Darío Kudelka se fue contento luego de la victoria en Caballito...
“Llegué al vestuario y pensé:
éste es el equipo que quiero”
Una noche tranquila para el técnico tatengue. Darío Kudelka dejó frases muy jugosas luego de la victoria en Caballito. Dijo que “esta noche jugamos como un equipo con pretensiones de ascender”. Foto: Flavio Raina
Destacó la cantidad de situaciones de gol generadas y dijo que vio un equipo “con hambre”.
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Buenos Aires)
Desde arriba no se pueden observar muchas cosas que pasan abajo, tanto en el terreno de juego como en sus adyacencias. Muchas veces no se lo vio tranquilo a Darío Kudelka y es que, al margen de cuestiones futbolísticas, el técnico de Unión es uno de esos entrenadores que vive a fondo el partido. Pero anoche debe haber sido uno de los días más tranquilos de Kudelka, pues se vio, desde el mismo inicio, que era superior a Ferro y que el triunfo, tarde o temprano, tenía que llegar.
—¿Es así Darío?, ¿lo viviste con tranquilidad?
—En gran parte sí, porque generamos muchas situaciones y sólo demoramos un poco en marcar el primer gol. De todos modos, quiero dejar en claro que las situaciones desperdiciadas no empalidecen, en absoluto, el buen triunfo que conseguimos. Y con respecto a la tranquilidad, lo que puedo decir es que he observado que el equipo sigue jugando igual que como terminó el año pasado. Ese correlato de buen juego me deja muy satisfecho y esperanzado.
—La pregunta se repite, Darío: ¿es para que el hincha se ilusione de verdad con este equipo?
—Hoy jugamos con la autoridad de un equipo con pretensiones. No quiero prometer nada, sólo digo que vamos a pelear el ascenso a Primera División y pienso que tenemos todo el derecho de pensarlo y de intentarlo. Cuando llegué al vestuario, una vez terminado el partido, tuve la sensación de sentirme totalmente identificado con el equipo. Me dije: “Éste es el equipo que quiero”. Y eso me llena de orgullo y de esperanzas.
—Volviendo al partido, ¿hay algo para reprocharse?
—No, creo que nada. Por allí, como dije antes, las oportunidades marradas. Pero no puedo pensar en que falló Montero cuando, en realidad, el Memo hizo un muy buen partido, metió un pase gol estupendo a Quiroga y además desperdició dos ocasiones muy propicias porque está siempre ahí, pisando el área.
—Ferro quiso jugarle a Unión igual que juega Unión, al menos en el esquema. ¿Lo esperabas?
—En esta categoría, la mayoría de los equipos juega 4-4. O sea, línea de cuatro atrás y otra línea de cuatro en el medio. Eso lo sabemos y ahí está la clave de ser oportunistas para llegar por sorpresa con los volantes laterales y con Rosales. Veo que los jugadores se han consustanciado con el sistema, que lo aprendieron y lo capitalizaron. Eso no quita que en algún momento podamos cambiar y, de hecho, eso está entrenado. Pero este 4-2-3-1 está saliendo muy bien. Y siempre digo que cuando hay comunión de ideas y todos estamos de acuerdo, es muy posible que las cosas salgan.
—¿Qué podés decir de los refuerzos?
—Nada, porque jugaron poco. Pero no es que jugaron poco porque no hicieron mucho en el juego, sino porque los puse poco tiempo. Es muy difícil sacar conclusiones cuando Fioretto jugó algo más de quince minutos y Soto Torres mucho menos. De todos modos, hicieron adentro de la cancha lo que supuse que podían hacer. Ni más ni menos. El otro cambio, el de Bruna, fue porque ganábamos 2 a 0 y no quería tener zozobras. A ellos les daba lo mismo, a esa altura, perder por dos goles o más, pero habían empezado a meter muchos pelotazos sobre nuestra área. Siempre dije que con Fioretto y Soto Torres íbamos a sumar en cantidad y calidad, pero nunca dije que los dos o uno de los dos venía a ser titular.
—¿Y lo que más te gustó?
—Que en la cancha todo salió tal cual se planificó. O sea que tuvimos la voluntad y la convicción de hacer lo que se habló. Eso es muy gratificante.
—Más allá de lo táctico, ¿qué fue, dentro de lo que se planificó, lo que te deja tranquilo?
—Que hemos comprendido que si queremos luchar por el ascenso, tenemos que salir a ganar en todos lados y a jugar igual en cualquier cancha, sea contra el rival que fuere. Hoy jugamos como un equipo con pretensiones de ascender.
Para llenar “media techada”
Fue notable observar la cantidad de dirigentes, ex dirigentes e hinchas de Unión observando el partido en Caballito. Desde el presidente, Luis Spahn, pasando por varios miembros de comisión directiva como Emilio Lamas, Fabián Brasca, Jorge Molina, Marcelo Piazza, “Pato” Más y Fernando García, entre otros, hasta gente conocida que se acercó al estadio Arquitecto Etcheverry para deleitarse con la buena actuación del equipo.
Entre otros, se pudo ver al doctor Eduardo Wagner —activo y siempre desinteresado colaborador en Unión en su rol de médico en divisiones inferiores y ahora incursionando en política—, “Tati” Lucarini, Poccia, Daniel Beguelin, Gerardo Barisone (padre del actual defensor de Unión, ayer en el banco, y ex directivo), entre otros.
También se pudo ver a Emiliana Spinardi, la tenista santafesina de 18 años que, acompañada por su padre, se acercó al estadio de Ferro y comentó que jugará este fin de semana en Buenos Aires.
Dos ex jugadores del Tate estuvieron en el estadio de Ferro. Uno de ellos, conocido en ambos clubes: Renzo Gonzalo Vera, hoy defensor de Tigre. El otro, un exitoso Roberto Battión, campeón con Banfield en el fútbol argentino y ahora con Independiente de la Sudamericana.
Por último, Raúl Fernández, directivo tatengue en uso de licencia y amigo personal y representante de Miguel Torres del Sel, se tomó un recreo con sus obligaciones en Mar del Plata al lado del integrante del exitoso Midachi —que llena todos los días el Radio City marplatense— y se tomó un avión para ir a ver a su querido Unión. “Mañana —por hoy— me vuelvo a Mar del Plata en el primer avión de la mañana para estar al lado de Miguel. ¿Si va ser candidato a gobernador?, lo resolverá entre lunes o martes. Lo ideal sería que tenga el tiempo y la tranquilidad suficiente para tomar la mejor decisión”, señaló. Eso sí, las encuestas le dan muy bien y Miguel —que anoche habrá estado pendiente en plena actuación de la suerte tatengue— se está “embalando”.