2011 comenzó con incertidumbre
2011 comenzó con incertidumbre
Los engordadores esperan una señal
La caída en el precio de la hacienda, a lo que se agrega la suba en el valor del maíz, recortó el poder de compra de los engordadores. Sólo pueden pagar 9/9,5 pesos por kilo. En enero los corrales empezaron a vaciarse.
Complicados. No sería extraño que el índice de ocupación que elabora la Cámara de Engordadores mostrara a principios de febrero un porcentaje de sólo 42 a 44 por ciento. Foto: Archivo
Ignacio Iriarte
Analista del mercado ganadero
Durante enero se habría acelerado el vaciado de los feedlots. La caída en el precio del gordo, operada desde mediados de diciembre, agregada a la suba del maíz y del pellet (20-25% en 60 días) recortó drásticamente el poder de compra de los corrales, que pasaron a ofertar por el ternero en las últimas semanas sólo 9/9,50 pesos por kilo, con criadores que se resisten a vender por debajo de los 10 pesos.
La experiencia fallida de fin de año, cuando los precios del gordo no sólo no subieron como se esperaba sino que bajaron, dejó a muchos encierres con fuertes pérdidas; con todos los lotes de terneros comprados en la primavera (en plena euforia), y que se pagaron entre 12 y 13 pesos por kilo.
En enero, además, los feedlots se encontraron con muy poca oferta de invernada, producto de la época del año, de la falta de ferias, de la gran cantidad de criadores que están de veraneo, y de la resistencia de los vendedores a aceptar una baja tan fuerte en el valor de la invernada, que perdió 25% de su precio en menos de 60 días.
Salvo algunos casos muy puntuales, que es el de los frigoríficos, matarifes o supermercados que tienen corrales propios, en la gran mayoría de los casos durante enero se ha repuesto muy poco. Por lo que no sería extraño que el índice de ocupación que elabora la Cámara de Engordadores mostrara a principios de febrero un porcentaje de sólo 42 a 44 por ciento.
Otros números
El negocio fue rentable durante buena parte de 2010, porque la relación carne/grano era muy favorable. Pero en las últimas semanas, con la baja del gordo y la suba del alimento, los número se han vuelto muy finitos. Por la escasez de invernada no se ha podido transferir al precio de esta categoría el menor poder de compra que tienen desde hace unas semanas.
Con el costo de un kilo ganado en los corrales que arranca en los 6 pesos, para el caso de los más eficientes o los que están integrados con el comercio de granos, y que llega hasta 7 en el caso de los feedlots que deben comprar todos los alimentos, los engordadores vuelven a poner sus esperanzas en recuperar la rentabilidad en que el precio del ternero de invernada baje lo suficiente como para que los precios del gordo y el de la invernada por lo menos se igualen.
Acá se presentan al menos dos posibilidades:
Uno. Si la seca no se corta, o si se agrava, puede especularse con que las compras de los engordadores pastoriles será muy reducidas; y al aparecer la zafra en marzo-abril, el precio del ternero lo terminará poniendo el feedlot, que recompondrá su rentabilidad (al menos por unos meses) con una diferencia de compra-venta más favorable que la actual.
Dos. La segunda posibilidad es que llueva y que el criador, al igual que el año pasado, venda en forma escalonada y se retire de la oferta apenas los valores bajen de ciertos niveles.
Si bien por la seca la receptividad de los campos de cría se ha deteriorado mucho, el criador está hoy bien financieramente, tiene baja carga y hasta nuevo aviso está en un proceso de fuerte retención. Todo podría mejorar para los engordadores, si como todo indica, los precios del gordo en febrero-marzo suben, como consecuencia de los malos engordes pastoriles que se están dando y del acelerado vaciamiento de los feedlots .