La vuelta del renegado

Después de doce años de ausencia, uno de los personajes más emblemáticos de Robin Wood y la editorial Columba, Dago, vuelve a ser publicado en el país con episodios inéditos. Postales prodigiosas y furiosas del fin de una época.

TEXTOS. EMERIO AGRETTI. ILUSTRACIONES ORIGINALES. LUCAS CEJAS

 

Noble veneciano, esclavo de los turcos, renegado, jenízaro, enviado del visir, embajador del mundo musulmán en la convulsionada Europa del siglo XVI, explorador de América, monje, regente de un burdel. La lista de títulos es apenas el currículum abreviado de Dago, un personaje trágico al que los avatares de la historia y el éxito editorial convirtieron en el epítome del aventurero, codeándose con reyes y Papas, generales y mendigos, monjes y mercenarios, piratas y princesas, sabios y prostitutas. Un periplo que lo llevó por tres continentes y a intercambiar lances -no sin algún anacronismo o licencias narrativas- con personajes históricos como Solimán el Magnífico, Barbarroja, Vlad Tepes (Drácula), Francisco de Francia, Carlos V, Pizarro y Miguel Angel.

Traducido a varios idiomas -incluso el turco, modificando el origen europeo del personaje- y admirado por Umberto Eco, junto a cientos de miles de lectores de distintas partes del mundo, Dago es el personaje más exitoso del prolífico Robin Wood (Nippur de Lagash, Savarese, Pepe Sánchez y una lista interminable), convertido en obra maestra por la magnífica recreación de época y ajustados guiones de su creador, y por el preciosismo y erudición histórica del dibujo de Alberto Salinas.

Con no reconocida inspiración en la obra del finlandés Mika Waltari (Mikael el renegado), la historieta se publicó por primera vez en la revista Nippur Mágnum Todo Color nº1 (23 de junio de 1981), y continuó a lo largo de casi 20 años y algo más de 200 capítulos. Para entonces el personaje ya se había convertido en un mega-éxito en Italia, donde se siguió editando de manera ininterrumpida, en formados de episodios autoconclusivos, sagas extensas por entregas y albumes completos -alguno de los cuales recaló en nuestro país en ediciones aisladas-, y con distintos dibujantes: Carlos Pedrazzini (Morten), Gerardo Canelo (Rocky Keegan), Rubén Marchionne (Dax), Enrique Villagrán (Los aventureros) y el español Joan Mundet (ilustrador de los libros del Capitán Alatriste). Y, sobre todo, el cordobés Carlos Gómez (Capellán, Kent), que tomó la posta de Salinas con un dibujo tan dinámico como cargado de detalles y rico en ambientación.

Precisamente, de la inmensa cantidad de historias de Dago que nunca se llegaron a ver en Argentina -ni se publicaron en castellano-, es posible ahora acceder a una parte, gracias precisamente a una gestión desarrollada por el propio Gómez. Para ello, la revista Comic.ar se convirtió en editorial, y acordó con el artista y con Robin Wood Producciones la publicación, en principio, de 12 tomos de unas 100 páginas cada uno; lo que equivale a cerca de 100 capítulos en total.

La serie arranca con los tres tomos ya publicados y agrupados bajo el nombre de “El saqueo de Roma”, que retoma la historia en el punto en que estaba cuando Dago dejó de salir en el país. Esto es, con el protagonista marchando con el ejército imperial español durante el reinado de Carlos V, en el marco del enfrentamiento con Francia y la Europa católica. Pero vale la pena recordar lo ocurrido hasta llegar ahí.

UN REPASO HISTÓRICO

Todo empieza en la primera década del siglo XVI, cuando un noble veneciano de apellido Renzi descubre que hay compatriotas negociando en secreto con Solimán, el Sultán turco, y termina asesinado junto a toda su familia. O casi toda, porque César -traicionado por su amigo Giácomo Barazutti-, sobrevive luego de ser arrojado a los canales de Venecia y dado por muerto. En la espalda lleva clavada la daga que dará origen a su nuevo nombre, luego de ser rescatado y convertido en esclavo de los turcos. Barazutti, el Príncipe Bertini, el banquero griego Kalandrakis y el embajador turco Ahmed Bey se convierten, desde entonces, en la razón de supervivencia de Dago, convertido por los promocionales de la editorial Columba en “el hombre que no morirá hasta cumplir su venganza”.

Así, los primeros episodios de Dago son pródigos en tragedias e injusticias. Se lo ve como remero, entre beduinos y casi moribundo en los polvorines de Argel, intentando una y otra vez la fuga, viendo sufrir y morir a sus pocos amigos, endurecido hasta la insensibilidad y sin otra motivación que el odio. Un golpe de suerte le permite salvar la vida del pirata Khair-Ed-In (Barbarroja) y ganar su libertad, que ejercerá como renegado al servicio del sultán Solimán, en Constantinopla. Otro golpe de suerte pone bajo su alcance al banquero Kalandrakis, quien se convierte en el primer ejecutado de su lista.

A partir de allí, Dago ingresa al cuerpo de Jenízaros -el ejército de elite entre los turcos- y no tarda en posicionarse como hombre de confianza del Gran Visir Ibrahim. En una de las misiones que le encomiendan, traba relación en Rumania con Vlad Tepes, el Drácula histórico, y acaba con el segundo traidor de su lista, Ahmed Bey.

Convertido en una auténtica y temible celebridad como El Jenízaro Negro, participa del asedio a Viena y de la campaña para devolver el trono de Abisinia a su legítima heredera. En el trance se encuentra frente a frente con su ex amigo Barazutti -ahora casado con su antigua prometida Ginetta della Barca-, a quien nunca llegó a matar, pero le corta ambas manos.

La siguiente misión será rescatar a la hermosa e intrigante Roxelana, la favorita del Sultán, de manos del pirata griego Kastriotas. Como el regreso no estaba en los planes de la mujer, ella termina convirtiéndose en una de sus más feroces enemigos. En esta saga Dago adopta al perro Muerte, protagonista de varias historias.

A continuación, el personaje recorre el Imperio Otomano como delegado del Visir, y con poder para impartir justicia. Luego de cumplir con otros encargos -diplomáticos y bélicos-, vuelve a recalar en Europa, pero esta vez como embajador de Barbarroja, ante el rey Francisco de Francia. Lo que le permitirá -y al autor con él- meterse en las intrigas palaciegas y los pormenores de la guerra europea, jugar con unos cuantos personajes históricos reales, y bajar línea sobre los efectos de la ambición y el fanatismo.

SIN FINAL A LA VISTA

Justo después de esta etapa llega la de “El saqueo de Roma”, en 1527. Una saga dura, amarga, donde el heroísmo escasea y poco puede hacer frente a la barbarie desatada. Los episodios de violencia, sometimiento y destrucción campean en las páginas magistralmente dibujadas por Gómez, que asombra con la ambientación y los detalles de uniformes, construcciones y armas de la época. El guión de Wood, en tanto, reemplaza los largos textos característicos de Columba -celebrados por su calidad literaria- por suscintas introducciones o remates en cada capítulo, al tiempo que los diálogos ganan brevedad sin perder filo ni contundencia. La historieta supera en crudeza gráfica a las etapas anteriores del personaje y, desprovista de censura, no ahorra violaciones o actos de sadismo propios del episodio que recrea, aunque más no sea en un segundo plano.

Después de eso, Dago obtendrá la muerte del Dux Bertini, tendrá un hijo con una noble española, visitará América -dando lugar a la saga de Anahí, publicada en Paraguay- y continuará su periplo en Europa, ya convertido más en un aventurero todo-terreno que en el castigado y oscuro vengador de sus orígenes. Ya no tiene la furia de entonces, ni el amargo cinismo posterior, y se lo ve más proclive a divertirse y disfrutar la amistad de los hombres y el amor de las mujeres.

Cuánto de esto llegaremos a ver los lectores argentinos dependerá de la suerte que corra este flamante emprendimiento, aunque sin duda será imposible recuperar tantos años de diferencia y ponerse a la par de una historieta que todavía se sigue publicando, y a ritmo sostenido. Pero mientras tanto, no puede menos que celebrarse esta aventura editorial, y agregar prolijos tomitos en blanco y negro a la pila de aquéllas viejas y ya algo despintadas Nippur Magnum.

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NIPPUR, EL FILM

Mientras Dago vuelve a transitar los kioscos argentinos, Nippur de Lagash se apresta a dar sus primeros pasos en la pantalla grande. El proyecto está en manos de Enrique Piñeyro (Whisky Romeo Zulu, El Rati Horror Show), con el propio Robin Wood en los guiones. La película se va a filmar en escenarios naturales de Mendoza, con mucha intervención digital para recrear ciudades y ejércitos de la antigüedad. Todavía no se sabe nada del reparto.

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página de “el saqueo de roma”, por carlos gomez.

MÁS WOOD

Después de la invaluable colección Clásicos de la editorial Columba -que llegó a emitir una importante cantidad de volúmenes antes de su cierre-, le tocó a la editorial española ECC dedicarse a la tarea de recopilar la obra de Robin Wood. Hasta ahora, se editaron Drácula (Salinas) en un solo tomo, tres de Nippur de Lagash (Olivera), tres de Dago (Salinas) y dos de Dax (Marchionne), y para abril está anunciado un integral con los 20 episodios de El Angel (Risso).

/// OPINIÓN

NADIE QUIERE SER ÉL

Por Walter Borja (*)

Es complicado poder explicar por qué una persona se vuelve fanática de una historieta. Muchos entienden si les hablo de fanatismo en el fútbol o en algún deporte, en alguna religión, en programas de tele, ¿pero fanatismo por una historieta?

Cuando llega a mis manos la primera Nippur arranca un proceso de locura sana que no paró jamás.

De repente nos encontramos leyendo una y otra vez el mismo capítulo hasta gastarle las hojas, y hasta la siguiente entrega, y cuando uno no se da cuenta, ya está buscando información (y no había internet en esa época) sobre el siglo XV y XVI, y Vlad Tepes, los otomanos, Barbarroja, donde vivían las circasianas, mirando mapas de esos tiempos, los piratas, los estados pontificios y todo lo que llegue a nuestras manos sobre los temas y los personajes que conviven con Dago.

Y ahí está él. Dago. Dago, siempre vivo, siempre ganando una batalla pero perdiendo la guerra. Siempre triunfando pero hundiéndose cada vez más en su interior. Una vida de expiación de pecados que no merecía, y que comenzaron por la vil traición de su mejor amigo rencoroso y envidioso, en los canales oscuros de una Venecia potencia mundial. Con amigos, enemigos, amantes o mujeres reales, con vidas reales metiéndose en la vida del esclavo, renegado, jenízaro, viajante, espía y adelantado. Miles de vidas para un solo hombre. Pero a diferencia de muchos héroes de revistas, nadie quiere ser Dago. Todos quieren ser Spiderman, nadie Dago.

Pero ahí estamos sumergidos en la net buscando, rastreando cada nuevo capítulo, cada edición en castellano, en italiano, en lo que sea; como sea.

Casi más de 20 años buscando y esperando una revista, me hace un Dagofan. Leyendo, releyendo, devorando cada capitulo y esperando leer si Dago puede salvar su alma.

(*) Autor del blog “Dago, de Robin Wood” (http://robinwood-dago.blogspot.com.ar), con guía ilustrada de episodios y abundantes notas históricas, mapas e imágenes.

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