A los hermanos Comachi...

Los une la misma pasión

Uno es delantero, el otro enganche. Martín y Lucas Comachi sueñan con jugar juntos en la primera de Colón. Por ahora, entrenan en la reserva afista.

Los une la misma pasión

Los hermanos Comachi. Martín y Lucas y su anhelo compartido: llegar a jugar en la primera de Colón. Foto: Luis Cetraro

 

Julián Andrés Monzón

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Fueron por caminos diferentes en un principio, pero el fanatismo por los colores rojinegros, sumado a algunas circunstancias futbolísticas, hicieron que Lucas elija volver a Santa Fe para jugar en Colón y soñar con la gloria deportiva. Martín, por su parte, lleva 6 años en el club, con la experiencia de ya haber concentrado y participado del banco de suplentes del primer equipo.

No bajar los brazos

Martín hizo la pretemporada en Mar del Plata el año pasado, pero luego perdió continuidad de entrenamiento. Hoy, se quedó en Santa Fe aunque no deja de luchar por su objetivo.

—¿Qué expectativas tenés en este nuevo año?

—La expectativa para mí siempre es poder afianzarme y ganarme un lugar en primera.

—¿Por qué no repetiste pretemporada como el año pasado?

—En 2012, tuve la mala suerte de lesionarme y me costó recuperarme. Este año no me llevaron a Mar del Plata, pero tampoco a otros chicos que nos tocó hacer la pretemporada con reserva. Hay que ver lo positivo: capaz que eso nos sirve para hacer más fútbol y llegar bien cuando arranquemos a entrenar todos juntos.

—Con tantos delanteros, parece complicado encontrar tu chance, incluso en reserva.

—Sí, está complicado, pero es una competencia linda, sana, como pasa en todos los clubes. Hay muy buenos delanteros en reserva, en liga, en inferiores, así que hay que lucharla. Callejo hizo muchos goles, Argüello también, y Cenci marcó muchos en liga, pero hay que seguir peleándola, porque hay muy buena calidad.

—En el clásico de reserva te vimos de mediapunta. ¿Ésa es la solución para encontrar un lugar o fue sólo ese partido?

—Jugué un poco retrasado y, aunque no es mi posición natural, me siento cómodo. Yo soy más de área, pero ese partido me tocó con “Pipa” Alario y él jugaba más de punta y yo me retrasaba a buscar la pelota. Pero no es que jugué de enganche, simplemente bajaba más, para pedir la pelota.

—¿Qué creés que le falta a Martín Comachi para ganarse un lugar y consolidarse en primera?

—Creo que el jugador necesita una etapa de maduración. Todos estos años que yo fui pasando en el club, ya sea cuarta, liga, reserva o primera, fue vivir un montón de cosas. Cuando el “Turco” Mohamed me subió a primera me dijo: “Te tenés que cansar de hacer goles, juegues donde juegues, y tenés que madurar”. Creo que hoy he logrado esa maduración, sólo me resta poder tener la chance.

—¿Qué partido recordás más?

—Un clásico de 5ta. que ganamos 1 a 0 con gol mío, faltando un minuto. El debut en reserva contra River, que ganamos 2 a 0 en el Monumental.

—¿Cómo fue la primera vez que concentraste con primera?

—Una emoción terrible. Cuatro veces me tocó ir al banco. Se siente una alegría tremenda. Pensás en tu familia y en tus amigos y es una emoción bárbara.

Hacerle caso al corazón

El proceso de Lucas fue diferente. Rápidamente pasó a Boca Juniors para jugar en inferiores de AFA. Sin embargo, el año pasado por decisión propia se volvió a Santa Fe.

—¿Cómo es jugar en Buenos Aires?

—Es algo diferente, porque es otro roce, es otra competencia. Jugás con presión todos los partidos porque estás en Boca y todos te quieren ganar. Pero es un proceso de maduración como dijo Martín, así que se aprende mucho.

—Vos elegiste no seguir. ¿Por qué?

—Por varios motivos. Primero fueron las elecciones donde gana Angelici. Iba a haber cambios que a mí no me gustaban y donde entendí que no iba a estar cómodo. Por eso elegí venir acá a Colón.

—No todos los jugadores pueden elegir y que además el club los acepte.

—Seguro, pero elegí porque aparte soy hincha de Colón, quiero jugar y triunfar acá y es algo que hablo mucho con mi hermano y con mi viejo. Es cierto, tuve mucha suerte en poder elegir y que me reciban.

—¿Pensás que por tu puesto tenés más chances que tu hermano?

—Pero también sé que el enganche hoy en día tiende a desaparecer. Muchos no se la juegan, es un puesto complicado y por eso jugué muchas veces de punta, tirado un poco por izquierda o de volante por derecha también. Aunque siempre tengo la esperanza de llegar como enganche.

—En el 2005, había un pibito que junto a Ximena Capristo y Silvina Luna modeló la camiseta de Santa Fe Fútbol. ¿Ves seguido el video?

—Vos sabés que nunca lo pedí. Tengo recortes del diario, tengo fotos y fue muy lindo porque recién empezaba en el club y me encontré con todo eso.

—¿Cómo te eligieron?

—Estábamos en una prueba, cuando “Cacho” Roteta y Matías Vidoz me dicen que van a hacer un video institucional y que se iba a hacer toda la presentación. Así que fue inesperado ser partícipe de toda esa movida.

—¿Qué aprendiste en Boca que ahora lo aplicás acá?

—Muchas cosas. Allá el ritmo es otro, es mucho más rápido, no te deja pensar mucho y te comen. Tuve la oportunidad de jugar con Paredes, con Álvarez, con Paul Fernández, que hoy están en primera. Aprendí mucho de ellos, me quedaba mirando a Román (Riquelme) cómo le pegaba a los tiros libres. Pero también aprendí otras cosas personales de la vida: a manejarme solo, a administrar tu plata, a extrañar y no venirme.

—¿Jugaste el clásico?

—Acá en Colón no, pero sí jugué Boca-River allá.

—¿Cómo es?

—Es un mundo aparte. Justo fueron mi hermano y mi viejo.

—¿Soñás con jugar junto a Martín?

—Es lo que hablamos siempre con mi viejo y Martín, que tenemos muchas ganas de jugar juntos y haber hecho esta pretemporada a la par nos pone muy contentos.

No a la defensa

Martín nos explica por qué ninguno de los hermanos es defensor: “Yo empecé jugando de 4 por mi viejo. Pero un día él nos sentó a mi hermano y a mí y nos dijo: ‘quiero serles sincero y que elijan una camiseta del 7 para arriba. No quiero que sean defensores y perros como yo’. Entonces mi hermano se hizo enganche y yo delantero”.

Comenzó en los ‘80

La tradición futbolera de los Comachi comenzó en 1988, cuando un joven correntino, llamado Marcelo Comachi, llegó de Independiente para jugar en Colón. Luego Marcelo se instaló definitivamente en nuestra ciudad y sus hijos heredaron el fanatismo que su padre tiene por el sabalero. Para Lucas, “tener un padre futbolista y que vivió lo mismo que nosotros es de gran ayuda. Y más en las malas, porque siempre nos levantó y aparte de eso él fue quien nos hizo hinchas de Colón a nosotros. Él se quedó a vivir acá y mis tíos y mis amigos son todos sabaleros. Incluso a la abuela la hicimos hincha, así que por eso tenemos tantas ganas de triunfar en Colón”. Martín también agregó que “a veces ser hijo de un futbolista es tener un peso extra. Porque vos querés demostrarle a tu papá que querés triunfar y hacer lo que él hizo, no por competir con él, sino por darle esa alegría, que además es algo familiar ya”.