Capitalismo de amigos

Jorge Srodek

Carbap

Creo que Julián Domínguez hace lo que puede pero se equivoca. Venir a Coronel Pringles unos pocos días antes de la reunión de la Mesa de Enlace, para repartir subsidios para sembrar trigo y terminar repartiendo el equivalente a 10 hectáreas de implantación, es una ironía. Lo que hace el Ministro da la sensación de que trata de sembrar el clientelismo político entre los productores, ya que dar 10 mil o 12 mil pesos por productor y tomando mil pesos de costo de implantación del trigo, es el equivalente a 10 hectáreas en campo arrendado o 15 hectáreas en campo propio, lo cual es casi tragicómico.

La siembra comienza a partir del 25 de mayo y hasta el 10 o 20 de julio. El principal problema es que las reglas no están para nada claras. Me da la sensación que estamos ante un fiel exponente de este capitalismo de amigos que ha instalado de un tiempo a esta parte el matrimonio Kirchner. Hay un cierto sector de la industria de la harina que se beneficia enormemente. Aquí los molineros están comprando el trigo a un 23% menos que en Brasil y Uruguay (donde no hay retenciones). Pero no alcanza el 23% de ventaja para la industria local, sino que encima te sacan otros $ 100 del mercado. Tan malo con el trigo es el tema de la cebada. Vale el 93 % del precio trucho del trigo.

A esta altura creo que hay un negocio totalmente a conciencia y para que se beneficien unos pocos. Ahora bien, si tomamos el sur y sudeste de la provincia de Buenos Aires, si no hacemos cebada y trigo: ¿qué hacemos? Este año en todo lo que es Necochea, San Cayetano, Chavez, Tres Arroyos, y una parte de Dorrego, hemos tenido una buena cosecha de soja, pero es así solamente en una cosecha de cada cinco. Esta región del país es buena para los cultivos finos, trigo, cebada, avena. Como el trigo está intervenido y la cebada se roba a cara descubierta, no hay ningún país del mundo que tenga el precio de la cebada acoplado al precio del trigo y mucho menos si es un precio trigo.

De todas formas, se va a sembrar trigo. Va a haber una mínima inversión en fertilizantes porque cuando llegue el momento de la cosecha, ni siquiera se sabe si se va a poder vender. Un día hay mercado, otro día no. Hay un sistema de listas, y según cómo te llamás te dejan vender o no.