Consecuencia de una discusión de pareja

Freydoz asesinó a Soria en un

estallido de emoción violenta

Para el perito del Tribunal, la mujer no necesitó drogas o alcohol para consumar el crimen. Pero el perito de la defensa dijo que ella es “esquizofrénica, inimputable”. Otras opiniones.

Télam

El psiquiatra Ricardo Risso, perito oficial del tribunal que juzga a Susana Freydoz por el crimen de su marido, el gobernador de Río Negro Carlos Soria, declaró que la mujer actuó bajo emoción violenta y descartó la incidencia de cualquier otro trastorno mental en el asesinato.

Risso explicó que Freydoz fue acumulando agresividad y violencia a lo largo de una relación traumática con su esposo y que en la jornada de Fin de Año, en el marco de la reunión familiar que antecedió al crimen, esos sentimientos se agravaron en extremo.

El experto detalló los minutos previos al asesinato en la habitación matrimonial, donde Soria y Freydoz tuvieron una discusión muy violenta, como lo testimonió en el juicio la hija de ambos, María Emilia Soria, quien incluso cerró la puerta en donde dormía su novio porque le daba vergüenza que los escuchara pelear.

“Fue una discusión muy agresiva, en la que Soria la denigró completamente, ella sufrió una grave injuria de parte de su marido”, afirmó, y citó la palabra “oprobio”, confesada por la mujer en una de las entrevistas que le hizo, que si bien están bajo el deber del “secreto profesional”, justificó su mención.

De este modo, relató, Freydoz llegó a un límite y no necesitó un estado especial inducido por alcohol o psicofármacos para estallar en “emoción violenta” y matar a su marido. Descartó otra razón en el impulso homicida de Freydoz, incluyendo la serie de padecimientos de la imputada, que también ratificó el perito psiquiátrico de la defensa, Carlos Cornaglia, al afirmar ante los jueces que la mujer es “inimputable”.

Cornaglia aseguró que Freydoz sufre esquizofrenia, bipolaridad, delirios paranoicos y celopatía, un cuadro que le provoca una tendencia al suicidio y al homicidio.

Sobre este diagnóstico, sumó la existencia de una lesión cerebral comprobada -según afirmó- por resonancia magnética, y causada por el consumo abusivo de alcohol y Alplax.

Se extendió sobre el psicofármaco de amplia difusión en el mundo, pero cuya droga (alprazolam) es muy cuestionada por sus efectos no deseados, y que incluso en países como Suiza está prohibida.

Estos dos testimonios, fundamentales para la definición del caso, en el que la discusión se centra en si Freydoz es o no imputable, llevaron más de cuatro horas e hicieron de la sexta audiencia del juicio la más extensa.

Además declaró el psicólogo Sergio Alejandro Blanes Cáceres, del cuerpo médico forense del Poder Judicial de Río Negro, quien realizó una pericia a la imputada a un mes del crimen de Soria y señaló que no advirtió en Freydoz trastornos vinculados a celos patológicos en Susana Freydoz, aunque sí rasgos obsesivos.

Determinó a través de diferentes tests y estudios, sumados a la entrevista personal, que Freydoz consumía alcohol en forma “abusiva”, pero que no se transformó en “adicta”, por lo que eso no causó trastornos mayores en su personalidad.

Descartó una situación de delirio, señalando que los celos eran obsesivos pero tenían conexión con la realidad, y dijo que sufre un cuadro depresivo, agravado después del hecho, aunque “comprende perfectamente lo que ocurre en su entorno realidad”.

También la psiquiatra Alicia Anahí Hermida, a cargo del equipo que atiende a Freydoz en el hospital de Cipolletti, contradijo el cuadro descripto por Cornaglia, y descartó dependencia y adicción a las drogas y el alcohol.

Asimismo, descartó cualquier disociación de la mujer con la realidad o delirio, o un trastorno paranoide, y sí ratificó la conducta celosa y obsesiva. Agregó que Freidoz tiene una permanente “ideación suicida” y que expresa con claridad su intención de quitarse la vida. “Yo ya sé lo que tengo que hacer, sé cuándo hacerlo y cómo”, le dijo la imputada en una ocasión, lo que obligó a reforzar su atención y contención. De todos modos, la psiquiatra aclaró que este diagnóstico puede mejorar hasta llegar a una “externación”. El juicio, que comenzó el 15 de octubre, continuará el lunes próximo con los últimos tres testimonios, y luego con los alegatos, cuya fecha tentativa es el 7 de noviembre. Está a cargo de la Cámara Primera en lo Criminal de General Roca, que hasta hoy tomó declaración a 28 testigos.

El crimen de Soria fue cometido el 1º de enero último, tras la cena de Fin de Año en la chacra del matrimonio en las afueras de General Roca.