En el interminable Mineirao de Belo Horizonte rugió fuerte el “León” y levantó la Copa Libertadores 2009
Estudiantes dio la vuelta olímpica más “gigante”
En el interminable Mineirao de Belo Horizonte rugió fuerte el “León” y levantó la Copa Libertadores 2009
Estudiantes dio la vuelta olímpica más “gigante”
El Pincha se consagró campeón del torneo internacional en el enorme campo de juego del Cruzeiro, que especuló demasiado con las dimensiones del terreno. Fue 2 a 1 con tantos de Fernández y Boselli, tras estar en desventaja por tanto de Henrique.
Redacción de El Litoral
Télam
Estudiantes de La Plata volvió a hacer historia al vencer anoche a Cruzeiro, en Belo Horizonte, por 2 a 1 y de esta manera se consagró campeón de la edición 2009 de la Copa Libertadores de América.
Henrique puso en ventaja a los brasileños pero Gastón Fernández y Mauro Boselli, todo en el segundo tiempo, marcaron los goles para que Estudiantes sea el campeón. Estudiantes logró su cuarta Copa Libertadores. Las tres anteriores las había ganado de la mano de Osvaldo Zubeldía en 1968, 1969 y 1970.
Cruzeiro y Estudiantes protagonizaron una típica final de Copa Libertadores, luchando más que jugando y eso al final favoreció a Estudiantes, que tuvo más inteligencia.
Con todo
Estudiantes salió a jugar el partido con una idea clara, la de pelear cada pelota como si fuera la última en todos los sectores del enorme campo del estadio Mineirao y mostrándose sin titubear.
Por eso, al minuto de juego Christian Cellay salió a matar o morir trabando una pelota con Wagner, a quien le dejó una marca de por vida en el tobillo y ahí quedó claro cuál sería la postura del equipo argentino.
Con la firmeza de los laterales Cellay y Germán Ré, la fuerza de arriba que muestra siempre Rolando Schiavi, la categoría de Juan Sebastián Verón y la movilidad de los dos delanteros, Estudiantes complicó el trabajo de Cruzeiro, que en el primer tiempo se mostró muy incómodo en el partido.
A esa valentía pincharrata para luchar y pelear le faltó audacia y decisión en ofensiva, porque las pocas veces que la tuvo la posibilidad de pararse en campo lastimó a Cruzeiro, pero fueron las pocas las oportunidades en las que se atrevió.
Las dimensiones de la cancha con el correr de los minutos comenzaron a conspirar contra Estudiantes, porque en esa “estancia”, como llamó al campo de juego del estadio Mineirao alguna vez Alfio Basile, es casi imposible cubrir todos los espacios, por más que todos defiendan.
Entonces, cuando las piernas de los argentinos comenzaron a flaquear la historia comenzó a complicarse: Ramires y Wagner, con espacios, empezaron a generar juego para Kléber y Wellington Paulista, y así Estudiantes tuvo que sufrir un poco.
Pese a la poca ambición ofensiva de Estudiantes, cuando los brasileños eran una invitación para ser atacados, los argentinos en la primera etapa tuvieron tres chances claras de gol, pero Boselli desaprovechó dos y en la restante no llegó Enzo Pérez.
En los minutos finales del primer tiempo, los dirigidos por Sabella se dieron cuenta que atacar era un buen negocio, que Cruzeiro se mostraba nervioso y se plantó en campo contrario, algo que provocó que no sufriera más en su arco y generara peligro en el contrario, para irse al descanso mejor parado en esta final de Copa Libertadores.
Lo dio vuelta
El inicio del segundo tiempo encontró a un Cruzeiro más decidido y a un Estudiantes esperando el error del rival, otra vez con Verón demostrando su amor por la camiseta pero olvidándose de su amor por el juego.
Los brasileños de tanto ir, pese a sus errores y su ceguera a la hora de atacar, tuvieron su premio a los 6 minutos gracias a un remate desde fuera del área de Henrique, que se desvió en Desábato y así Cruzeiro marcó el primer gol del partido.
A partir de la ventaja, el elenco local se agrandó y comenzó a florearse, tocando, rotando, generando riesgo y asumiendo el rol protagónico que le costó tomar en el resto del partido.
Pero llegó la primera sorpresa de la noche, porque Verón jugó en vez de luchar, habilitando de manera magistral a Cellay, quien envió un centro para que la “Gata” Fernández sin arquero estableciera la igualdad.
A partir del gol cambió el partido, porque Estudiantes se agrandó, Cruzeiro se convirtió en un manojo de nervios y entonces el equipo argentino se adueñó de la pelota y de las acciones de peligro.
Enzo Pérez comenzó a marcar diferencias por derecha, Verón empezó a distribuir el juego y ya la pelota estaba más cerca del arquero Fábio que de Mariano Andújar. El correr de los minutos agrandó más a Estudiantes, la “Bruja” Verón siguió corriendo como si tuviera 20 años y jugando ahora con la inteligencia de sus 33 años, para convertirse en el hombre de la noche.
Para que los nervios de todo el estadio, que a esa altura ya estaba mudo, llegó el gol de cabeza de Boselli, luego de un centro de Verón y ahí se congeló el Mineirao, menos donde estaban los casi cuatro mil hinchas de Estudiantes.
Cruzeiro buscó pero sólo tuvo una chance para igualar, a cinco del final, con un remate desde fuera del área de Thiago, que pegó en el travesaño. En los últimos minutos Cruzeiro buscó, pero chocó con su impotencia y Estudiantes se plantó firme atrás, dejó correr los minutos para gritar fuerte en Brasil que es el nuevo campeón de la Copa Libertadores.
“Somos la gloria”
Alejandro Sabella, el entrenador de Estudiantes de La Plata, señaló después de la victoria ante Cruzeiro, que le permitió ser campeón de la Copa Libertadores, que el plantel “pincharrata” alcanzó lo máximo.
“Somos la gloria”, dijo Sabella en un abrazo con los jugadores en el centro del campo del imponente estadio Mineirao.
“Le agradezco a los que me hicieron mejorar a lo largo de la vida: Daniel Passarella, Oscar Vázquez y muchos otros, no quiero seguir nombrando. Esto se logró por este grupo de jugadores y por la organización dirigencial”, sentenció quien fuera un hábil mediocampista, de ésos que por estos tiempos no abundan.
“La mística de este club muchas veces se dejó de lado y hace tiempo que Estudiantes juega dos torneos y algo pelea, siempre pelea”, agregó el DT.
En medio de los festejos, el técnico de Estudiantes tuvo un tiempo para hacer un comentario del partido de anoche.
“Lo primero que preocupa cuando un equipo está abajo es que uno se desordene, la verdad es que después del gol de ellos pasamos unos chubasquitos, pero cuando empatamos, algo que no esperaban, pudimos controlar el juego y ganarlo”, concluyó.
Decí “pincha”. Estudiantes se pone el traje de campeón de la Copa Libertadores, por cuarta vez en su historia. Es un lujo para el país que este club sea argentino.
Foto: EFE
Cierren la “Boselli”
El goleador de la copa y de Estudiantes volvió a decir presente en el Mineirao de Belo Horizonte. Mauro Boselli debió cambiar reproches por goles y lo hizo con creces.
Foto: EFE
/// SÍNTESIS
Cruzeiro 1
Estudiantes 2
Cruzeiro: Fabio; Jonathan, Leonardo Silva, Thiago Heleno y Gerson Magrao; Ramires, Henrique, Marquinhos Paraná y Wagner; Kléber y Wellington Paulista. D.T.: Adilson Batista.
Estudiantes: Mariano Andújar ; Christian Cellay, Rolando Schiavi, Leandro Desábato y Germán Ré; Enzo Pérez, Rodrigo Braña, Juan Verón y Leandro Benítez; Mauro Boselli y Gastón Fernández.
D.T.: Alejandro Sabella.
Goles: en el segundo tiempo, a los 6 min. Henrique (C); a los 11 min. Gastón Fernández (E) y a los 28 min. Boselli (E).
Cambios: en el segundo tiempo, a los 25 min. Athilson por Wagner (C); a los 29 min. Thiago Ribeiro por Wellington Paulista (C); a los 34 min. Juan Díaz por Benítez (E); a los 41 min. Matías Sánchez por Braña (E); a los 45 min. José Calderón por Gastón Fernández (E).
Estadio: Mineirao, de Belo Horizonte.
Árbitro: Carlos Chandía (Chile).
Boselli, el que más “pinchó”
El delantero Mauro Boselli, con ocho tantos y uno clave, como el convertido anoche ante Cruzeiro, se convirtió en el goleador de la Copa Libertadores y no ocultó su felicidad por los logros conseguidos.
“Vinimos a jugar a una cancha muy difícil y terminamos siendo los campeones, algo que es merecido porque Estudiantes la peleó desde el comienzo de la Copa Libertadores”, le dijo Verón a Télam una vez finalizado el partido. “Para mí, ser el goleador y haber marcado uno es algo soñado, la verdad es que todavía no lo puedo creer. Estoy muy orgulloso de este equipo”, agregó el ex Boca
Boselli se perdió un gol imposible en el primer tiempo y eso generó mucho malestar entre la gente de Estudiantes, pero Boselli, como todo en este semestre, pudo cambiar insultos por aplausos.
“Uno siempre quiere hacer goles pero a veces no se da, pero bueno, por suerte somos los campeones y esto es algo inolvidable”, concluyó el máximo anotador de esta edición de la Libertadores.
Se besa y se toca
Verón, el “alma” de Estudiantes de La Plata, acaricia el cetro más importante a nivel clubes de esta parte del continente. El “Pincha” ganó en Brasil a lo grande.
Foto: EFE
/// ADEMÁS
La fiesta interminable
Los jugadores de Estudiantes de La Plata armaron una gran fiesta en el vestuario visitante del estadio Mineirao, donde todos se acordaron de Marcos Angeleri y Agustín Alayes, así como del fallecido Edgardo Prátola.
“No me quiero olvidar de Marcos (Angeleri) de Agustín (Alayes). Ellos también deben estar festejando”, dijo el arquero Mariano Andújar, repitiendo lo que manifestaron todos los integrantes del plantel de Estudiantes.
El vestuario visitante de Estudiantes fue una fiesta, con bombos, gritos, celebraciones interminables, pero el momento emotivo se vivió cuando todos se pusieron remeras en homenaje al “Ruso” Prátola, quien falleció víctima de un cáncer. “Ahora somos tetracampeones”, gritaron hasta quedarse todos afónicos en un vacío estadio Mineirao, donde hubo tiempo sólo para celebrar.
“La verdad es que es una alegría enorme. Todavía no lo puedo creer. Para uno que es hincha esto es algo inolvidable”, sostuvo Leandro Benítez, quien después de mucho tiempo fue ovacionado por los hinchas de Estudiantes.
“Muchos nos habían dicho que siempre era bueno ganar de local pero bueno, la mística la volvemos a meter en estos partidos. Somos los merecidos y los justos campeones”, sentenció José Luis Calderón.
Otro de los que festejó en el vestuario fue el ex jugador pincha Carlos Salvador Bilardo, quien alejado de su trabajo en las selecciones nacionales por su mala relación con el técnico Diego Maradona, volvió a tener una alegría después de mucho tiempo.
“Estos muchachos todavía no se dieron cuenta de lo que lograron: entraron en la historia grande de Estudiantes”, dijo Bilardo, mientras los futbolistas le gritaban “ésta es la escuela del Narigón”.