Entrevista con el secretario de Coordinación de Seguridad en Competencias Deportivas

Pablo Farías: “Actuaremos con firmeza para impedir la violencia en los estadios”

“Para nosotros está claro: primero tenemos que resguardar la integridad de las personas. Después está la pasión, los resultados deportivos o los intereses de los clubes”, sostuvo Pablo Farías al describir su labor al frente de la flamante secretaría.

Pablo Farías: “Actuaremos con firmeza para impedir la violencia en los estadios”

Para Farías es clave la formación de un equipo de trabajo que se especialice en la problemática de la seguridad en las grandes concentraciones de personas. Foto: Luis Cetraro

 

Guillermo Dozo

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El gobierno de la provincia creó hace pocos días la Secretaría de Coordinación de Seguridad en Competencias Deportivas y Espectáculos Masivos y como su titular asumió el Dr. Pablo Farías, quien integrara el gabinete de Hermes Binner como ministro de Desarrollo Social desde 2007. Ahora, enfrenta la difícil tarea de coordinar las acciones para que los espectáculos deportivos -el fútbol, principalmente- dejen de ser el foco de conflicto que semana tras semana se lleva la atención de los titulares periodísticos.

En diálogo con El Litoral, reconoce Farías que “si bien la Secretaría está acotada a una sola problemática está claro que ésta es compleja y aguda. Por la repercusión que ha alcanzado su creación lo que siento es que es un área que hacía falta, demandada. Además, después de haber participado en varias reuniones para la organización de los partidos de fútbol, está claramente justificada la creación de esta área, y tenían razón tanto el gobernador (Antonio Bonfatti) como el ministro de Seguridad (Raúl Lamberto) cuando idearon esta Secretaría, porque hay un montón de cuestiones que no pueden ser tomadas como un ítem más entre muchos porque merece un seguimiento diario, un avance, una consecución de los temas.

Tarea conjunta

—Debo generalizar, pero lo que se percibe hasta acá es que en muchos operativos aparecía la “sábana corta”, porque siempre había algo que se escapaba o quedaba descubierto. ¿Cómo se aborda esta problemática?

—No podemos tener una visión inocente de pensar que quien es hoy un generador de violencia deje de serlo de un día para el otro. Lo que tenemos que evitar es que esas personas logren su cometido. Tenemos que evitar que entren a los estadios, que estén en los partidos o que estén generando hechos de violencia en donde sea. Para eso, tenemos que activar los resortes que existen y para los cuales existe un respaldo normativo que permite que estas personas no puedan estar en los estadios de fútbol. Ahora bien, el compromiso tiene que partir de las autoridades, de la Justicia como también de la Policía y fundamentalmente de la dirigencia deportiva.

—Hasta ahora por lo que le ha tocado ver, la Policía ¿en qué condiciones está para hacer frente a los partidos más complejos en la provincia?

—Veo algunas personas dentro de la Policía con una aquilatada experiencia en la organización de los operativos de seguridad y por otro lado me parece que hace falta una preparación especial en algunos cuadros de la fuerza que, opino, tienen que estar atados al desarrollo de esta Secretaría, trabajando exclusivamente este tema. Y con ello me refiero no solamente a los partidos de fútbol sino a todos los eventos o espectáculos masivos donde hay una confluencia de muchísima gente. Porque hay que entender que existe un montón de condiciones y de características comunes y, en la medida en que desarrollaremos una especialización de algunos cuadros de la Policía y de la gestión en esto, seguramente vamos a tener un piso donde arrancar y trabajar sobre las eventualidades y las excepcionalidades que los cotejos tienen.

—A veces se presenta una queja tanto en Santa Fe sobre algunos excesos en la represión en la Policía de la provincia y hasta motivó la queja en Córdoba...

—Sí, más allá del hecho puntual de lo que sucedió con Belgrano de Córdoba y Ñuls hace un par de semanas lo que creo es que si no se elabora correctamente un operativo de seguridad lo que podemos tener es un entrenamiento cara a cara de la policía con algunas personas. Además, si se llega a una situación en donde las condiciones provocan que la policía se vea desbordada lógicamente esto genera actitudes autodefensivas y muchas veces esto lleva a la violencia. No digo que no haya policías que se equivocan, ni niego que haya policías que no estén suficientemente preparados, los hay, pero muchas veces esos hechos se explican en que no se ha hecho un diagrama correcto. Cuando el diagrama es correcto, cuando hay un buen flujo para que se muevan las diferentes hinchadas, con los tiempos necesarios, con los espacios adecuados en los estadios -que es un tema que nos preocupa mucho- me parece que se reduce la posibilidad de ese choque y que la policía trabaja más racionalmente y con mejores resultados.

—Generalmente se observa en los estadios a la policía que mira el espectáculo en lugar de mirar hacia las tribunas tal como ocurre en otros países y en otros deportes, esto ¿se puede corregir?, además ¿la policía de civil sirve dentro de la tribuna?

—Sí sirve, nosotros estamos pensando algunas medidas y el personal de civil sirve si tiene claros objetivos, si está para contener, para identificar a quiénes tienen ascendencia en la tribuna, a quienes lideran las barras y pueden entablar rápidamente un diálogo, sí sirve. No nos parece que sirva como un operador de inteligencia sino que -como está de civil- debe estar más predispuesto al diálogo a hacer entrar en razones a una persona. Por lo demás, con la tecnología que existe, la videovigilancia, las bases de datos que ya circulan y que esperemos que se vayan mejorando en el corto plazo no tiene ningún sentido hacer inteligencia. Eso me parece que pertenece a otra época.

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Proteger la vida

—Generalmente la policía diagrama operativos en torno a un partido tanto para el estadio como para las inmediaciones, pero en un clásico, por ejemplo, el partido “empieza” antes y puede “terminar” mucho después de acuerdo a cómo se den los resultados. Esto es también bastante complejo para diseñar.

—Sí, absolutamente. En esto creemos que hay que diferenciar lo que es el operativo de seguridad y sus alrededores porque acá también dependemos mucho de la actividad propia de los municipios que, por ejemplo, tienen que controlar la normativa que fija 800 metros a la redonda para el expendio de bebidas alcohólicas; colocando correctamente la venta ambulante y también algún control disuasivo de seguridad que pueda estar relacionado con alguna disputa deportiva. Pero hay una elemento más ahí, sobre el que tenemos que trabajar en conjunto con más instituciones que es el sembrar conciencia en la sociedad de que el fútbol, más allá de la pasión, no puede poner en riesgo la vida y la seguridad de las personas. Y eso es algo que tenemos absolutamente claro: primero está la vida y la integridad de las personas después está la pasión, los resultados deportivos, o los intereses de las instituciones. Todo eso es secundario frente a lo principal y con esa premisa vamos a trabajar Y si tenemos que tomar decisiones que no sean simpáticas porque lesionan de alguna manera esas ganas de divertirse o de vivir apasionadamente un encuentro pero que garanticen la seguridad o que sean la única forma de garantizar la seguridad, la vamos a tomar.

—Mano dura....

—No sé si mano dura. Sí, firmeza en las decisiones. No quiero hablar de mano dura porque muchas veces se lo ata a un concepto puramente represivo. Sí, me parece que hay que tener firmeza y cumplimiento de las normas. Esta debe ser una de las actividades más normadas que existen: está normada no sólo la actividad deportiva, sino quién puede estar dentro del campo de juego, qué tienen que hacer los árbitros cuándo hay un conflicto, qué tienen que hacer los jugadores, qué tiene que hacer la dirigencia deportiva en las tribunas, cómo tiene que estar dispuestas, cómo tienen que estar los alrededores del estadio. Todo está reglado, hay que aplicar esta normativa. Eso sí hay que tomar decisiones fuertes para acompañar las consecuencias que trae la aplicación de estar normativa.

—¿Cuántos derechos de admisión tienen firmados los clubes de primera división de la provincia de Santa Fe?

—No tengo el dato. La verdad es que no tengo la cifra. Sí, sé que es una materia pendiente el derecho de admisión no sólo en Santa Fe sino en todo el país. Es algo que es un denominador común en todas las reuniones que he tenido hasta el momento y en las que he estado presente. Creo que es uno de los grandes temas sobre los que vamos a tener que trabajar.

—Se percibe que en el fútbol -como en otras tantas áreas en nuestro país- hay un universo de normas, hasta un exceso de normas, pero que no hay sanción.

—Sí, en eso vamos a trabajar. En estos días, estableceremos contactos con los integrantes del Poder Judicial y la idea es poder trabajar, por ejemplo, con las causas que están en trámite y ver qué pasa con ellas; nos interesa además tener perfectamente identificados los jueces y fiscales de turno en cada fin de semana y nos interesa también si podemos lograr la presencia física y activa del Judicial también en los encuentros o en las cercanías para poder actuar rápidamente y para poder asumir compromisos con estas causas. Es una de las patas que tiene esta problemática.

“Todo lo que sea necesario”

—Otro problema son los barrabravas, que muchas veces están vinculados directamente a la dirigencia de un club y hasta son los que llevan adelante los negocios de esa dirigencia dentro y fuera de los estadios.

—No podemos negar que eso existe y que es un enemigo de temer. Porque esto es lo que les da alguna fortaleza y respaldo: cuando están vinculados a los negocios o con conexiones de ese tipo. Creo que tomando las decisiones adecuadas en el momento justo se van a ir reduciendo. No estamos para proteger ningún interés en particular, todo lo contrario. Desde lo personal estoy dispuesto a tomar las decisiones que sean necesarias y que al rozar esos intereses signifiquen amenazas o ese tipo de cuestiones. Sé que eso puede llegar en algún momento pero estamos para hacerlo. Estamos en este camino porque de lo contrario siempre quedamos en el mismo camino: en la vía del “no se puede”. La verdad es que yo creo que se puede. De otro modo no hubiese aceptado el cargo.