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Singular y versátil: la original propuesta de Francisco Ayala
Luego de su paso por Milán, una de las pasarelas más prestigiosas de la moda europea, el talentoso diseñador santafesino presentó su colección otoño-invierno basada en túnicas, foulards y ponchos, a la que denominó “El mundo es un pañuelo”. En estas páginas, algunas de sus originales propuestas.
TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. FREDY HEER.
“Desde el principio de los tiempos, los pueblos han vestido rectángulos anudados de distintas formas y envueltos de diferentes maneras para expresar sus paradigmas y definir su idea de elegancia”. Así comienza la descripción de los diseños que Francisco Ayala, conocido y reconocido creador en el mundo de la moda, presentó apenas una semana atrás en capital federal, la ciudad donde está radicado desde hace varios años. Fue poco después de arribar desde Milán, donde participó de la Feria del Prêt à Porter y donde sus creaciones, que llevan la distinción Marca País otorgada por la Cancillería, fueron calificadas como “meraviglia di artigianato e laboro”.
Para su propuesta 2012, Ayala ha recogido el ímpetu de las guardas geométricas precolombinas, pero esta vez dotándolos de una moldería que retoma también las formas primeras. “Parte de rectángulos y cuadrados como en las más antiguas civilizaciones, para recortar amplias siluetas, sólo ajustables en la cintura, con lo que sus diseños son aptos para todo tipo de figuras”, describe Diana Avellaneda, Lic. en Historia de las Artes. Así, sólo es suficiente modificar la manera de poner estas “piezas-pañuelo” para cambiar completamente el modelo. Estas prendas tienen entonces la posibilidad de ser “convertibles” en algo particular, según decida cada mujer.
“De los pueblos andinos, creadores del uncu, (pieza semejante a un poncho frecuente entre los Incas) -aporta Avellaneda- Ayala ha tomado su nobleza de adaptación, y en las distintas aproximaciones lo ha modificado, acortado, estilizado a fin de que valga como detalle principal del vestido. Las innumerables posibilidades de colocación permiten a la mujer que lo usa completar la creación, ya que son transformables al variar de posición, a modo de cuello, abrigo, chal, mangas, strapless, manto o pañuelo”.
Así, sobre texturas ligeras de gasas y telas aterciopeladas con pesos considerablemente distintos, derrama desde abstracciones de colorido étnico pintadas a mano, a flores bordadas en el más puro Art Nouveau. Porque todo se une en su espíritu de trabajo. “No en vano las horas de Ayala transcurren entre el taller de diseño de prendas personalizadas, (dedica horas al conocimiento del cliente), el estudio de los textos de iconografía que atesora y la asistencia a conferencias de temas tan disímiles como las túnicas Inca-Huari o las jilabas marroquíes”.
Las pinturas de sus vestidos ahondan en el pasado latinoamericano, en el arte oriental contemporáneo o en ciclos de la España Mora y suman a sus inspiraciones la delicadeza de la confección. “Ahora va más allá de las simbologías de poder del jaguar del incario y de las serpientes de Aguada, para adherir a otras improntas regionales, reelaborando imágenes del Chaco santiagueño, así como también de la Antigua Grecia, la Roma Imperial o de la Secesión vienesa”.
Para Ayala “hoy, la expresión de la singularidad debe agregarla cada uno con su modo personal”, a la vez que confirma que, aunque amplio y fantástico, “el mundo es un pañuelo”.
Francisco Ayala fue el diseñador del vestuario de Juan Moreira, estrenado en 2011 por el Ballet Folklórico Nacional, y también de los trajes de Hamutay para el Ballet Contemporáneo Nacional.
La Miss Argentina Antonella Kruger fue la encargada de abrir el desfile. Taina Ferreira (hija de la reconocida Anamá Ferreira) lució el vestido de novia.