En el Museo de la UNL todos los espacios parecen aprovechados: “La Universidad en imágenes”, rodea la escalera que conduce al primer piso.
En el Museo de la UNL todos los espacios parecen aprovechados: “La Universidad en imágenes”, rodea la escalera que conduce al primer piso.
Las universidades contarán su historia
En octubre la ciudad será sede de un encuentro de museos universitarios. La invitación partió de la UNL a países del Mercosur, pero la respuesta fue mucho más amplia. Una buena oportunidad para compartir experiencias y conocer la trama educativa y cultural que vienen tejiendo, desde hace décadas, instituciones de primer nivel.
TEXTOS. revista nosotros. FOTOS. MAURICIO GARÍN.
Octubre es un mes importante para la Universidad Nacional del Litoral, tanto que celebra el aniversario de su creación de la que se recordaron, el año pasado, nueve décadas. Pero este año -entre otras actividades- cobijará, del 4 al 6 de ese mes, al Primer Encuentro de Museos Universitarios del Mercosur.
El sentido de esta convocatoria, a la que comprometieron su presencia delegaciones de Brasil, Chile, Colombia, Uruguay, Bolivia, Venezuela y hasta de España -trascendiendo ampliamente los límites latinoamericanos- se resume en un lema: “haciendo memoria de las prácticas educativas, científicas y culturales de la universidad”.
Stella Maris Scarciófolo es la directora del Museo y Archivo Histórico de la UNL. La entidad será anfitriona del encuentro, cuya secretaría ejecutiva está a cargo de Margarita Panza. La difusión del evento resultó una buena excusa para recorrer, en la sede de 9 de Julio 2154, las salas donde se despliegan las distintas muestras que, a través de diferentes recursos -fotografías, objetos, infografías- permiten reconstruir la historia de la institución.
LA PRIMERA IMPRESIÓN
En la recorrida, un primer detalle llama la atención; el Museo y Archivo Histórico de la UNL lleva el nombre de Marta Samatán; la sala principal, en la que se desarrollan muestras que rescatan a aquellas figuras que dejaron su huella en la universidad, fue denominada Dra. Ángela Romera Vera, y para la sala auditorio se eligió el nombre de Gladys Senn de Cello. Pioneras cada una en su disciplina, estas tres mujeres santafesinas nombran y jerarquizan sendos espacios del edificio.
El segundo detalle es la manera en que pasado y presente se entrelazan, tanto en la elección de los recursos para contar la historia universitaria como en la utilización del edificio: el museo abarca, además del ala más antigua de la sede de calle 9 de Julio, la Sala Aymá que pertenece a la nueva construcción inaugurada tres años atrás.
La conexión entre pasado y presente también convive en armonía en la sala auditorio ubicada en el primer piso, con mobiliario de época pero con el ágil recurso gráfico que proponen las infografías para exponer, en un lenguaje contemporáneo y de fácil comprensión, los principales hitos de la historia universitaria santafesina. Y esa alianza se termina de afianzar en el método elegido para conservar toda la valiosa documentación, que data en algunos casos de varias décadas: un sistema de conservación preventiva que permite, no solo resguardar el material más antiguo sino también asegurar la conservación de los documentos que se generan en el presente.
LA UNL SE MUESTRA
“La idea fue tomar al edificio y sus distintas salas como instancias del museo”, explica Stella Maris Scarciófolo. A tal punto es así que incluso la sinuosa escalera que comunica la planta baja con el primer piso habilita en su recorrido distintas muestras, como “La Universidad en imágenes”, con fotos tomadas por alumnos del Instituto de Cine, por entonces pertenecientes a extensión universitaria, cuando la institución cumplió los 50 años, en el año 1969. Sobre la misma pared se expuso tiempo atrás el relato de la creación de la casa de altos estudios pero a través de las crónicas periodísticas de entonces. En la sala auditorio, adonde conduce la escalera, se exponen -como se dijo- infografías que sintetizan la historia de la universidad.
En el hall central, hasta fines de julio, se desarrolló la muestra en homenaje a los ex rectores Rafael Araya y Cortés Plá. Y hasta la misma fecha, en la Sala Aymá, se pudieron recorrer a través de documentos, fotos, publicaciones, cuños y letras de madera, las distintas épocas de la imprenta que se inició en 1928 aunque oficialmente fue creada en 1930. “La universidad en los momentos políticos tuvo pérdidas y desgarros. Pero la imprenta siempre se sostuvo: en algún período se habrá priorizado más lo científico, en otros lo artístico, pero siempre estuvo en pie”, afirma la directora del Museo.
LOS CIMIENTOS
El Archivo Histórico viene funcionando como tal desde 2004, en tanto que incorporó la actividad del Museo cuatro años después, siempre en la sede de 9 de Julio 2154. Pero la historia se remonta a mucho tiempo atrás, aún antes de que el edificio fuera donado por la Sociedad Cosmopolita a la Universidad, en 1969, y acompaña prácticamente la gestación del movimiento estudiantil local.
“En el mismo edificio donde funcionaba la biblioteca, abierta a toda la comunidad, se hacían todas las actividades que tenían que ver con la formación de las nuevas ideas. Allí tenían sede los estudiantes que celebraban asambleas en los años “16, “17 y “18, hasta la creación de la Universidad Nacional del Litoral, y se concretaba uno de los postulados de la reforma que era la actividad de extensión universitaria”, describe Scarciófolo. Se puede ver en los registros, “sobre todo de los periódicos, que son una de las fuentes más ricas de nuestra investigación, la apertura permanente de esta Sociedad Cosmopolita al conocimiento, a poner en contacto al estudiante y al docente en una actividad de extensión que en cada época, con cada rector, tuvo una impronta distinta”.
“En todo momento, salvo en la época del último proceso, la actividad de extensión universitaria fue muy clara e importante, de acuerdo con cada época: en momentos del Instituto Social -décadas del “30 y el “40- el porcentaje de alumnos que se tenía, tanto en Rosario como en Santa Fe, era muy grande. En paralelo a la formación, el criterio en cultura era muy amplio. Por eso es que se decidió, en el momento de aceptar la donación del edificio de la Sociedad Cosmopolita y su biblioteca, que ésta sea la sede de extensión universitaria”, que ahora está funcionando en otro edificio (y que está incorporado).
A BUEN RESGUARDO
“Más allá del material que encontramos en la Universidad -y que fue conformando el Archivo-, tenemos que reconocer que éste creció exponencialmente en documentos y fotos, por obra de las donaciones”. Pero, además de la calidad y el valor testimonial de los materiales recuperados, llama la atención la forma en que estas compilaciones fueron clasificadas y resguardadas.
“Desde 2004 venimos trabajando con un criterio de conservación preventiva”, explica Scarciófolo. “Para mi y para la directora de la biblioteca “el efecto Cromañón’ fue muy fuerte. Estoy en este edificio desde el año “84. y nunca fuimos concientes de lo que podía llegar a pasar. A partir de eso decidimos buscar elementos y herramientas, realizamos cursos y nos venimos capacitando. Tomamos conciencia de que teníamos libros, documentos, fotos y una de las cosas que aprendimos fue que debíamos determinar qué era lo primero que habría que salvar en caso de producirse un desastre, como un incendio”. Así, se convino establecer un criterio a partir de colores: amarillo para lo primero que se debería rescatar; crudo para un segundo nivel de urgencia y verde en un tercer nivel “porque incluye material que ya está digitalizado”.
Una de esas carpetas de gruesas tapas amarillas contiene material tan valioso como la designación de los delegados de la Escuela Industrial que en 1912 iban a formar parte de la Federación Universitaria, o el discurso manuscrito de Alejandro Grüning Rosas en la primera manifestación en favor de la Universidad; las firmas del acta en la que aparece por primera vez el título de Universidad Nacional del Litoral en 1915, y el acta del “16 realizada en la Cosmopolita donde se definió el grupo que iba a trabajar con ese objetivo.
Además de la capacitación del personal, se montó un taller de conservación para resguardar los documentos pero también para construir los envases que los contienen y archivan. “A partir de esta metodología, toda la documentación que se está generando se hace con medidas de conservación preventiva”, explicó Margarita Panza y apuntó que se puso en práctica, además de una nueva técnica, un verdadero cambio de mentalidad que permitirá “dejar para la posteridad documentos conservados en hojas especiales y con otras medidas de seguridad”. En este punto, ambas coincidieron en que tanto el secretario de Cultura de la UNL, Luis Novara, como el rector Albor Cantard “estuvieron siempre predispuestos a apoyarnos en todas estas iniciativas”.
Mientras todo esto ocurre, se definen detalles y se acomoda la agenda que promete ser intensa para los tres días que comprende el encuentro. Scarciófolo reconoce que “estamos impacientes porque llegue octubre”, y se muestra confiada en que la actividad va a resultar muy rica para todos los participantes, mientras espera que esta convocatoria entre pares se vuelva otro evento que integre el calendario anual de la universidad.
Stella Maris Scarciófolo, directora del Museo y Archivo de la UNL, y Margarita Panza, secretaria ejecutiva del encuentro que se realizará en octubre.
Infografías, en la sala auditorio, para reseñar la historia de la casa de estudios.
Objetos y documentos recuerdan el paso de los ex rectores de la Universidad en el hall del edificio.
PROBLEMAS Y SOLUCIONES
La secretaria ejecutiva del encuentro Margarita Panza observó -al momento de hacer contacto con los participantes- cierta coincidencia en “la necesidad de una red para cruzar conocimientos y problemáticas. Mucha gente plantea que en este momento el problema es la subsistencia, y cómo generar recursos para seguir conservando o limpiando las colecciones”. Es que el mantenimiento de la documentación requiere un control de plagas, sacar el polvo que la deteriora, mantener ambientes acondicionados para que los cambios de temperatura no la afecten, entre otras tareas esenciales.
Sin dudas, este será uno de los temas a debatir en el futuro encuentro, como también analizar posibles soluciones compartidas. “Algunos rectores, como el nuestro, han demostrado una completa elasticidad para desarrollar proyectos de estas características, pero me he encontrado con que en algunas universidades los museos se han tenido que cerrar y sus colecciones están arrumbadas y en riesgo de deteriorarse”, advierte Panza.
más datos
UNESCO
La trascendencia del Encuentro de Museos Universitarios del Mercosur queda expuesta, para su directora ejecutiva Margarita Panza, en un dato: la Unesco recogió oportunamente la convocatoria en su página web.
HORARIOS
El Museo de la UNL está abierto de 8 a 21 y el Archivo, de 8 a 13.30, de lunes a viernes. Las visitas incluyen a escuelas pero también a ex profesores, ex no docentes, ex graduados y familiares que tienen hijos o nietos fuera de la provincia y el país.
CONTACTO
Página web: museohistoricounl.com.ar. E-mail: [email protected]. Tel: (0342) 4571182/83.