Artes visuales
Artes visuales
Lucero / Molaro / Catalano - “En exposición”
Obra de Zulma Molaro. Foto: Flavio Raina
Domingo Sahda
Con el título que le otorga a la colección expuesta en la Casa del Artista, Asociación de Artistas Plásticos Santafesinos, de avenida Urquiza 3361, local 22 de nuestra ciudad, Mimi Lucero define sus proposiciones pictóricas expuestas en ese espacio. “A mi manera” llama a la colección de la cual es autora y en rigor, desde esa impronta distanciada de los carriles teóricos en boga, Lucero se introduce en el mundo de la pintura a partir de la reelaboración de imágenes preexistentes, sean pinturas o fotografías en las cuales el personaje que se reitera, es el de “la mujer” como ícono protagonista de su colección. En un sesgado homenaje de género la autora pinta directamente sobre el plano, generalmente con acrílico, rostros, perfiles y situaciones vividas. El proceso reproductor de lo preexistente se constituye en timón de su propuesta plástica, con diversas resoluciones formales sobre planos de tamaño medio y medio menor. Lucero se aventura en la captación y reelaboración de pinturas o fotografías otorgando a cada obra a la vista una perspectiva emocional, psicológica, evadiendo, a sabiendas o no, la precisión y la exactitud con miradas que ocasionalmente rozan lo ingenuo con logros dispares. El exceso de piezas expuestas redunda en conflictividades de percepción visual del conjunto, menoscabando tangencialmente la proyección plástica de las imágenes. No se trata de reproducciones en las cuales las pinturas logradas se enmarcan en subrepticios intercambios, sino que un aura difuminada modifica volúmenes, perfiles y actitudes de los modelos preexistentes. ¿Cuál es la proposición última de esta intencionalidad plástica? Quizás sea proyectar el mérito intrínseco de la mujer como protagonista sustantiva de la contemporaneidad la que alienta esta proposición, que puede ser leída como “homenaje de género”. Puede inferirse que la autora no define el objetivo constante de su perfil artístico, su “marca de fábrica”, sino que se adecua temperamentalmente a aquello que la imagen seleccionada para ser trasladada determina subjetivamente en la expositora. Su pintura no cuestiona a los sujetos pintados. Los traslada al hacer pictórico y les otorga una dimensión expresiva que la distancia del original. No aparece la captación de la interioridad de cada modelo. Sí en cambio una mayor o menor reelaboración que, sin evadirse de la autosujeción impuesta, otorga a una u otra obra cierta sutileza absolutamente personalizada.
La muestra conjunta se define y caracteriza al amparo del “pintar por el placer de pintar” sin adopción de posturas de lenguaje rupturista o cuestionamientos, sea técnico o conceptual dentro del lenguaje de la imagen: basculando entre la impronta de un cierto realismo teñido de opacidades de subjetividades expresionistas o naïves.
Molaro / Catalano / en AG/Arte
En la galería AG/Arte, de Bv. Gálvez 1514, Santa Fe, Zulma Molaro ha inaugurado una exposición de sus recientes trabajos, colección a la que titula “Composiciones”, en tanto que en otra sala del mismo espacio de arte Nanda Catalano exhibe una colección de pequeños trabajos, a saber: “Miniaturas en acuarelas”, tal cual la autora las define.
La colección de autoría de Molaro nos remite a la abstracción lírica, con profusa multiplicación de acentos formales y cromáticos que llevan el “todo” al primer plano de atención, sin jerarquizaciones sustantivas evidentes. Sólo muy esporádicamente se produce cierta contraposición formal entre la idea de “figura-fondo”. Todos los trabajos en exposición son la resultante de aquello que se rotula, en principio, como arte digital. Así la autora parte de una obra propia ya realizada para luego ser reconfigurada por el proceso de escaneado, trasladando la imagen preexistente al mecanismo tecnológico de la computación. Desde allí reelabora la imagen propia ya existente para así obtener otra imagen enriquecida en tamaño y acentos cromáticos mediatizados. Se traslada la imagen de la pantalla al plano de la tela o el papel previsto y así se obtiene la obra final.
Este proceso licúa el conflicto creativo del pintor frente al espacio acotado tenido como el definitivo. Al margen de intervenciones posteriores el núcleo inicial predetermina la sustantividad de la obra plástica. Se transfiere la carga subjetiva de la “aventura” de crear a la información plenamente controlada, que otorga calidades de mayor o menor impacto visual, pero que inevitablemente resta la sensación emocional de la materialidad sobre el plano que emerge de la pintura directa. Sobrevuela la idea de bello ornamento en cada obra a la vista.
Por su parte las “Miniaturas” de Nanda Catalano son precisamente eso, evadiendo el compromiso de la dimensión mayor del proceso creador de imágenes sobre el plano, cualidad esta que otorga presencia sustantiva a la imagen en su proceso de vínculo lingüístico.
Son, en conjunto, diminutos juegos pictóricos, quizás bellos en su pequeñez que en conjunto operan, arracimados, como una “instalación” en la cual pesa visualmente más la regularidad de lo enmarcado y dispuesto en el muro que los pequeños “Temas” no mucho más que acentos cromáticos que salpican ordenadamente el espacio.
Obra de Mimi Lucero. Foto: Luis Cetraro
Obra de Nanda Catalano. Foto: Flavio Raina