HORIZONTES III DESDE EL 20 DE ABRIL
HORIZONTES III DESDE EL 20 DE ABRIL
El color fluye en Tatiana Corte
Ana Laura Fertonani
Tatiana Corte es madre, abuela, docente y también pintora. Este viernes 20, a las 20, inaugura en AG Arte (Bv. Gálvez 1514) otra muestra de pinturas “Horizontes III”, que podrá visitarse hasta el 13 de mayo. Allí se podrá contemplar su obra con los colores que le vienen naciendo -brillantes, vivos-, en acuarelas y técnicas mixtas. “Estoy trabajando desde fines del año pasado con pastel seco y acuarela, acrílico con empaste y enduido”, cuenta en vísperas de la muestra.
En su taller, sobre una mesa hay hojas y colores y potes y pinceles, sobre una silla está en camino el trabajo que ocupa sus tiempos y energías, y en el balcón, otra pintura se seca al aire libre. Su producción es continua.
El primer recuerdo que menciona que tiene que ver con sus inicios es la Escuela Provincial de Artes Visuales de Santa Fe y sus maestros: “Tuve la suerte de ir a la escuela de arte en una época que no sé si se habrá repetido en la escuela: fui alumna de Supisiche, Fertonani, en la época de oro, cuando la escuela estaba en Urquiza y Tucumán, una escuela preciosa”. Y los nombra a sus maestros/los maestros uno por uno: “el director Fernández Navarro; en dibujo, Gladis Brusa y Matías Molinas; en pintura, Supisiche, Fertonani, Godoy; en escultura a Bardonek y Sedlacek; en composición a Richard Pautasso; en morfología a Celia Schneider. Impresionante”.
Incorporar la mancha
“Tengo muchos recuerdos: salí de la escuela secundaria con la idea de un trabajo prolijo y tu abuelo (Ernesto Fertonani) me decía ‘incorporá la mancha’ ¡cómo manchar arriba de un papel!; me costaba mucho. Por aquella época el cursado era de 6 años en la escuela de arte, ingresé con título secundario, también se podía ingresar con la escuela primaria terminada, eran cursos pequeños, habremos sido 12... Matías Molinas me decía ‘a ver, vamos al patio’ y juntabas las ramitas y te conversaba y te hacía poner las cosas sobre el papel... me abrió la cabeza. Me mostró un universo desconocido de formas, colores, gente diversa con diversas educaciones e intereses”.
Tatiana cuenta que son cuatro hermanos, todos varones, por lo que siempre fue la mimada de la familia. Si bien no era habitual estudiar arte en aquella época, tuvo el apoyo de sus familiares, y paralelamente concretó el profesorado de Jardín de Infantes. “Salía de la escuela de arte y a la tarde iba al profesorado”.
Cuando terminó la escuela, donde eligió el taller de pintura, se casó, “tuve seis hijos y dejé, mientras los chicos fueron chicos, eran muy seguidos”.
“Dejé muchos años, cuando ya fueron más grandes volví a empezar, con temor, porque parece que te quedás en blanco. Fui al taller de Jorge Planas y estaba ahí y pensaba ‘qué estoy haciendo acá’ y me acuerdo que fue mágico, le dije a Jorge ‘no tengo idea qué hacer’ y entonces me dijo ‘date tu tiempo’ ”.
Empezó a trabajar y trabajar, primero yendo al taller y luego siguió sola, durante veinte años dejó la pintura, y hace diez que retomó y se volvió a enamorar de este mundo que extrañaba. “Sigo con la docencia y ahora, todas las horas que tengo, trabajo’’.
Tatiana da clases en la escuela media Padre Monti. “El trabajo con adolescentes es exigente, tengo un lazo afectivo grande con los chicos”, menciona.
COMPAÑÍA
—¿Cuál es tu relación con la pintura en este momento?
—Es mi compañera. Trabajo todos los días, y eso me lo marcaron los profesores. Algunas veces se piensa que te levantás un día con una inspiración y lográs un trabajo perfecto, que es el maná que te cayó del cielo y en realidad mis docentes me enseñaron que es el trabajo, la inspiración surge del trabajo, más trabajo, más errores y rectificás cosas y a partir de ahí obtenés logros. Trabajo muchas horas y la peleo a la obra. Por ahí trabajé, le puse empeño y hay algo que no va, la dejo, la abandono, la pongo contra la pared, en penitencia (sonríe) para no verla, pasado el tiempo la vuelvo a retomar y a veces sale y otras veces no, creo que soy una trabajadora. Me resulta sumamente gratificante pintar, muy placentero.
—¿Qué hacés si la obra no sale?
—La peleo, la trabajo y si no la tiro. Batallo primero, no me doy por vencida fácilmente. Uno tiene una idea abstracta en la cabeza, de la idea al plano hay todo un trayecto, llegado el caso, batallo meses. Si no va, no va. No me quedo con lo que no me gusta. Tengo varias cosas en marcha. Llega un momento en que no sabés si está bien, mal, te agota la obra y ése es un momento donde digo ‘lo dejo porque no lo sé’, tengo tres o cuatro trabajos empezados.
En el taller hay un placard, en un estante específico se encuentran dadas vueltas las obras que no salen, ésas que serán redefinidas por la insistencia.
PLACERES
Tatiana encuentra satisfacciones en el reconocimiento. “El año pasado después de una muestra en la Alianza Francesa, Domingo Sahda me hizo una buena crítica (ver análisis), y la mirada del otro, la de una persona talentosa, que sabe, que te alienta a seguir... me resultó como un premio.
“Tengo temores al exponer, es colgarme a mí misma. Y pese a que uno puede tratar de hacer las cosas lo mejor posible no siempre es así, a mí la mirada de otro me importa. El espectador tiene un papel importante, vos podés llegar o no, para mí el arte es un modo de comunicar, es un lenguaje, lo importante es que tu trabajo le llegue al otro por aceptación o por rechazo pero que no sea la indiferencia”, dice la artista. Ella pretende un “espectador con una postura abierta y sensible” frente al trabajo porque sabe que ahí en esos colores y formas hay algo de sus miedos, de sus alegrías y ambiciones.
Está enamorada de la obra de Pablo Picasso y en especial del Guernica. “Por el significado de la obra, la ausencia de color, las figuras fuertes y desgarradas, me conmueven”. También considera “fantástica” la obra de Dalí.
Desde su punto de vista en la ciudad poco a poco se está gestando un mercado de arte. “Las galerías están abiertas y la gente pregunta, se interesa, hay una apertura de la gente en comprar arte bastante marcada en relación a un tiempo atrás”.
Sabe que está en un buen momento de su vida y lo disfruta. “Tengo la posibilidad de exponer, estoy muy contenta con el trabajo, es muy placentero. Es justo el momento, tengo todas las horas del día para trabajar”.
Hace 10 años que volvió a pintar y desde el trabajo insistente continúa sus pasos de pinceladas entre técnicas y sensaciones. En una etapa en la que predomina el color en su obra, inaugura otra muestra en AG Arte.
Premios
Primer premio a su obra “La tormenta” (Canal 13 con el Arte, 1995); primer premio en pintura por “Dos Figuras” (Tercer Salón de pintura figurativa Color Luz IV, Buenos Aires, 2000); primer premio a su obra “Caserío” (Concurso de Arte de Tapas de las Páginas Amarillas del grupo Telecom, Cañada de Gómez, Buenos Aires, 2001); tercer premio a la pintura “Pajonal” (XVIII Salón de Pintura, dibujo y grabado; Club Colón de San Justo, Santa Fe). Obtuvo el Tercer Premio Oscar Esteban Luna, en el Salón de Acuarela 2009 Francisco Puccinelli (Santa Fe), por “Cálido”. Y la mención Especial del jurado 75 Salón Anual de Artistas Plásticos Santafesinos 2009. Finalmente, puede mencionarse una Mención, en 2009, del concurso Castilla y León “Raíces, arte e identidad” (Centro Cultural Borges, Capital Federal) y la distinción con el Tercer Premio en el Salón de la Acuarela Francisco Puccinelli, en 2010.
/// análisis
Soliloquio constante
Domingo Sahda (*)
La autora construye registros visuales de intensidad poética manifiesta que asientan su razón de ser en la captura inmediata del paisaje de horizontes inconmensurables, en los cuales se aventura la mirada para cerrarse en sí misma.
Las pinturas expuestas, de manifiesta tensión dramática, definidas por el gesto pictórico y el contraste de luces y sombras, se acoplan sin dificultades a las obras trabajadas con técnicas mixtas en las cuales la textura de superficie otorga una particular vivencia a las formas que se envuelven en sí mismas, o que fugan rítmicamente. Un manifiesto equilibrio cromático-compositivo planea en todos los trabajos a la vista. La intensidad y los contrastes reafirman, antes que sugieren, la densidad de una carga emocional de carnadura romántica que la autora transfiere a cada proposición plástica, sin caer en estampas de obvias y pueriles resoluciones.Tatiana Corte habla de y con el paisaje en un soliloquio constante. En estos escenarios, no suceden cuestiones baladíes. Son recortados ámbitos en los cuales se proyecta intensamente el sentimiento de lo fugaz, de lo inabarcable, del trasiego de una mirada melancólica constreñida por la elegancia del gesto pictórico. Aquí y allá, Corte ajusta su oficio de pintora sin apelar a triviales recursos. Pinta aquello que le importa, no como ajetreado oficio sino por el imperio de comunicar a terceros ensoñaciones dignas de ser compartidas.
(*) Crítica publicada en El Litoral en oportunidad de la muestra en la Alianza Francesa 2011.
Para visitar
La muestra se podrá recorrer desde este viernes a las 20 hs. hasta el 13 de mayo.
Trabaja en pastel seco y acuarela, acrílico con empaste y enduido.