La campaña triguera

El Niño dejó una buena grilla

de largada para sembrar el trigo

Las condiciones ambientales para la implantación del cereal son buenas en la mayor parte de los lotes santafesinos. Pero muchos productores “dudan” por los problemas de comercialización de la campaña pasada.

Gastón Neffen

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La previa de la campaña triguera comienza a cerrarse con proyecciones de una siembra que superaría en un millón de hectáreas a la floja campaña pasada, en la que se implantó la menor superficie de los últimos 100 años (3 millones de hectáreas). La Bolsa de Cereales de Buenos Aires calcula que la intención de siembra llega a las 4,2 millones de hectáreas.

El principal estímulo son las buenas reservas de humedad que dejó “El Niño” en la mayor parte de las regiones trigueras. Pero hay muchos productores que todavía dudan ante la posibilidad de que vuelvan a repetirse los problemas para comercializar este cereal, un “embudo” problemático para chacareros y acopiadores.

Las condiciones ambientales son favorables en Santa Fe, Entre Ríos, el sudeste de Buenos Aires (el principal núcleo triguero del país) y también en el centro-norte bonaerense. No pasa lo mismo en Córdoba y La Pampa. “Las capas arables del oeste agrícola triguero están secas y el desecamiento paulatino del perfil superior del suelo no permite una buena implantación”, informan los técnicos de la bolsa porteña. En esta zona, que también incluye al sudoeste de Buenos Aires, se necesitan lluvias importantes para que se pueda “arrancar” con la siembra.

Para los agricultores de Santa Fe, la buena noticia es que la grilla de largada pinta bien. “Hay buenas condiciones de partida, hay una base de agua adecuada en el perfil de suelo”, aseguró el Ing. Hugo Vivas (INTA Rafaela). “Veníamos con dos campañas complicadas en el arranque, pero ahora la humedad en el primer metro del suelo va de normal a favorable”, agregó el Ing. Jorge Villar, también del INTA Rafaela. Estos dos especialistas disertaron en la Jornada sobre Trigo que organizó el INTA Rafaela la semana pasada.

Este escenario crea expectativas de rendimientos promedio que van de los 2.700 a los 3.000 kilos por hectárea, en los lotes agrícolas del centro de Santa Fe, siempre de acuerdo al paquete tecnológico que se aplique y a las decisiones de manejo.

Los dos investigadores del INTA Rafaela coincidieron en que se viene una campaña en la que vale la pena ajustar criterios de fertilización y usar la tecnología disponible. “Si no lo hacemos vamos a perder rindes que son alcanzables por la cantidad de agua que el cultivo tiene disponible. Es que del nivel tecnológico depende la eficiencia con la que se usa cada milímetro de agua”, aclaró Villar.

Manejo agronómico

Para hacer “las cosas bien”, el primer paso es determinar con precisión cuánta agua hay un lote. En Santa Fe hay varios laboratorios que prestan este servicio. Esta información permite descartar potreros que no van a andar bien (y ahorrarse el costo de implantación) y definir una estrategia de manejo de insumos (fertilizantes, agroquímicos, etc.) en función del rendimiento esperado.

“Si yo en un perfil de suelo tengo 120 milímetros puedo aspirar a hacer por lo menos 22 qq/ha, si tengo 130 mm hay que buscar 24 qq/ha, como mínimo, y si hay 150 mm me puedo tirar a 30 qq/ha y también más”, precisó Villar. El agua es un dato clave para ajustar el manejo y las expectativas de rendimiento económico. Por eso es fundamental priorizar los lotes que tienen mejores reservas. Los ingenieros del INTA Rafaela también comentaron que se están eligiendo los cultivares que tienen un comportamiento sanitario sólido.

En Rafaela también se analizó el escenario meteorológico para la campaña triguera. Los especialistas contaron que los pronósticos agroclimáticos proyectan una primavera más seca que la de esta campaña. Como en el invierno las precipitaciones son muy bajas lo más probable es que el cultivo tenga que desarrollarse con la humedad que hay ahora en el perfil del suelo.

Fundamentos bajistas

En el mediano plazo, la tendencia global del mercado de trigo tiene fundamentos bajistas. En la jornada, Reinaldo Muñoz, jefe del departamento de Economía del INTA Pergamino, explicó que los stocks globales del cereal superan con cierto margen el consumo mundial de trigo (estimado en 650 millones de toneladas). El mejor ejemplo es Estados Unidos que sembró la menor superficie de su historia (21,8 millones de hectáreas) para volcar a su mercado los excedentes de la campaña precedente.

Muñoz también comentó la errática coyuntura triguera argentina. “En estas últimas dos campañas, el retroceso fue muy fuerte, éramos los quintos exportadores mundiales y ahora estamos 8º o 9º”, aseguró. Para los productores trigueros, el mercado internacional es la parte más importante del negocio. El consumo interno de trigo apenas supera las 5 millones de toneladas, lo que sólo representa un tercio de lo que puede producir la Argentina en una buena campaña.

“Aquí las perspectivas económicas del cultivo dependen en buena parte de la política, es decir de las retenciones (por ahora clavadas en el 23%) y de los ROE de la Oncca”, reconoció Muñoz. Este es el punto, el contexto político va a volver a tener un peso muy significativo en el resultado final del cultivo.

En la jornada sobre trigo, Julia Capurro (INTA Cañada de Gómez) contó varios ensayos que vienen realizando con cultivos de cobertura (con trigo, avena y vicia) y Fernando Salvagiotti explicó el rol que pueden jugar los micronutrientes en el desarrollo de un cultivo.

— Capurro dijo que los cultivos de cobertura son una buena alternativa para incorporar residuos al suelo, disminuir los riesgos de erosión, aumentar la actividad biológica y la infiltración del agua de lluvia. Es una forma de evitar que el lote este casi medio año sin cobertura cuando se decide hacer soja de primera. Además, los ensayos demostraron que el cultivo de cobertura no le quitó un porcentaje de agua significativo a la soja que se implanta en primavera.

— Salvagiotti encaró un tema novedoso y poco estudiado en la Argentina: los micronutrientes como el boro, zinc, cloro, manganeso y el hierro, entre otros. En el INTA se están realizando mapeos en las zonas productivas para elaborar parámetros y criterios de recomendación. Hasta ahora se sabe que los micronutrientes pueden hacer una diferencia importante en los esquemas de alta producción. Pero un productor promedio primero debe ajustar los déficits de fósforo, nitrógeno y materia orgánica antes de comenzar a pensar en esta variable.

/// en relación

Cultivos de cobertura y micronutrientes

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“La humedad en el primer metro del suelo va de normal a favorable”.

Jorge Villar

INTA Rafaela

Retenciones y ROE

Los productores trigueros de la Argentina no pudieron capitalizar 2.600 millones de dólares en las últimas siete campañas por los descuentos de precios que suponen las retenciones y los cierres parciales de exportaciones que decidió el gobierno. Este dato surge de un informe que realizó la Unidad de Investigación y Desarrollo del Movimiento CREA.

/// el dato