Alberto Federico Acosta, el santafesino al que Bergoglio admiró...
“No te retires Beto que necesitamos tus goles”
El Papa es futbolero e hincha de San Lorenzo. Creció con el recordado equipo de 1946. Y este sábado, estará al tanto de lo que pase con el “Cuervo” ante Colón en Santa Fe.
Enrique Cruz (h)
La elección del nuevo Papa fue verdaderamente sorpresiva para el país. Y como en la Argentina la vinculación con el fútbol se hace inevitable para todos, lo primero que se buscó de Jorge Mario Bergoglio fue su filiación futbolera. Y nos encontramos con un fanatismo por San Lorenzo y una predilección muy especial hacia el santafesino Alberto Federico Acosta, el hombre nacido en Arocena que asomó en la segunda mitad de la década del ‘80 en la primera de Unión y luego triunfó en el club azulgrana, convirtiéndose en un goleador implacable que llegó a ser ídolo de la institución.
“¿Para qué te fuiste, Beto?, no le hacemos goles a nadie”, fue la frase que Bergoglio destinó al santafesino, cuando Acosta decidió su retiro del fútbol y se encontró con el hoy Papa de la Iglesia Católica.
—¿Te acordás de ese día?
—Me acuerdo que un día, cuando el equipo no andaba muy bien, vino a saludarnos y me tiró una chanza diciendo que San Lorenzo me extrañaba y que nos vendrían bien un par de goles míos.
—¿Y la anécdota de la camiseta?
—Eso fue en el 2002 ó 2003, más o menos, se la regalamos con el plantel. Para mí, es una alegría tremenda y la verdad es que resulta muy emotivo. Me encantaría ir al Vaticano y volver a verlo. Siempre recuerdo su pasión por San Lorenzo.
—¿Tenías alguna dimensión, hace 10 u 11 años, que en ese hecho de la entrega de la camiseta se estaba gestando algo histórico para todos ustedes?
—No, para nada. Sabíamos que le estábamos dando la camiseta a quien en ese momento era arzobispo de Buenos Aires, pero lo teníamos como un hincha más, un poco más caracterizado, pero un hincha más de los muchos famosos que tiene San Lorenzo.
—¿Tenés una foto con él?
—En una entrega de premios donde estaba Carlos Bianchi y Cachito Vigil, entre otros, me sacaron una foto. No la tengo y me encantaría disponer de ella. Supongo que en el Arzobispado debe estar o alguien la podrá tener. Si la consigo, la pongo en el celular o de fondo de pantalla.
El Beto tuvo un gran paso por San Lorenzo y salió dos veces campeón (Mercosur y Sudamericana). En realidad, su primera incursión por Boedo se dio apenas se fue de Unión y siendo muy joven, abandonando la práctica profesional en 2003 con 37 años y la vigencia goleadora intacta en Boedo.
Esto, seguramente, hizo que Jorge Mario Bergoglio lo tuviese al Beto como uno de sus jugadores predilectos, algo que quien hoy es noticia a nivel mundial se encargó de decirlo a los cuatro vientos cada vez que concurría al Nuevo Gasómetro
Aquel equipo del ‘46
El Papa era chiquito pero ya iba a la cancha de la mano de su padre. El Viejo Gasómetro de avenida La Plata, con esas amplias tribunas de madera, se constituía en el reducto futbolero que Bergoglio admiraba cada fin de semana. Y seguramente el gran equipo azulgrana de 1946 le habrá dado las primeras grandes alegrías, a pesar de su corta edad.
Blazina; Vanzini y Basso; Zubieta, Grecco y Colombo; Imbellone, Farro, Pontoni, Martino y Silva fueron la base de ese equipo al que el Papa siempre referenció en sus charlas futboleras.
Después llegaron los tiempos de los Carasucias y los Matadores en la década del ‘60, de aquel bicampeón del “Toto” Lorenzo en 1972, del equipo del ‘74, la desazón por el descenso de 1981 y la posterior alegría por el ascenso al año siguiente, cuando San Lorenzo reventaba los estadios, y más acá en el tiempo, el equipo del profesor Pellegrini, por ejemplo, que le siguieron dando nuevas alegrías al hoy Papa.
Jorge Mario Bergoglio se dio el gusto también de oficiar una misa en las instalaciones de San Lorenzo. Y tanto Lammens, el actual presidente, como Marcelo Tinelli ya planean hacerle llegar un presente que vaya más allá del comunicado emitido ayer mismo por la institución. Entre tantos regalos y presentes, algo que llegue con los colores azul y grana al Vaticano provocará mucha emoción y algunas lágrimas a este Papa “cuervo”.
