Desacuerdos internos, una protesta en Decanato y destrozos en una muestra
La fotocopiadora, el centro de
un conflicto en Humanidades
La concesionaria exigió un aumento en el precio de la copia, y los universitarios de esa facultad se opusieron. Ahora, una comisión mixta buscará soluciones a los problemas en el sistema de copiado y de la falta de material de estudio en biblioteca. Los estudiantes proponen un modelo “autogestionado” como alternativa a la tercerización del servicio.
Luciano Andreychuk
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En los pasillos de la Facultad de Humanidades y Ciencias (Fhuc), en la Ciudad Universitaria, se respira por estos días un clima de tensa calma. Los universitarios pasan cabizbajos con la habitual premura de libros y apuntes -los exámenes de julio se aproximan-, pero se detienen a preguntar por las últimas novedades. En el octógono del centro del edificio -que simboliza, de sus lados hacia adentro, una suerte de geométrica arena política donde se libran las confrontaciones ideológicas de la militancia estudiantil-, puede percibirse esa extraña sensación de que algo pasa.
Un conflicto interno generado con el sistema de fotocopiadora (o centro de copiado) ha dividido posiciones y desnudado algunos problemas en torno a la disponibilidad del material de estudio en biblioteca para los cerca de 1.400 estudiantes regulares que cursan las 13 carreras dictadas en esa unidad académica dependiente de la UNL. Conflicto que desencadenó algunos episodios desafortunados, como un principio de “toma” de la facultad (cerca de 15 estudiantes improvisaron un “acampe” en la puerta de Decanato, la semana pasada), destrozos en una muestra de maquetas de arquitectura y agravios verbales hacia autoridades académicas, entre otros episodios.
Todo comenzó cuando la actual concesionaria privada que presta el servicio la fotocopiadora requirió un aumento del precio de la copia, como condición para continuar con la prestación: de 10 centavos (valor vigente) se solicitó aumentar hasta 12,5 centavos (un 25 %), según indicaron fuentes universitarias. El rechazo al pedido desde las distintas agrupaciones universitarias -so pretexto de que se afectaría el siempre ajustado bolsillo de los estudiantes- no se hizo esperar.
Comisión para una solución
Luego de arduas reuniones, asambleas interrumpidas y negociaciones pospuestas, finalmente se consensuó anteayer -según indicó una circular de la facultad- la creación de una comisión ad hoc legalizada en el ámbito del consejo directivo (e integrada por representantes de los claustros académico, de graduados, estudiantil, docente y no docente), cuya misión será buscar soluciones alternativas “a mediano y largo plazo” para el sistema de fotocopiado, y de la disponibilidad del material de estudio en la biblioteca de la facultad.
Para atender a lo inmediato, “trataremos en breve de dialogar con el actual concesionario para ver cuáles son las dificultades que está afrontando y qué lo llevaron a que solicite el aumento de la copia. La idea es tratar de llegar a una solución”, explicó el decano de la Fhuc, Prof. Claudio Lizárraga, en diálogo con El Litoral. “Hay un contrato firmado entre el concesionario y el centro de estudiantes. Hoy, ese contrato, aunque vigente, está en riesgo de rescindirse de no mediar el aumento requerido”, dijo, al tiempo que aseguró para “tranquilidad de todos los alumnos” que la continuidad del servicio de copiado está garantizada”.
“La fotocopia es un elemento primario para todos los estudiantes: sin ésta sería imposible continuar y terminar una carrera. Por eso, es necesario solucionar esta situación, que implica brindar garantías al derecho de acceso al material de estudio para todos. También está el problema de la falta de libros (ver aparte) que hay que atender”, dijo a El Litoral Julia Del Barco, presidente del Centro de Estudiantes (agrupación Andamio).
Dos modelos
La situación vivida en la facultad puso de manifiesto una discusión de fondo por el modelo de gestión de la fotocopiadora, hoy tercerizado a una concesionaria privada. Desde el centro de estudiantes y varias agrupaciones estudiantiles se propuso evaluar la implementación un centro de copiado “autogestionado” por los estudiantes, “sin fines de lucro”, en una suerte de “cooperativa” universitaria. Se propuso que la facultad invierta en la compra de las máquinas fotocopiadoras, papel e insumos, etc., y que los universitarios tengan a su cargo la prestación del copiado.
Consultado sobre la viabilidad de este sistema de autogestión, Lizárraga dio su opinión personal: “Yo no le veo (a este sistema) viabilidad, ésa es mi opinión personal. Las experiencias que se tuvieron en la historia de la universidad respecto de implementar formas autogestionadas no fueron efectivas, no dieron buenos resultados”. No obstante -dejó en claro-, “la comisión conformada estudiará esta alternativa como todas otras posibles”.
Frente a la tensa situación institucional suscitada, el decano evocó a la moderación y al consenso democrático: “El diálogo constituye la mejor vía posible para el acuerdo entre los distintos actores institucionales. Este camino es el único para solucionar problemas, acordar criterios, aunar esfuerzos, construir”, afirmó Lizárraga en una carta abierta a la comunidad universitaria.
Los estudiantes de Humanidades aguardan una solución al problema del sistema de fotocopiado, que provee el grueso del material de estudio necesario para continuar una carrera.
Foto: Guillermo Di Salvatore
¿Faltan libros?
“Según un relevamiento propio que realizamos desde el centro de estudiantes, la biblioteca no está lo suficientemente equipada con libros y ediciones actualizadas”, afirmó Del Barco. “No tenemos libros, la bibliografía obligatoria de cada cátedra sólo se encuentra disponible en un 40 %. De las materias de 1º y 2º año, apenas está disponible un 60 ó 70 %”, agregó por su parte Leonel Cherry, subsecretario general del centro de estudiantes. “Nosotros decimos que los problemas son el material de estudio y el centro de copiado”, dijo a este diario.
Para Lizárraga, en los últimos años se han incorporado nuevas carreras a la oferta académica de la facultad, y la bibliografía académica específica tiene un grado de actualización permanente, de modo que “siempre estamos atrás de todo lo nuevo que va surgiendo y de la bibliografía actualizada. No obstante, en los últimos años se han hecho esfuerzos importantísimos para la incorporación de libros. Se están realizando todos los esfuerzos institucionales para mejorar la disponibilidad del material de estudio”, aseguró.