La rubia más deseada

La rubia más deseada

No, no se trata de Claudia Schiffer, ni de Valeria Mazza; se trata de la cerveza. Cuando leo algo sobre esta bebida que identifica a nuestra ciudad, recuerdo aquel lugar donde tomé mi primer “cívico”, lugar que lamentablemente ya no existe, la Chopería Modelo. Pienso en lugares donde se tomaba el liso bien tirado, como en La Cuevita (Ituzaingó y Santiago), la Chopería Alemana (La Rioja y 25 de Mayo), el Chanta Cuatro (Marcial Candioti y Bulevar) o el lo del “Rubio” Pachoni en “Los Quinteros” (Gral. Paz al 7600).

Y cuando digo bien “tirado” digo “de un solo golpe de canilla” con la temperatura justa, con la cantidad de espuma justa “dos dedos”, decía mi viejo. No esos lisos que “arreglan” antes que salga el mozo de la barra para que tenga algo de espuma y el vaso este bien lleno.

El vaso era de 300 cc, de vidrio fino y bien frío, el apoyavaso de un material fibroso de dos centímetros de alto. Había maníes con cáscara y lupines, dos ingredientes que no faltaban para acompañar un buen liso. Había que pedir dos en la primera vuelta, el primero se debía tomar en dos tragos para refrescar la garganta. El segundo y los siguientes, en no más de tres tragos, para no darle tiempo a que se caliente.

Con respecto a la temperatura que debe tener la cerveza para ser bebida, podemos decir que no debe ser muy baja ya que el frío, cuando es excesivo, anula la sensibilidad de las papilas gustativas y por lo tanto impide la percepción del sabor.

Como en otros ordenes de la vida, existen cervezas rubias y morochas. La negra también tiene lo suyo y posee además ciertas propiedades terapéuticas.

Según dicen los que estuvieron en la última fiesta de la cerveza artesanal, la mejor cerveza es “la que se trae puesta”. Las bebidas tienen mucho que ver con la comida, no solo porque acompañan el plato sino porque muchas recetas las incluyen entre sus ingredientes.

COSTELETAS DE CERDO A LA CERVEZA

Salpimentar ocho costeletas de cerdo y freírlas en aceite de oliva. Reservar. En el mismo aceite freír una cebolla cortada en rodajas; cuando esté transparente, colocar nuevamente las costeletas en la olla. Agregar una cucharada de mostaza en polvo, 250 cc de cerveza, un bouquet garni (con tomillo, orégano, laurel, apio, etc.) y corregir la sal. Dejar cocinar por 15 minutos. Servir acompañado de un puré de calabacín aromatizado con canela.

VERDURAS EN MASA DE CERVEZA

Blanquear ramitas de coliflor, de brócoli, repollitos de Bruselas, dados de zanahoria, etc.; por separado con abundante agua y sal. Escurrir y reservar.

En un bol colocar 250 gr de harina, dos huevos e ir agregando 150 cc de cerveza, hasta que se forme una pasta espesa. Salpimentar y agregar la manteca derretida, mezclar bien y dejar reposar por dos horas.

Calentar bien abundante aceite en una sartén. Pasar las verduras por la pasta hasta cubrirlas bien. Freirlas hasta que estén doradas y servir bien caliente.

CREPÉS VERDES

Colocar en un bol 500 gr de harina y salpimentar. Luego, agregar tres huevos y tres yemas, batiendo bien para mezclar. Agregar medio litro de cerveza y medio litro de leche, siempre batiendo. Por último, agregar medio paquete de manteca derretida fría y una taza de espinaca blanqueada y procesada. Mezclar bien y dejar reposar por lo menos cinco horas. Hacer los crepés bien finitos y rellenarlos a gusto. En otra entrega, propondremos distintos tipos de rellenos.

Hoy nuestro chef cocina con un ingrediente muy especial y típicamente santafesino: la cerveza.

POR PEDRO ELÍAS.