Editorial

El llamado del gobernador al diálogo y al consenso

El gobernador Antonio Bonfatti en su primer mensaje a los santafesinos llamó a la oposición política a dialogar para generar los consensos necesarios que le den gobernabilidad a la provincia. El llamado apunta fundamentalmente al Partido Justicialista al cual la ciudadanía santafesina le ha dado la mayor cantidad de miembros tanto en la Cámara de Senadores como en la de Diputados.

El propio mandatario provincial calificó de inédita la etapa institucional que se abrió el 11 de diciembre donde, por primera vez, desde la vigencia de la actual Constitución que el año próximo cumplirá 50 años, al Poder Ejecutivo lo ejerce una fuerza política y las mayorías del Legislativo, otra. “Esto, lejos de ser un problema, tiene que ser una oportunidad: la oportunidad de que encontremos los consensos necesarios para que Santa Fe sea un ejemplo nacional de convivencia política. Dialoguemos. Debatamos. Compartamos y opongamos posiciones y argumentos. Generemos los consensos necesarios”, señaló en sus párrafos centrales del mensaje, llamando a buscar un gran acuerdo santafesino respaldado por un Consejo Económico, Social y Político.

Las primeras y muy prematuras respuestas desde el justicialismo parecen querer abonar ese camino. El Senado avanzó rápidamente con un decreto de la gestión anterior autorizando el aumento del gasto presupuestario y el presidente de la Cámara de Diputados, Luis Rubeo, fue recibido por el ministro de Gobierno y Reforma del Estado y se comprometió a construir desde el consenso y el pluralismo una mejor Santa Fe.

Nunca como en esta etapa institucional la sanción de leyes así como la aprobación de pliegos de jueces, vocales del Tribunal de Cuentas, Defensores del Pueblo, ministros de la Corte, y Fiscal de Estado dependerán de la oposición política. Esta situación es también una carga de responsabilidad para el justicialismo que debe apoyar la gobernabilidad sin dejar de mimetizarse con el gobierno ni dejar de ejercer el control del gobierno. Es en ese delicado y angosto sendero donde deberá caminar un justicialismo, que ha perdido la identidad propia que tuvo años atrás, cuando era gobierno, mientras que ahora su inserción en la corriente de gobierno nacional se expresa en diferentes versiones que hacen -por ejemplo- que en principio en la Cámara de Diputados tenga 9 bloques diferentes para contener a los 28 representantes del pueblo.

El desafío está lanzado y entraron a correr los cuatro años de convivencia entre dos poderes con diferentes colores políticos. Es de esperar que las buenas intenciones iniciales de las partes no pierdan el efecto en los primeros cien días de gobierno, sino por el contrario, que vayan logrando los consensos necesarios para permitir el normal funcionamiento del Estado provincial y en lo posible tener una base de entendimiento que permitan reformar la Constitución para adecuarla al texto nacional aggionado a partir de 1994 y darle rango constitucional a figuras que mediante leyes o decretos ya forman parte del funcionamiento institucional de Santa Fe.