Un 17 de octubre del ‘81, Reutemann pudo ser campeón
Sí, Carlos... ya pasaron 30 años
Llegaba a la última carrera del calendario de F-1 en Las Vegas y el santafesino era el líder del certamen por sobre el brasileño Nelson Piquet. Problemas con el Williams que conducía, hicieron que aquel sábado perdiera la gran chance de coronarse en la máxima categoría del mundo por solamente un punto. Mañana se cumplirán tres décadas de aquella histórica carrera.
Asoma, el Williams en toda su magnitud en el Gran Premio de Las Vegas del 17 de octubre de 1981. Mañana se cumplirán 30 años de aquella carrera. Foto: Archivo El Litoral
Daniel Monticelli
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A medida que pasa el tiempo, la madurez que adquiere un ser humano permite ver y analizar los hechos y acontecimientos con otra perspectiva, quizás más certera y/o con mayor profundidad. Para nosotros, los que vivimos de, por y para el automovilismo deportivo, el acontecimiento que sucedió aquel 17 de octubre de 1981 (del cual mañana se cumplirán 30 años), cobra cada día, a cada momento, mayores dimensiones... ¿Quién puede imaginar hoy a un argentino disputando una carrera de autos que dependiendo del resultado, tenga la gran posibilidad de coronarse campeón del mundo de la Fórmula Uno? Como mencionan los más chicos: es algo groso, ¿no? Y eso fue lo que realmente pasó con un santafesino, Carlos Alberto Reutemann.
Sí, el “Lole” de Santa Fe. Ése que después de Juan Manuel Fangio (con sus cinco títulos de campeón como estandarte), fue sin ningún tipo de dudas, el mayor representante que tuvimos los argentinos en el máximo deporte motor universal. Los más puristas coinciden, asumen y opinan que fue en la “época más dorada de la F-1”, la de la década del ‘70 y principios de los ‘80, que no es poco.
Baúl de los recuerdos
En el inolvidable sábado 17 de octubre de 1981, la ansiedad nos ganaba a todos. Quien esto escribe se dedicaba a otros menesteres para poder sobrevivir y posteriormente dedicarse de lleno a esta profesión. Como en las memorables peleas por el título del mundo y las posteriores defensas de la corona de Carlos Monzón (su último combate fue el 30 de julio de 1977), nuestra gran Santa Fe de la Vera Cruz, entraba en esa paralización propia, como si se tratase de una ciudad vacía porque ese día “corría el Lole” y podía traerse el título a nuestro medio. Ni más ni menos.
En cualquier pantalla de TV de alguna vidriera comercial de la peatonal San Martín o en los barrios, la gente se congregaba para presenciar la competencia. Otros recurrían a las transmisiones radiales.
La historia se cristalizó después de esas ideas que por ahí resultan hasta ilógicas de Bernie Ecclestone: correr en la playa de estacionamiento del Hotel Caesar’s Pallace de Las Vegas. O sea que hubo que definir un campeonato del mundo en un lugar —se diría por ese entonces—, “inapropiado por todo lo que estaba en juego”.
Nuestro compatriota llegaba a la definición de la corona del mundo con un Williams, el brasileño Nelson Soutomayor Piquet lo hacía con un Brabham-Ford y otro de los que tenía posibilidades matemáticas, aunque escasas, era el francés Jacques Laffite (con un Ligier-Matra). Reutemann llegaba a Estados Unidos con 49 puntos en su haber, Piquet, con 48 y Laffite con 43 unidades.
Clasificación y carrera
El santafesino lograba la pole position con el Williams que en sus laterales tenía el número 2; a su lado (los separaban 7 metros), estaba su “compañerito de equipo” en Williams, el australiano Alan Jones. Más atrás partían en la grilla: Gilles Villeneuve con la Ferrari y Nelson Piquet con el Brabham. Después Alain Prost con el Renault y Patrick Tambay con el otro Ligier-Matra. Detrás, Bruno Giacomelli (Alfa Romeo) y Nigel Mansell (Lotus); Mario Andretti (Alfa Romeo) y Riccardo Patrese (Arrows); Jacques Laffite (Ligier) y René Arnoux (Renault), entre otros.
La largada oficial de la carrera estaba prevista para las 16.45, pero sufrió un retraso. Se puso en marcha a las 17.14 (hora de nuestro país). En la partida, tomó la punta decididamente Alan Jones, escoltado por Villeneuve y Prost. “Lole” estaba cuarto y detrás venían Giacomelli y John Watson. Varias vueltas después, Reutemann era sobrepasado tanto por Giacomelli como por Watson y quedaba sexto.
La competencia estaba pactada a 75 vueltas y con 20 giros, el “grandote” Jones se mantenía en la primera posición. Más atrás lo hacían: Prost, Villeneuve, Giacomelli, Laffite, Watson y Piquet.
Evidentes problemas en el Williams de Reutemann lo hacían retrogradar puestos...
Mientras el recordado Gilles Villeneuve se despistaba, Piquet y Andretti lo superaban al argentino y quedaba relegado al noveno puesto.
En tanto, Jones era el imperturbable puntero de la carrera, Giacomelli se iba afuera con el Alfa y “Lole” era séptimo. Watson pasaba por los boxes a sustituir los neumáticos del McLaren y el piloto nacido en la localidad de Manucho estaba sexto, detrás de Piquet y renacían las esperanzas para todos.
Incidencias y final
El francés Prost imitaba a Watson y colocaba caucho nuevo. Ello mostró de qué manera el diminuto galo comenzaba a remontar de una forma extraordinaria, rebasando la línea de marcha de uno de los contendientes al cetro, Nelson Piquet, y quedaba tercero. Por su parte, Reutemann se mantenía sexto y Prost, metódico y agresivo a la vez, continuaba su avance, quedando detrás del Williams del puntero, Jones.
Tras diversas alternativas y faltando 10 vueltas para el final, Jones era el líder indiscutido, Prost era el segundo y más luego se escalonaban: Giacomelli, Mansell, Piquet era quinto, Watson, sexto y Reutemann era séptimo momentáneamente porque Laffite daba cuentas del argentino.
Y llegaba el banderazo y la desazón en el argentino y todos nosotros. Ganaba Alan Jones con el otro Williams; Piquet resultaba quinto y le alcanzaba para obtener el título por sólo un punto con respecto a “Lole”, que terminaba la carrera en el octavo lugar y a un giro. Posiciones finales del certamen: 50 puntos para Piquet campeón, contra 49 de Reutemann, subcampeón.
Hipótesis y realidad
Después de aquella posibilidad perdida, se dijeron y escribieron un sinnúmero de cosas, de hechos e hipótesis acerca de lo que pudo haber pasado con el Williams Fw07 D que condujo el santafesino. Desde que Jones fue favorecido por el equipo para devolverle la “gentileza” a Reutemann —después de aquella “desobediencia” en Brasil, cuando se le colocó el famoso cartel “Jones-Reut”—, hasta que al negarse firmar el contrato para la temporada siguiente antes de la carrera, le dieron un auto poco confiable.
Lo cierto es que el propio protagonista siempre dijo que el equipo de Frank Williams y Patrick Head, le habían entregado “un auto altamente competitivo para la clasificación. Después lo que pasó fue simple: se rompió la caja de velocidades del Williams”.
Más allá de ese traspié, queda claro que con su prolífica campaña, Reutemann fue uno de los mejores embajadores del país y de nuestra provincia en lo máximo del deporte motor a nivel mundial.
Una campaña brillante
Más allá de no haber conseguido el título de campeón mundial, Carlos Reutemann se destacó ampliamente en la Fórmula Uno. Oficialmente disputó 146 Grandes Premios. Debutó en el GP de Argentina de 1972 (con pole incluida en el autódromo de Buenos Aires) y dejó la “máxima” en el GP de Brasil de 1982.
Logró 12 competencias e hizo 6 pole position. Reutemann largó 22 veces en primera fila, subió 45 veces al podio —12 a lo más alto del sitial; 13 al segundo y 20 al tercer escalón—, y cuatro récords de vueltas. En 66 carreras terminó dentro de los puntos. Durante 648 vueltas, fue puntero en las carreras de F-1, lo que equivale a 3.309 kilómetros. Fue subcampeón en 1981; tercero en las temporadas de 1975, 1978 y 1980.
La del cartel.
Reutemann al frente, Jones detrás. Fue en marzo del ‘81 en Jacarepaguá para el GP de Brasil. Para Frank Williams y Patrick Head debía ganar el australiano; para ello le mostraron el famoso “Jones-Reut”.
Foto: Archivo El Litoral
Reconocimiento.
En el autódromo de Buenos Aires, temporada de 1971. La gente lo aclamaba.
Foto: Archivo El Litoral
Momentos.
Embajador, nos representó bien en todo el mundo. Así reflejó Diario El Litoral la carrera de Las Vegas, de la cual mañana se cumplirán tres décadas (centro). Ya está, con su bolso al hombro y toda la amargura, “Lole” abandona el circuito (derecha). Foto: Gentileza/Juan Carlos Fornés (izquierda); José Vittori (centro) y Revista Corsa (derecha).
¿Podrá ser?
Llegará el día en que algún autódromo de nuestro país vibre con la llegada a la grilla de partida de un piloto argentino. En la toma, llegando a la largada del Gran Premio de F-1 en Buenos Aires. Foto: Archivo El Litoral