institución, Néstor Casabianca.

“De la mano de Marcelo Casabianca, volvemos a la A”, cantaban los hinchas de Unión. Según El Litoral, con esta notable conquista, el presidente de Unión (cuatro hijos: Ruth del Carmen, Susana Noemí, Federico Néstor y Marcelo Vicente, estos últimos mellizos) se retiró exitosamente, a los 51 años, del Club Atlético Unión.

Felicitaciones de Colón

El jueves 5, tras una reunión de la comisión directiva, el club Colón, mediante un comunicado rubricado por su titular, Ítalo Pedro Giménez, expresó votos para que Unión lograra un empate o una victoria frente a Nueva Chicago, que significaría obtener el objetivo de ascender a Primera División.

Sencillamente, se trataba de otra época, cuando las relaciones entre las dos entidades resultaban cordiales. Los presidentes Casabianca y Giménez mostraban su amistad y lealtad, porque encaraban proyectos juntos en el seno de la AFA y defendían el lugar que Santa Fe se merecía en el fútbol argentino.

Casabianca fue garante de la propiedad que Ítalo Giménez alquilaba. Inclusive, luego de la muerte de Marcelo, sus hijos (Marcelito y Federico) continuaron prestándole esa garantía a Ítalo, quien hasta el último de sus días elogió y ponderó el gesto que tuvieron los Casabianca.

Era un pacto de caballeros que Marcelo e Ítalo se llevaron al cielo. Más allá de las banderías pasionales y de que cada uno tiraba para su propio club, la rivalidad era en la cancha y nada más: Marcelo Casabianca e Ítalo Giménez fueron dos hombres que supieron atravesar sus tiempos de presidente con gran pasión, desvelo por sus clubes, respeto por el rival y afecto personal.

Hinchas en el natatorio

Cuando el juez Juan Carlos Rodríguez dio el pitazo final, muchos hinchas ingresaron al campo de juego en busca de los trofeos preferidos: las camisetas de los futbolistas. Otros dieron la simbólica vuelta olímpica y los más enfervorizados llegaron hasta el natatorio, arrojándose a las aguas, como tributo y reconocimiento al esfuerzo y sacrificio de una temporada extensa que finalizó con el segundo ascenso de Unión.

Por otra parte, fueron interminables las caravanas por las principales arterias y, frente a la sede social de Av. López y Planes 3553, se vivieron momentos de alta temperatura. Además, se hicieron estallar decenas de bombas de estruendo en adhesión a la maravillosa conquista deportiva, lo que antiguamente se utilizaba en forma tradicional en los mitines y acontecimientos políticos.

Abbas, un técnico conservador

El director técnico José Guillermo Abbas fue uno de los principales gestores del segundo ascenso de Unión a Primera División. Fue convocado a poco de iniciarse el torneo de Reclasificación, cuando los resultados como visitantes habían sido desfavorables y no conocía el sabor dulce de la alegría como anfitrión.

El ex futbolista de Chacarita Juniors, tras el éxito deportivo, en un vestuario desbordante de alegría y ante la presencia de dirigentes como Marcelo Casabianca, Rubén Neme y Julio Baldi, anticipó que, con todo el respaldo que tiene, “Unión no sufrirá más las consecuencias del descenso y por muchos años militará en Primera División”.

Notable campaña

Abbas llegó a ser el conductor técnico de Unión en el Reclasificación, tras dos empates de local (Almagro y Quilmes) y un par de caídas catastróficas de visita (Ferro Carril Oeste 6-0 y Platense 5-1) que determinaron el alejamiento de Pedro Mansilla. Justo José “Pato” Rossi se hizo cargo hasta su designación y pasó a ser asistente del adiestrador que posibilitó el ascenso.

El flamante técnico “tatengue” comenzó a trabajar en la segunda rueda, en los primeros días de octubre, con una campaña llamativa, luciendo la condición de invicto, obteniendo tres victorias (F. C. Oeste 1-0, Gimnasia y Esgrima de La Plata 4-0 y Nueva Chicago 3-0), además de seis empates (cinco de ellos 0-0).

Anticipó que para la siguiente temporada solamente pretendía dos incorporaciones: Juan Carlos Díaz, defensor lateral derecho de Racing Club, y Horacio Oscar Morales, volante central de Nueva Chicago.


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El “Loco” Mendoza, personaje y gran jugador. Tremendamente habilidoso, triunfó luego en Argentina y en Europa.

Foto: Luis Cetraro

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Ramón Zanabria consiguió uno de los ascensos con Unión en 1968. El otro fue en 1974, en aquella final en Campana.

Foto: Eduardo Salva

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EN cifras

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Posición en el torneo

En la parte clasificatoria de la B, antes del Reclasificación, Almagro fue primero; Chicago, segundo, y Unión compartió el tercer lugar con Deportivo Morón y Arsenal.

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SÍNTESIS

Unión 3

Nueva Chicago 0

Unión: Juan Pablo Garzón: Angel Enrique Cabrol, Hugo Francisco Figueroa, Luis Sauco Borges y Luis Vicente Casal; Inocencio Luis Dusso, Juan Carlos Lapalma, Mario Nicasio Zanabria y Héctor Vitale; Orlando Ruiz y Mario Rubén Mendoza. AS: Héctor Jorge Cordero. DT: José Guillermo Abbas.

Chicago: Carlos Alberto Lugano; Luis Salvador Raspo, Alberto Urrutia, Jorge García y Jorge Nicieza; Pantaleón Salvatti, Horacio Oscar Morales y Osvaldo Barrera; Marcial Camposano, Carlos Arnone y Guillermo Quiroga. A.S.: Alday. DT: Juan Manuel Guerra.

Goles: a los 49 y 68 min, Figueroa (U), ambos de penal, y a los 53 min, Vitale (U).

Cancha: Unión.

Árbitro: Juan Carlos Rodríguez.

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(Viene de página 6)

Manifestó que “existía buen material y comenzó a armar el rompecabezas desde atrás hacia adelante, teniendo en cuenta la seguridad del arquero santiagueño Juan Pablo Garzón y una línea de cuatro eficaz, con la experiencia de “Bartolo” Figueroa y del uruguayo Sauco Borges”, este último, un gran emblema tatengue.

Eufórico explicaba Abbas a la prensa que el juego de Unión se basaba en la defensa con fuerza, garra y voluntad y, además, dominaba con criterio el balón en la mitad de la cancha, donde “a la mayor ventaja la teníamos con la zurda mágica del pibe Mario Nicasio Zanabria (el chico del barrio Quilmes, que se formó en Unión junto a sus hermanos Rodolfo “Fito’ y Ramón), además de la calidad indiscutida del tesonero Juan Carlos Lapalma, y Héctor “Pichón’ Vitale”.

Las genialidades del “Loco”

Puntualizaba el adiestrador : “A este equipo le hace falta un trabajo de tiempo, porque posee grandes individualidades como los volantes y un delantero de la capacidad de (Mario Rubén) Mendoza, un loquito demasiado rápido que puede enloquecer a sus rivales con su zurda y la cintura para inventar las gambetas”.

Adelantó Abbas que “Unión tiene en la gatera un delantero central rubio, grandote. Se llama Néstor Scotta. Los dirigentes me dijeron que vino de la ciudad de San Justo, posee una fuerza, una polenta bárbara; cuando se tranquilice, adquiera experiencia y madurez, puede ser un gran goleador”, aseveró el técnico.

“Si toda la familia de Unión trabaja como esta temporada, seguramente no sufrirá más el dolor de un descenso y se mantendrá por muchos años en la primera categoría del fútbol argentino”, sentenció el hombre responsable, que detrás de la línea de cal llevó a la popular entidad santafesina por segunda vez al círculo privilegiado afista.

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Lapalma recién asomaba al fútbol grande, antes de irse a Buenos Aires y triunfar en Vélez.

Foto: Archivo El Litoral

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Garzón, con la pelota en sus manos, y el Negro Sauco, otro que tiene dos ascensos con Unión, apoyándolo.

Foto: Archivo El Litoral

Almagro salió primero pero no ascendió

Reclasificación: un torneo raro

El segundo ascenso de Unión a Primera División aconteció en 1968, acompañado por Deportivo Morón, entidad del oeste del Gran Buenos Aires, presidida por el contador santafesino Virgilio Machado Ramos, de larga y fecunda trayectoria en esa institución.

El profesional fue un exitoso empresario (había estado vinculado a Colón) y trabajó en Deportivo Morón hasta su fallecimiento en 1993 (por su propia voluntad y deseo, las cenizas se esparcieron en el campo de juego), aunque nunca se olvidó de Santa Fe y del barrio Centenario, su lugar de nacimiento.

Una nueva modificación se introdujo en el certamen de Primera División “B” de esa temporada, hace cuatro décadas; se jugó en una sola rueda y los cuatro primeros (Almagro, Nueva Chicago, Unión y Deportivo Morón) pasaron al torneo Reclasificación.

Almagro, pese a ganar esa competencia, no ascendió (el año anterior le había ocurrido otro tanto a Defensores de Belgrano) y, en cambio, ese beneficio les fue otorgado a Unión y Deportivo Morón, ubicados quinto y sexto, que obtuvieron dicho derecho en el torneo de Reclasificación.

Mantuvieron su lugar en la categoría máxima cuatro conjuntos de primera división que participaron en ese certamen: Quilmes Athletic Club (23 unidades), Atlanta (22 puntos), Gimnasia y Esgrima de La Plata (21) y Platense 20), descendiendo a Primera “B” los equipos de F. C. Oeste (17) y Tigre (12).

Previamente, habían seguido el mismo camino, perdiendo la categoría y debiendo militar en tercera división en 1969, tres equipos: Deportivo Italiano, Sarmiento de Junín y Villa Dálmine.

La nota significativa fue la del goleador Luis Díaz de los azurros, con 13 anotaciones, teniendo Deportivo Italiano la cuarta delantera más positiva (31) y la defensa más vulnerada (40), debiendo actuar el año siguiente en Primera “C”, la tercera categoría del balompié nacional.

Cabe consignar que quedó evidenciado que los dirigentes legislaban sin estudiar las competencias, a las que concurría cada vez menos público, siendo el de 1968 un campeonato de inconcebible programación.

En Almagro (fundado el 6 de enero de 1911) actuaron en el certamen de Primera “B” de 1968, entre otros futbolistas, Carlos Alberto Machao, Rodolfo Chazarreta, José Andrés Solari, Ramiro Pérez y Delio Onnis, respectivamente.

Cabe consignar que tuvo entre los dirigentes y personalidades más destacados a Raúl H. Colombo, quien fuera presidente de la AFA entre 1956-1963, y al dirigente desarrollista Dr. Arturo Frondizi.

Debe recordarse que el “Zorzal Criollo”, Carlos Gardel, era hincha de Racing Club, pero simpatizaba con Almagro, por eso cantaba con tanto amor y pasión el tango homónimo desde 1930, cuya letra pertenece a Iván Diez y la música a Vicente San Lorenzo.

Frondizi resultó ser el único jefe de Estado argentino (1958-1962, derrocado por el golpe antidemocrático encabezado por un grupo de militares, civiles y el presidente provisional del Senado, José María Guido) que fue federado y defendió la divisa tricolor del barrio porteño de Almagro. Esta institución había ascendido por primera vez en 1938.

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“Pichón” Vitale... Un día hizo un gol apilando jugadores desde la techada hasta el arco de las Bombas. Foto: Archivo El Litoral

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Mario Zanabria, un tipazo que tenía una zurda magistral. Nació en Unión, triunfó en Newell’s y en Boca.

Foto: Flavio Raina

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El Litoral, en su edición del día posterior a la consagración.

Foto: José Vittori

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EL DATO

Nelson Flores.

Si bien Unión tenía muy buenos jugadores en aquellos tiempos, el goleador de ese torneo fue Nelson Flores, uno con menos chapa que varios de los que se desempeñaban en el club de la avenida, con 9 conquistas. Luego, se ubicaron “Pichón” Vitale y el “Fantasma” Ruiz, con 7 y 6 goles, respectivamente. El goleador general de ese Reclasificación fue Luis Díaz, de Deportivo Italiano, que marcó 13 goles, seguido por Alberto Villar, de Arsenal, con 11; Oscar López (Morón), Héctor Llorente (Argentino de Quilmes) y Delio Onnis (Almagro), con 10.

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EL DATO

Posiciones

Éstas fueron las de aquel Reclasificatorio que le dio el ascenso a Unión en 1968: Quilmes, 23; Atlanta, 22 puntos; Gimnasia y Esgrima La Plata, 21; Platense, Unión y Deportivo Morón, 20; Ferro Carril Oeste, 17; Nueva Chicago, 14; Almagro y Tigre, 12.