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manuel troncoso.
Las voces porfiadamente vivas
En Recreo se asienta una comunidad de mocovíes que lucha por no dejar morir su lengua y su cultura originaria. Un pueblo que quiere mantener, a pesar de todo, el derecho a la autodeterminación lingüística.TEXTOS. SELENE IMSAND. FOTOS. AMANCIO ALEM.
“Me acuerdo que en la escuela el maestro hablaba de los indios como cosa del pasado, decía que en la conquista habían matado a esos seres malos, asesinos, casi animales. Yo, asustado, le pregunté a mi papá si nosotros éramos indios y él me dijo que no, que quedaba uno solo escondido en el monte del Chaco, pero nadie lo había visto en mucho tiempo. Yo me contenté con la respuesta aunque en el fondo sabía que era aborigen” recuerda, al hablar de su infancia, Antonio Gómez y no puede evitar que lo invadan una mezcla de emociones al acordarse de aquellos años de negación y ocultamiento. Antonio, como tantos otros indígenas, vivió durante muchos años negando su identidad y sus raíces, avergonzado de pertenecer a una etnia excluida y menospreciada, tratando de olvidar su idioma originario.
En los últimos años desaparece una lengua cada dos semanas en pos de un mundo globalizado. En Argentina hay más de 18 lenguas en peligro de extinción y las más vulnerables son, sin duda, las indígenas, prohibidas durante mucho tiempo en nombre del progreso y la civilización. Doblegadas por el español, perdieron cada vez más protagonismo y vitalidad entre sus hablantes, que ya no las transmiten generacionalmente y restringen su uso a ámbitos cada vez más reducidos.
En la ciudad de Recreo, a pocos kilómetros de la capital santafesina se asienta la comunidad mocoví “Com Caia”, un pueblo indígena que tomó iniciativas propias para el rescate cultural, convencidos de que dejar morir su lengua mocoví implicaba también enterrar su identidad y sus raíces ancestrales. “Yo le digo a mis hijos: no tengan vergüenza, no hay que tener vergüenza de ser nosotros mismos. Yo digo en voz alta que soy aborigen y que estamos vivos, aunque tantas veces nos quisieron matar” expresa a viva voz un anciano de la comunidad.
EL PROCESO DE NEGACIÓN
En un intento de aproximación a la cultura hegemónica y en el afán de obtener mejores condiciones de vida, muchos indígenas negaron su propia identidad. Luego de intensas persecuciones y matanzas a lo largo de la historia, varias generaciones de aborígenes prefirieron ocultar su condición étnica y lingüística, para brindar un futuro mejor a sus hijos. Sin embargo, siglos después, los indígenas siguen bajo una problemática común de la que no pueden escapar: la marginación, la exclusión y el estigma social. “Tratábamos de hablar lo menos posible en mocoví, para no equivocarnos, teníamos que expresarnos lo mejor posible en castellano, para no aparentar ser indios” rememora Manuel Troncoso.
La negación cultural fue tan poderosa que hasta provocaba una especie de autodiscriminación entre los mismos aborígenes: “cuando yo era joven negaba que era indígena a cualquiera que me preguntaba, y me dije a mi mismo que nunca iba a tener una novia indígena. En Santa Fe me puse de novio con una chica que creí que era criolla y nos casamos. Al tiempo sus hermanos se pelearon en mi casa y comenzaron a insultarse en mocoví. Me quedé helado y fui a preguntarle a mi mujer por qué me había ocultado su identidad; entonces ella me respondió que si yo entendía la lengua era porque yo también era indio y tampoco se lo había dicho” cuenta entre risas Gómez, hoy representante de la comunidad en la Organización de Comunidades Aborígenes de Santa Fe (OCASTAFE).
MARCAS DE IDENTIDAD
La lengua no es sólo un listado de palabras que se pueden traducir simplemente en todos los idiomas a través de una relación lineal. Es la transmisora de ideas, valores y sentidos, y define una particular cosmovisión del mundo. El hablante nativo de una lengua aprende a pensar y a sentir en esa lengua. Por ello en los idiomas aborígenes, hay conceptos que no son utilizados o directamente no existen, así como también tantos otros que adquieren sentidos distintos a los utilizados por el castellano.
Para los Mocovíes muchas de las palabras que emplean se involucran con una enseñanza o remiten a una leyenda o mito, y muchos términos están relacionados con la naturaleza a la que cuidan y respetan. Las estrellas son seres humanos, mujeres que habitan el cielo denominadas huaqajñi, seres poderosos que bajan a la tierra cuando hay peligro para el aborigen. Respecto a los eclipses de Sol, creen que la luna oscurecía al Sol, y el término para definirlo era napál chiguiñi. La palabra napalaxa significa obscuridad, pero por otro lado, la palabra napal designa al muerto, así como la partícula pal está asociada a la idea de borrar. A su vez la luna se llama shiraigo y también se utiliza para medir el tiempo, por lo cual el mismo término es empleado para designar al mes.
El término nayic designa la idea de camino, la senda que es el nexo de unión que permite transitar por el monte para conseguir los recursos necesarios para la supervivencia. Este tránsito se hacía posible por la celebración de pactos con las potencias no humanas que gobiernan el monte y que dieron origen a una serie de leyendas Mocovíes. Pero también se aplica el término nayic para describir un importante rasgo del cielo nocturno: la Vía Láctea, que para los Mocovíes tiene un rol muy importante y una función estructurante.
Por otra parte, hay muchos conceptos que no existían en la lengua aborigen y fueron introducidos a partir de la llegada de los españoles y de su interacción lingüística. “¿Cómo podía existir la palabra esclavo o libertad entre nosotros que vivíamos comunitariamente con un cacique espiritual que nos guiaba, pero en una sociedad de iguales?” dice Manuel.
RESCATE CULTURAL
“Cuando me di cuenta de que vivía una mentira dije: tengo que asumirme como aborigen, aceptarme como soy y recuperar mi lengua y todo lo que es nuestro” relata Antonio y trae a la memoria el feliz momento en que decidió asumirse como indígena sin vergüenzas.
Impulsados por las luchas y reivindicaciones generadas desde OCASTAFE, la comunidad de Recreo se preocupó especialmente por la creación de una escuela primaria bilingüe. En 1992 nació entonces la escuela nº 1338 “Khom Khaia” bajo la modalidad Intercultural Bilingüe (EIB). La idea originaria proponía una educación integral que contemplara especialmente el idioma y la cultura del pueblo mocoví, una educación basada en el respeto y la interacción cultural.
Sin embargo, el modelo de educación nacional implementa procesos de enseñanza y aprendizaje plasmados en un diseño curricular que no contemplan realmente contenidos ni metodologías propias de otra cultura y una vez más los aborígenes siguen postergados en materia educativa. Una de las grandes dificultades tiene que ver con el poco espacio real de la enseñanza del idioma y la cultura vernácula en la currícula escolar. Los niños tienen poca carga horaria de idioma y cultura mocoví, mientras que tienen por ejemplo, el doble de horas de idioma inglés. “Es tal la confusión de los chicos con los idiomas que un día le preguntamos a uno como se decía “Yo soy’ en mocoví y nos dijo “I am” cuenta una de las maestras no aborígenes del establecimiento.
Otro inconveniente tiene que ver con la falta de maestros bilingües capacitados. Actualmente en Recreo se desempeñan como maestros idóneos Antonio Gómez y Manuel Troncoso. Sin embargo, al dejar de hablar el idioma madre las generaciones más jóvenes, no tienen posibilidades de ser incorporados nuevos maestros.
El mayor problema para recuperar la lengua sigue siendo la resistencia social a aceptar las diferencias culturales. Las comunidades indígenas no quieren hablar de integración, que implicaría una homogenización o una asimilación a lo dominante; prefieren hablar de interculturalidad, un término que tiene que ver con el reconocimiento de la diversidad para construir una interacción de respeto por el otro.
LOS ECOS DEL SILENCIO
Pasaron más de 500 años del descubrimiento de América y hoy muchos siguen pensando como aquellos primeros colonizadores españoles que creían hacerles un favor a los indios que habitaban estas tierras, civilizándolos y enseñándoles a hablar. Inmersos en una sociedad que privilegia la homogenización cultural, las diferencias étnicas y lingüísticas no encuentran su espacio y en lugar de ser rasgos de identidad y orgullo, son marcas estigmatizantes.
Seca catca dice un anciano mocoví y quiere decir que no hay idioma, que se le perdió. En el medio queda un aire de angustia e impotencia, una continua sensación de sentirse ultrajado por la historia, que no puede dejar de reflejarse, en sus ojos cansados.
Caminando por las calles del barrio mocoví, sus habitantes sentados en las puertas de sus casas miran pasar el olvido. La historia les ha enseñado a tener miedo y a no creer, sin embargo hoy pretenden dar vuelta la página oficial, no quieren callar más, buscan sentirse nuevamente orgullosos de su lengua, de su piel y de su cultura ancestral.
alfredo salteño.
en plena tarea de cortar el pan para el comedor comunitario.
pedro coria.
verónica y noé.
TIERRAS ADJUDICADAS
Luego de un largo camino, la comunidad mocoví de Recreo “Com Caia”, el 28 de agosto del año pasado vivió un día histórico al recibir las tierras adjudicadas “con carácter de reparación histórica” por ley provincial 12086 de manos del gobernador Hermes Binner. El proceso pasó por distintas etapas y sorteó innumerables dificultades hasta concretarse de manera favorable. El terreno adjudicado fue el lote A San José de la ciudad de Recreo, conformado por 327 hectáreas. “Este es un día de gran felicidad para nuestro pueblo; después de tanto pelear y luchar hoy pudimos cumplir nuestro sueño”, declaró emocionado en el momento de la firma, el presidente de la comunidad Pedro Coria.
preparando la comida en el comedor comunitario.
MAESTROS BILINGÜES
Con la intención de rescatar y proyectar la cultura de los pueblos originarios, desde la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) se generó en el 2007 el Proyecto de Extensión “Fortalecimiento y proyección de experiencias de Educación Intercultural- Bilingüe (mocoví- castellano) para la construcción de redes comunitarias e institucionales que propicien el diálogo entre culturas”. El proyecto busca brindar herramientas para una formación docente de Educación Intercultural Bilingüe para recuperar la cultura, la lengua, la historia y la cosmovisión del pueblo mocoví como un modo de recuperar su identidad; como así también construir redes sociales en las que participen diferentes comunidades aborígenes, instituciones educativas y organizaciones sociales.
el primer edificio escolar.