La detuvo el “Agente 007”

Conductora denunció irregularidades y abusos en un control de alcoholemia

Una mujer relató ser víctima de numerosas irregularidades cuando le intentaron practicar una prueba de alcoholemia mientras su auto permanecía detenido y estacionado a varios metros del procedimiento. Tuvo que pagar 825 pesos para recuperar el vehículo. Seguiría la denuncia correspondiente ante las autoridades municipales.

 

De la Redacción de El Litoral

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Pilar es una joven profesional que hace 12 días vivió un desagradable momento cuando inspectores municipales de tránsito intentaron practicarle un control de alcoholemia. Con resguardo de su identidad, relató lo ocurrido ante El Litoral y en sede de la Comisaría 1ra. donde radicó una denuncia.

El sábado 17 a las 5 de la mañana, subió a su auto “correctamente” estacionado sobre calle Junín casi 25 de Mayo, en compañía de una amiga. A los pocos minutos las alcanzaron tres inspectores -dos hombres y una mujer- que, tras solicitarle y verificar los documentos del coche, le ordenaron realizar la prueba de alcoholemia. El operativo de control estaba ubicado en San Martín y Junín, a una cuadra de donde las jóvenes dejaron el auto.

“Vieron que me subí al auto y vinieron, les dije que no iba a hacer la prueba ya que no había circulado y no correspondía, lo consideré un abuso”, relató. Ante la negativa de Pilar, uno de los uniformados labró un acta de infracción “por negarse a realizar el control de alcoholemia y entorpecer el procedimiento”. A pesar de opinar que no era correcta la actuación de los inspectores, minutos después la joven accedió a realizar la prueba, pero se la negaron.

Luego le ordenaron que se baje del coche porque “iban a proceder a retirarlo del lugar” y así ocurrió. “Insisto, en que el auto nunca se movió y se lo llevaron igual. En ese momento, tuvimos miedo porque pensamos que iban a llamar a la policía y que todo iba a empeorar, entonces nos subimos a un taxi y nos fuimos. Me dijeron que si quería reclamar algo que vaya a hablar con el juez”, aclaró y agregó: “No había nadie en la calle porque todavía no era el horario de cierre de los boliches, creo que estaban aburridos y dijeron “vamos a agarrar a estas dos’. Me pidieron los papeles del auto y como estaba todo en regla, buscaron la infracción. No querían controlar que no esté borracha, sino recaudar plata”.

Tomada de pelo

El periplo de Pilar continuó a las pocas horas en el Tribunal de Faltas. “A las once fui a hablar con el juez, Guillermo Torrealday, me atendió de muy mala manera, como si lo estuviese haciendo perder el tiempo. Intentaron hacerme firmar un papel en el que yo admitía que estaba re-borracha y que se llevaron el auto correctamente”, puntualizó.

La joven calificó la actuación del funcionario como “incoherente”. “Le pregunté qué hubiera hecho él en mi situación y me respondió que se hubiese bajado del auto e ido, que fue lo que yo hice. Me dijo que me iban a citar con los inspectores para realizar el descargo y nunca sucedió. Al final me pidieron que me apurara que se tenían que ir”, lamentó Pilar.

Para proteger su situación, la joven concurrió a la Comisaría 1ra. y dejó constancia de su versión de lo ocurrido; luego esa misma tarde volvió al Tribunal pero el juez no la recibió. “En base a lo que había dicho en la comisaría redactaron en un papel que decía lo mismo pero dejaron claro que el auto estaba bien retenido. Firmé ese papel en disconformidad y con reserva de derechos, sino no podía retirar mi auto del corralón”, resaltó visiblemente irritada.

Cuando Pilar le pidió a los inspectores que se identificaran sólo uno respondió que era el “Agente 007” y en el acta de infracción donde se lee “Recibido” hay una firma que no es la de la joven. “Es una tomada de pelo, nunca me ofrecieron firmar nada”, resaltó.

“Abuso de autoridad”

Antes de finalizar su charla con El Litoral, Pilar se preocupó por destacar que considera necesarios e importantes los controles de alcoholemia “si se hacen debidamente y para evitar accidentes, pero lo que me ocurrió es un caso de abuso de autoridad. Estoy cansada de ver en el microcentro autos destrozados que no tienen seguro, ni permiso para manejar pero no los detienen porque saben que no pueden recaudar dinero”, sumó.

Para conocer las acciones que pueden realizar los inspectores en esos casos, Pilar consultó con otros agentes que le aseguraron que el actuar no era legal.

“No hubo pruebas ni testigos, el mismo juez me dijo que yo estaba en mi derecho de no hacerme el test, que me podía bajar y dejar el auto que fue lo que hice. Es ilógico que me hagan una multa por ejercer un derecho”, finalizó.

Desde el Tribunal de Faltas

Consultado sobre el caso el Juez de Faltas, Guillermo Torrealday, dijo recordarlo y que los dichos de Pilar “eran versiones”. A su vez, reconoció que revertir la acusación al momento del descargo “es muy complicado”.

“La atendí como a todo el mundo porque estaba disconforme. Las pruebas del caso son muy difíciles; en principio diría que no fue así, nadie busca a una persona para hacer el control”, mencionó.

Sobre la multa, Torrealday dijo que el monto cobrado es el que corresponde para la infracción y que la ordenanza prevé además, retener el carné de conducir pero no se ejecuta en el caso de negarse a realizar un test de alcoholemia.

“Interpretaciones unilaterales de la cosas hay muchas, acá -en el Tribunal- no vienen ovejas mansas y menos cuando están autoconvencidos de su inocencia por eso nos manejamos con personal policial. A veces la gente viene con las consecuencias de su estado de ebriedad y buscan una revancha”, precisó el funcionario.

A la vez se le preguntó sobre la posibilidad de que los inspectores cometan abusos de poder en la vía pública a lo que respondió: “En el orden de la vida eso se puede dar, como posibilidad, existe. Pero, en general es gente responsable y seria, la tarea no es sencilla en la calle”.

En el buzón

El viernes 23, en el espacio que El Litoral destina a la publicación de los mensajes de los lectores se lee el que dejó Pilar contando lo ocurrido. “Este suceso desalienta a quienes llevamos con esfuerzo todo en regla y nos hace sentir, ante la autoridad, igual a los peores infractores violentos”, concluía el texto recibido.

/// EL DATO