Dos defensas vulnerables

Más de 100 goles en contra

Mañana se verán cara a cara dos de las peores defensas de la Argentina. Así las cosas, parece casi imposible que este clásico termine cero a cero.

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Gol a Limia. El experimentado arquero ascendió con Unión de la mano de Kudelka, fue desplazado por Bologna el primer año en Primera y arrancó como titular la segunda temporada. Perdió la titularidad a manos de Perafán y ahora la recuperó con buenas tapadas. De todos modos, le hacen muchos goles. Foto: El Litoral

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Gol a Pozo. Con un contrato que se vence en junio y con momentos de bajo rendimiento, muchos pensaban que el ciclo Pozo estaba terminado en Colón. Pero ahora el arquero recuperó su nivel y dijo que quiere quedarse en el club. Con este nivel, sí; con el otro, no.

Foto: Mauricio Garín

 

De la Redacción de El Litoral

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“¿Qué balance querés que haga si me hicieron casi 50 goles en la temporada?”, respondió contundentemente Diego Pozo hace algunos días cuando un colega lo entrevistaba. La respuesta del cuyano no hace otra cosa que “pintar” una zona mixta de cara al derby de mañana: las dos defensas hicieron agua en la temporada.

Antes que Germán Delfino marque el inicio cuando se saluden Diego Pozo y Alejandro Limia se estarán dando las manos dos de los goleros más goleados. La crisis de Pozo apuró el debut del pibe Bailo. La crisis de Limia le dio lugar a Perafán. Sin embargo, hubo momentos donde el remedio pareció peor que la enfermedad, con la salvedad que el ex Defensa y Justicia contó con más partidos para demostrar que el pibito sabalero de las inferiores.

A Unión le hicieron 33 goles en el Inicial y lleva 22 en el final, por lo que con 55 goles es la defensa más vulnerada. Colón no está tan lejos: recibió 24 en el primer chico y lleva 25 en contra hora; recibió los mismos 49 que Argentinos Juniors, apenas dos por debajo de los 51 goles en contra por temporada de San Martín de San Juan y Tigre.

Sin dudas que la vulnerabilidad defensiva es la gran clave de cara al choque de mañana. Entre las dos defensas, se “comieron” 104 goles, una cifra más que alarmante para cualquier entrenador. Y, a la vez, una cifra que entusiasma al peor de los delanteros por cuestiones naturales.

Si bien esto es fútbol y nunca uno más uno es dos, todo parece indicar que es casi imposible imaginar mañana a la una de la tarde que el clásico termine cero a cero. Empatar, claro está, pueden empatar. Pero no en cero. Es que realmente sería un milagro que no se hagan goles.