En medio de una emergencia

Agredieron a médicos del Cullen

Una patota ingresó al shock-room. Los incidentes se repitieron en el sector de quirófano y en Terapia Intensiva. Hubo un detenido aunque los violentos lo “rescataron” de manos de la policía. Los médicos evalúan tomar medidas.

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Todo comenzó en el Área Crítica del nosocomio tras el ingreso de un joven que había sido herido de bala.

Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

dchiapello@ellitoral

Viernes a la noche.

Eran cerca de las 21 cuando al hospital Cullen ingresó un joven con varias heridas de bala. Su estado era de cuidado. Como es de rutina el paciente fue llevado a la sala de shock-room. Allí médicos y enfermeras se pusieron a hacer su trabajo.

Pero, de repente.... la locura.

Un hombre, de unos 40 años, ingresó a la sala y comenzó a increpar duramente a los profesionales. A las palabras le siguieron los insultos y las amenazas.

El punto máximo llegó cuando lanzó un par de trompadas contra una médica. Fue entonces cuando el personal policial presente en la sala se abalanzó contra el individuo y se trabó en lucha.

En medio de la pelea se corrieron camas, se cayeron elementos de trabajo y el lugar fue comenzando a transitar por el caos.

A duras penas, el intratable hombre fue reducido y sacado de la sala. Pero cuando los policías se lo estaban llevando hacia el exterior del nosocomio tropezaron con la peor escena. Un centenar de enfurecidos “personajes” estaban haciendo “el aguante” en el playón de acceso y en el hall de entrada.

Los policías lograron cerrar las puertas gracias a la ayuda de varios guardiacárceles que estaban en el lugar acompañando a un preso que había ingresado con quemaduras.

Pero lejos de calmarse, los ánimos empeoraron.

“Querían voltear las puertas a patadas. Nos pusimos de espaldas para aguantar las estructuras porque si no derrumbaban todo”, dijo hoy uno de los policías que intervino.

Contra todos

La turba se instaló a pleno en los pasillos del hospital, para esta parte convertidos en un corredor de locura y violencia.

En simultáneo, la policía pedía a gritos por la llegada de apoyo. Minutos después arribaron al sector varias camionetas de la Guardia de Infantería y del Comando Radioeléctrico.

Lo que siguió fue un enfrentamiento “cuerpo a cuerpo” entre uniformados y revoltosos. Puede decirse que los segundos se salieron con la suya. Lograron “rescatar” de las filas policiales al único individuo que había sido detenido.

Un rato después, llegó la noticia que el herido iba a ser trasladado a la parte de quirófano. Entonces la turba se desplazó hacia allí.

Los uniformados debieron hacer un “cordón policial” para que el paciente pueda ser llevado.

Las puertas del quirófano no se pueden cerrar por protocolo de Salud, explicaron. Entonces esa situación fue aprovechada por los irascibles que entraban y salían, y ejercían presión, haciendo desmanes.

Idéntica situación se vivió cuando el paciente fue llevado hasta la Unidad de Terapia Intensiva.

Los incidentes culminaron cuando sus impulsores decidieron retirarse del nosocomio por sus propios medios.


¿Qué están esperando? Que maten un médico... una enfermera. Yo no estudié para esto. Lo del viernes fue gravísimo”.

una de las víctimas

En el hospital

Reclamos

Los cuatro puntos que reclaman los médicos:

- Que se los reconozca como Trabajo de Riesgo.

- Que se regularicen cargos (están sin seguro).

- Equipamiento e insumos.

- Seguridad.

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La furia se trasladó desde el hospital a la calle. La turba embistió contra una camioneta de la Guardia de Infantería que casi terminó dada vuelta en el cantero central de Av. Freyre. Foto:El Litoral

“Al borde de un desastre mayúsculo”

“Esto es tierra de nadie”, dijo hoy uno de los profesionales que atravesó los dramáticos momentos del viernes.

“Esa noche la situación era crítica porque en ese momento teníamos tres pacientes graves. Un gran quemado de la cárcel, un operativo del Cudaio y un herido de bala.

Estábamos trabajando cuando ingresan un montón de individuos de manera violenta. Pretenden agredir y se armó una trifulca dentro del Shock-room.

La policía actuó muy bien aunque tuvo una gran dificultad para controlar la situación. Realmente estuvimos al borde de un desastre mayúsculo.

Más adelante opinó que “este hospital no puede tener las puertas abiertas las 24 horas. Hay que poner algún tipo de control. ¿Qué están esperando? Que maten un médico... una enfermera. Yo no estudié para esto. Lo del viernes fue gravísimo.

Si había una cámara de televisión, hoy todo el país estaría hablando de nosotros. Lo del Santojanni fue un juego de chicos al lado de lo que pasó aquí.

Por último indicó que “nosotros estamos hablando con el Ministerio de Salud sobre varios reclamos en buenos términos. Vemos que hay muy buena predisposición, pero las respuestas no llegan. Entonces todo se pone peor”, sentenció.