Petrona C. de Gandulfo
Ella, Doña Petrona, la insuperable
Doña Petrona en su época de pleno apogeo. Foto: Archivo El Litoral
Ana María Zancada
Fue la única mujer que en la Argentina pudo decir que vivió de la venta de sus libros. Batió récords imposibles de superar y su nombre fue tanto o más popular que el de una actriz, político o escritor. Ni Borges, ni Sábato, ni el mismísimo Hernández con su “Martín Fierro” vendieron tanto. El libro de Da. Petrona fue de cabecera en todos los hogares argentinos. Se comercializaron tres millones de ejemplares en casi cien ediciones. La primera fue costeada por su autora y vendida desde la revista El Hogar, donde comenzó a publicar sus recetas.
Petrona Carrizo había nacido en Santiago del Estero, el 29 de junio de 1896. Su madre era descendiente de indígenas y su padre viajante. Tenían una casa de pensión. Hasta allí llegó un día una familia de Buenos Aires, los Gandulfo. Petrona por entonces tenía 18 años y se enamoró del hijo del matrimonio visitante. Se casaron y la niña cambió su tierra santiagueña por las luces de Buenos Aires. Pero resultó que el hombre de la casa era un simple empleado de correos y el sueldo no alcanzaba. Petrona no era mujer de resignarse con poco, así fue que encontró la oportunidad cuando vio un aviso de la compañía de gas de los ingleses pidiendo señoras jóvenes que supiesen cocinar. Ni lerda ni perezosa y por supuesto contra la voluntad de toda la familia, Petrona se presentó. En realidad por aquellos días no sabía hacer ni un huevo frito, pero le sobraba entusiasmo. Y allí comenzó la historia.
Para las novatas
Era la década del ‘30. Comenzaban a aparecer las cocinas a gas como una verdadera revolución y las firmas estaban dispuestas a promocionarlas. La revista El Hogar la llamó para dar clases de economía doméstica en un gran salón de la calle Río de Janeiro al 300. Ella recuerda: “Era curioso. En la platea se sentaban las señoras con sombrero que estaban separadas de las que no lo tenían, las domésticas, que iban al pullman, ése fue mi gran debut.”
Eran “Conferencias sobre arte culinario”. Fue todo un éxito. Comenzó a viajar a Montevideo y a Rosario. Luego vino la radio. Debutó en Radio Argentina con una audición diaria. Promocionaba a las flamantes cocinas de gas. Luego pasó a Excelsior y por último a Radio El Mundo, donde permaneció 25 años. Fue la radio la que la lanzó a la fama. Fue en esa época en que decidió la publicación de sus recetas. La primera edición apareció en la década del ‘30 y la vendió directamente en su hogar. Costaba siete pesos. En 1936 ya figuraba en las librerías. En 1937, leemos en la Revista Atlántida: “El libro de Da. Petrona, recetas de arte culinario”, por Petrona C. de Gandulfo. Un volumen encuadernado en tela, de 462 páginas con la fotografía de la autora. Impreso en los Talleres Gráficos de la Compañía Fabril Financiera, Bs. As.”
Y las palabras de la autora: “Con este libro deseo ayudar a toda señora amante del arte culinario. Con él la persona más novicia puede confeccionar los platos más exquisitos...”.
Así comenzó la carrera de esta mujer que fue toda una autoridad durante muchos años en materia de cocina. Las recetas no eran para nada económicas pero sin duda obedecían a la época en que nacieron. A pesar de los años transcurridos muchas aún siguen aplicándose. Las nuevas ecónomas, como Narda Lepes, le rinden homenaje.
La fiel Juanita
En 1945 llega desde La Pampa una humilde y callada mujer que le pide trabajo. Se llamaba Juana Bordoy. Desde un primer momento se convirtió en la sombra de la rotunda presencia de Da. Petrona. Pasó a ser Juanita, la que alcanzaba, preparaba, limpiaba y guardaba los enseres que utilizaba la estrella sin abrir la boca. Nunca se separó de ella.
Y llegó la TV. En 1952 fueron los “Jueves hogareños” de Canal 7. Pero su consagración en la pantalla chica fue a través del programa “Buenas tardes, mucho gusto”, por Canal 13. Fueron casi 20 años los lunes, miércoles y viernes a la hora de la siesta, su presencia era seguida por miles de mujeres.
Claro que luego vinieron épocas difíciles y las recetas de Da. Petrona no eran precisamente económicas. Ella se defendía diciendo que no se podía hacer buena cocina con economía. Pero de a poco tuvo que adecuarse a los nuevos tiempos. Inclusive publicó un nuevo libro “Las recetas económicas de Da.Petrona”.
También aparecieron “Coma bien y adelgace”, escrito en colaboración con el Dr. Cormillot y “El placer de comer y adelgazar”.
Pero el tiempo fue pasando. Tal vez no podía imaginar que con el correr de los años habría canales dedicados exclusivamente a la cocina con grandes y consagrados nombres dentro del mettier. Pero la popularidad de Da.Petrona ya estaba instalada en el país. En los años setenta llegó a recibir 400 cartas por día y a tener un registro con los nombres de 600 mil amas de casa.
Sus últimos años los pasó en su casa de Olivos, frente a la Quinta Presidencial, con su compañera de toda la vida, Juanita. Era infaltable en su rutina su whisky de las seis de la tarde, su cigarrillo y las comidas picantes.
Petrona C. de Gandulfo murió de un ataque al corazón el 6 de febrero de 1992 en su casa de Olivos. Tenía 95 años. Juanita estuvo siempre a su lado.
En 1995 se remataron todas sus pertenencias: sus ollas de cobre, moldes para torta, cubiertos ingleses con sus iniciales y un juego de loza inglesa que Da. Petrona utilizó para ilustrar una de las mesas de su libro.
En julio de 1995 murió Juanita Bordoy. Luego de morir Da. Petrona, había retornada a su tierra, en Santa Rosa, La Pampa. Tenía 79 años. Durante cincuenta y dos años fue la sombra de una de las mujeres más famosas de la Argentina.
El legado de Da. Petrona
Todas las ecónomas consagradas reconocen a Da. Petrona como la única, insuperable pionera. “Yo la amo, y la amaré siempre, porque la conocí personalmente y era una mujer sumamente generosa”, dice Blanca Cotta.
Ketty de Pirolo confiesa que ella despertó su vocación. Ada Cóncaro, Emmy de Molina, Narda Lepes y tantas otras y otros que llenan las pantallas de la TV. Su libro era infaltable en todos los hogares donde hubiese una mujer que hacía de la cocina la fragua donde se pretendía cocinar con amor y creatividad para luego reunir en la mesa a la familia argentina en un ritual que ojalá no perdamos nunca, como símbolo de unidad y cariño, a pesar de todos los inconvenientes que la vida moderna nos vaya presentando.
Fuentes: Atlántida Septiembre 1937, Todo es Historia marzo 1991, Clarín abril 1990, Clarín febrero 1992 y Clarín julio 1995.
Su libro de cocina batió récords de venta, superando a Borges, Sábato y hasta el Martín Fierro. Fue pionera de los programas de televisión dedicados a la cocina.
“Patria Petrona”
Se tituló esta idea del teatrista Alfredo Airas en una muestra interdisciplinaria que se realizó en Fundación Proa y que recorrió imágenes, trajes y esculturas de tortas clásicas del imaginario visual de un libro de recetas de Doña Petrona. Foto: Télam
Sus libros fueron siempre éxito editorial, con ventas impensadas.