A 55 años de un triste recuerdo sabalero...
Aquella “desconcertante” actuación
y derrota ante Sarmiento de Junín
La historia de ese fatídico encuentro en cancha de Colón, el día que los socios rompieron el carné.
A 55 años de un triste recuerdo sabalero...
Aquella “desconcertante” actuación
y derrota ante Sarmiento de Junín
La historia de ese fatídico encuentro en cancha de Colón, el día que los socios rompieron el carné.
Una de las formaciones que tuvo Colón en ese año 1954. De pie: el Chengo Canteli (DT), Gómez, Díaz, Poii, Robustelli, Ramírez y Rebecchi. Agachados: Ráccaro, Bozalla, Ricardi, Sánchez y Marángelo.
Foto: Archivo El Litoral
Tomás Rodríguez
(Especial para El Litoral)
Uno de los acontecimientos más tristes que vivió Santa Fe deportivo aconteció el 20 de noviembre de 1954 (el viernes de la semana pasada se cumplieron 55 años), cuando Colón, considerado el mejor equipo de la categoría, en una actuación desconcertante, con cuatro futbolistas que querían ganar y los restantes no pusieron voluntad e impidieron la victoria ante el novel Sarmiento de Junín, renunció a ascender a Primera División.
El “correntino” Eulalio Gómez, “Chiche” Rebecchi, Orlando Poi y Ernesto Ferreira demostraron su entereza y hombría de bien en el vestuario, a pesar de sus lágrimas, frente a la falta de lealtad y honestidad del resto del plantel, quienes —según las apreciaciones de la prensa y dirigentes— no pusieron la voluntad necesaria para ganar frente a un débil oponente.
Un campeonato anormal
Pablo A. Ramírez, quizás, el más importante investigador sobre la historia del fútbol argentino, aseguró que fue “un campeonato anormal”, revelando que “el de 1954 tuvo un desarrollo interesantísimo en la mayor parte de su transcurso. Cuando Colón parecía el probable campeón tras derrotar a Atlanta, que lo escoltaba, en Villa Crespo, sobrevino una inesperada declinación de los cuatro primeros (incluyendo a Unión y Argentinos Juniors), al propio tiempo que Estudiantes ganaba posiciones y se adjudicaba el título de manera poco ética”.
Esa competencia se jugó cuando el público acudía a los estadios en cantidades superlativas. En Primera B se lograron cifras nunca alcanzadas: 968.649 boletos vendidos, con un promedio excepcional de 3.164 por partido, además de los socios que no pagaban entradas; el acceso de mujeres y menores que sólo abonaban el seguro de vida.
Colón se adjudicó la primera rueda con 23 unidades, seguido de Unión, Talleres y Estudiantes. A medida que avanzaba la competencia era más sólida la actuación de Colón, seguido de Atlanta.
El sábado 23 de octubre, en Villa Crespo se midieron los dos mejores equipos del campeonato, Atlanta y Colón, ante más de 20 mil aficionados, la mitad procedente de Santa Fe, en una invasión de hinchas de un club del interior del país a Capital Federal sin precedentes para esa época. Un tren especial de la estación Central Norte del F.C. Gral. Manuel Belgrano partió repleto de aficionados y más de un centenar y medio de colectivos lo hicieron desde el bar Ghío (Urquiza y Rosario, hoy Lisandro de la Torre) y del Plus Ultra (Gral. López y bulevar Zavalla), además de la sede de Gral. López 2968.
El equipo rojinegro cortó una racha de siete victorias consecutivas de Atlanta (Los Andes 2-0, Dock Sud 2-1. All Boys 1-0, Unión 3-0, Defensores de Belgrano 3-0, Estudiantes 1-0 y Sarmiento 3-1), en el considerado “partido del campeonato”, sacando una diferencia de tres puntos a su derrotado, cuando la victoria valía dos unidades.
Se metió el gobernador
Parecía que el título llegaba a Santa Fe, cuando de pronto surgió lo imprevisible, como dos años atrás —cuando Gimnasia lograra el ascenso de la misma forma— apareció la figura del gobernador de Buenos Aires, Carlos Aloe (simpatizante de Racing), quien había afirmado mucho tiempo atrás que el campeón iba a ser Estudiantes, siguiéndolo a todas las canchas.
Para el partido frente a Sarmiento en el local hubo tres bajas: Ricardo “Mariscal” Ramírez, Román Quevedo, el capitán y Ráccaro.
Debido a la discreta campaña de Sarmiento, en los papeles parecía no ser un oponente de fuste. Los futbolistas del equipo dueño de casa tuvieron numerosas ocasiones para vencer la valla visitante, sin embargo, fallaban en el remate final o insólitamente, como Márangelo (ex Lanús) tras eludir al corpulento Tosta, con el arco vacío, se paró y envió un pase 20 metros hacia atrás donde H. Pérez, la tiró afuera, desatando la ira, hostilización, protestas y reacción de la multitud.
Árbitro sorprendido
Sarmiento anotó dos tantos en los únicos avances que realizó en 90 minutos. El segundo fue de Espinoza (jugó en Vélez, Boca y Ferro, máximo anotador de la categoría con 26 goles), quien remató a las manos de Díaz y éste, insólitamente, la dejó pasar, ante el asombro del árbitro inglés Bert Cross (dirigió 217 partidos de primera división en siete años), de notable jerarquía y respetado por los futbolistas, quien en toda su carrera profesional jamás presenció un acto de esa característica.
La labor de la policía y especialmente de la Guardia de Seguridad (Escuadrones) impidió, producto de la ira, impotencia y bronca por lo sucedido en la cancha, una golpiza, agresión o linchamiento de los futbolistas locales, que se burlaban del público. “La orden vino de Buenos Aires, el campeón debe ser el caballo del comisario, Estudiantes”, gritaba Riccardi, con un complicado pasado en Colón si se tiene en cuenta que cinco años más tarde integró también el equipo que descendió a primera “C”.
¿Qué dijo El Litoral?
El Litoral, el mismo domingo 20 de noviembre de 1954, titulaba en la crónica del encuentro con este sugestivo título: “El equipo rojinegro cumplió una desconcertante actuación”. Al propio tiempo, hacia referencia a que aproximadamente 800 aficionados en la zona de vestuarios, recriminaron a sus mismos jugadores por la muy pobre actuación en partido decisivamente clave para sus aspiraciones.
En la edición del día siguiente, nuestro diario aseguraba que “sin alma y decepcionante fue la actuación colonista”. Los comentarios señalaban que no se encontraban explicaciones lógicas para la derrota ante un rival inferior, sin pretensiones, fustigándose la carencia de fuerza de la escuadra local para pretender la victoria.
Los campeones
Estudiantes de la ciudad Eva Perón (así se llamaba La Plata entre 1952-1955) fue campeón con 46 unidades, 19 victorias, 8 empates y 7 derrotas, 69 goles a favor y 35 en contra, 46 puntos, tres más que Argentinos Juniors y Colón.
Los platenses habían sido intervenidos por el gobierno central un año y medio antes debido a la crisis económica, financiera y política, siendo transferidos Antonio Giosa, José Barreiro, Ricardo Infante y Manuel “El Payo” Pellegrina, casi la delantera completa, descendiendo en 1953.
Alberto Viola y Mario Fortunato fueron los responsables técnicos, con el apoyo del gobernador Aloé, reforzando el plantel con el retorno del cordobés Manuel Pellegrina (221 goles en primera de Estudiantes, 10 en Huracán y 15 en Primera “B”), el cuarto artillero en la historia del balompié profesional argentino. El equipo del “Payo” se adjudicó el certamen tras un arreglo previo entre AFA y el gobierno de Buenos Aires.
Una foto de Riccardi antes de su fallecimiento. Pasó sus últimos días en Buenos Aires. Fue protagonista de aquella excelente campaña de 1954 que se frustró en ese sospechoso partido ante Sarmiento.
Foto: Archivo El Litoral
/// SÍNTESIS
Colón 1
Sarmiento 2
Cancha: Colón.
Árbitro: Bert Cross (Inglaterra).
Colón: Jacinto Gabriel Díaz; Eulalio Gómez y Arnaldo Robustelli; Carlos Rebecchi, Orlando Poi y Julio Carabajal; Ernesto Ferreyra, Hipólito Cardozo, Oscar Riccardi, José Bozalla y Julio Alberto Marángelo.
Sarmiento: Carlos Tosta; Hébert Pérez y Orlando Pablo Gómez; Martín Ramón Domínguez, Carlos Spósito y Horacio Amable Torres; Rodolfo Comiso, Francisco Juan Costa, Emilio Espinoza, Carlos Madama y Ernesto Pelli.
Gol en el primer tiempo: 20’ Madama (S).
Goles en el segundo tiempo: 39’ Espinoza (S) y 44’ Ferreira (C).