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Para pisar fuerte este invierno

Para pisar fuerte este invierno

Dejaron su huella a lo largo de la historia sufriendo numerosas metamorfosis. Desde las clásicas botinetas de Mary Poppins, se acortaron, se alargaron, se ensancharon y se adhirieron a las piernas según el largo de los vestidos.

El reinado de la bota como pieza clave del atuendo femenino alcanzó su apogeo en la primera mitad del siglo XX, pero viejas civilizaciones, como los asirios, los sumerios, los persas y los griegos las usaron antes que nadie. En tanto, Perrault eternizó su personaje El gato con botas, Mary Poppins las inmortalizó en vuelo y Charles Chaplin, en “La fiebre del oro”, decide comérselas para suavizar el hambre.

La Europa del siglo XIX vio nacer el prototipo que hoy hace furor en las vidrieras: las botinetas (llamadas así porque apenas pasaban el tobillo) de cuero combinado con satén, con cordones o con botoncitos de madreperla cosidos en la capellada y taco carretel.

Todo comenzó con la Revolución Francesa, cuando las mujeres quisieron demostrar que eran ciudadanas libres de lo que había sido un sistema opresor. Comenzaron a vestir ropa masculina, trajes, camisas con cuello, peinados planos, sombreros de fieltro negro y ¡borceguíes! Eran de cuero negro o combinado con tela y apliques y en la mayoría de los casos se enlazaban en los laterales. Las más elegantes eran de cachemir o satén, abrochadas con botoncitos de azabache.

Más tarde, en 1890, empiezan los primeros experimentos para teñir el cuero. En París se dio a conocer una moda de botas acordonadas rojas y amarillos que fue un fracaso. Por el contrario, los modelos ajustados, como el corset, seguían siendo los preferidos.

Hacia fin de siglo, con el boom de los deportes, renacen las botas de montar femeninas que ya usaba la reina fashionista María Antonieta debajo de sus larguísimos vestidos para ocultarlas.

El ocaso de las botas

Con la Primera Guerra mundial llego la moda racionamiento y con ella la limitación del cuero. Fue el declive de las botas, además en la década del 20 con el auge del charleston, las mujeres muestran los tobillos sin culpa y no tuvieron ninguna intención de volver a cubrirlos.

Recién en 1945 el doctor Martens inventó una bota con suela de goma para dar comodidad al pie. La novedad invade la moda de posguerra, con trajes de dos piezas despojados y diseñados en serie. En los años sesenta fueron recuperadas por los skinheads, como el mejor accesorio “para dar patadas”.

El resto de lo modelos, de cuero combinado con telas de colores, seguían siendo abotonadas o con lazos cortas y con taco.

Yves Saint Laurent, en 1955, crea el vestido trapecio para lucir con botas muy cortas, de gamuza o cuero en general negro o chocolate-, con tacos muy altos y con apliques de moños o botones discretísimos. En algunos casos se doblan en el borde con una terminación de raso, que les aporta un toque de modernidad. También aparecen las botas desmontables que conjugan la elegancia y practicidad que impone la época.

Hacia 1964, en el contexto de una era de total libertad en la moda, al ritmo de Los Beatles, Mary Quant propone botas para acompañar durante décadas a la polémica minifalda.

En este contexto todo vale: a media pierna y de colores, bajo la rodilla, atadas atrás y hasta charoladas de cabritilla color huevo.

Courréges decide imponer, principalmente, las botas blancas y las introduce en sus equipos geométricos.

El shock de los setenta

Para el año 1970, en la Argentina, Susana Giménez impone su shock de botas altísimas. Como el contraste se apodera de la época, toman vida modelos novedosos: cañas pegadas a las piernas con cierre a los laterales o fabricados con telas elastizadas.

El apogeo de las plataformas llega en 1973, aunque fueron inventadas por Cocó Chanel en 1940. Al mismo tiempo que asumieron alturas de vértigo en materiales como el corcho o forradas, aumentaría el número de visitas médicas por roturas de pie.

Los diseños son muy libres: con o sin cierre, reptil, charol o sintéticos, en todos los colores imaginables. Se usan con mini-shorts y patas de elefante. Recién cuando termina la década, los tacos bajan de altura, reaparecen las suelas de goma y se afinan las puntas.

Las décadas eclécticas

Por su parte, los ochenta fueron una época de contrastes donde la estética punk, del western y el flúor dieron el batacazo. Así, tul y vestidos vaporosos conviven con el cuero y las tachas y le dicen adiós a las botas ceñidas. Toman protagonismo las de montar unisex rígidas y rectas-, y los botines acordonados tipo borceguí.

Las botas texanas hacen furor en los 90, con camperas y chalecos de gamuza o nobuk, con o sin flecos.

Durante el invierno europeo del 93, Kart Lagerfeld para Chanel impone el borceguí tanto para el día como la noche, para estar elegantes y cómodas.

Por su parte, el talentoso diseñador canadiense Patrick Cox hizo gala de su talento desarrollando una línea de calzado para Vivienne Westwood, en la que se destacaban los modelos de plataforma dorada con lazos grandes. También asombró por su creativo uso de tejido de malla, galón de seda y crucifijos en líneas clásicas de zapatos para ellas. Su modelo Wannabe en 1993 (plano y de taco superpuesto) fue aceptado por hombres y mujeres al mismo tiempo. ¡Un pionero!

Las botas siguen vigentes en las necesidades de la moda aunque pasaron siglos desde su creación. Un paseo por su evolución nos develará cómo son las botas de hoy. TEXTOS. GEORGINA LACUBE.

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Botas del siglo XXI

Está confirmado: las botas son el must del invierno 2009 con modelos que priorizan el confort, la innovación y la versatilidad, condiciones requeridas por la mujer moderna y activa.

Josefina Pagani, experta en diseño de calzados de nuestro país, y dueña de la marca María Josefa Shoes (www.mariajosefashoes.com), nos cuenta qué requisitos debe reunir una buena bota y cómo hay que llevarlas.

- Si es un modelo con taco, hay que asegurarse de que éste sea consistente para evitar quiebres. El ideal es el taco columna, ya que -al estar pegado a la suela- no hay riesgo de que se despegue o se abra. En cambio, en una bota baja (de 3 centímetros de alto) valen los tacos anchos. Si es cónico, mucho mejor.

- En cuanto a los materiales, siempre es mejor optar por el cuero legítimo. Ahora existen versiones flexibles que contribuyen al confort del pie. Especiales para mujeres dinámicas, para usar encima de chupines o pantalones angostos, y para un día de campo.

- La horma de una bota debe tener el talón continuado y se imponen con puntas redondeadas. Las puntas cuadradas o tipo stilettos están out.

- Esta temporada se llevan con tachas y flecos, en cuero lavado, y quedan muy bien sobre medias de algodón opacas (gris, verde oscuro, negro y azul).

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