En Venezuela

Polémica por film sobre el atentado a la Amia

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El actor Vando Villamil es uno de los protagonistas del film.

Foto: Archivo El Litoral

 

De la redacción de El Litoral

La película “Esclavo de Dios”, basada en el atentado de 1994 contra la mutual judía argentina Amia, se estrenó esta semana en Venezuela rodeada por una polémica entre su director y grupos chavistas, que la acusan de ser antiárabe.

Filmado en Argentina, Venezuela, Uruguay y Estados Unidos, “Esclavo de Dios” es un “thriller” policial que cuenta la historia de Ahmed, un terrorista islámico, y David, un agente del Mossad israelí, cuyos caminos se cruzan desde bandos opuestos durante el atentado contra Amia en Buenos Aires, donde murieron 85 personas. Días antes de su estreno, el pasado jueves en los cines venezolanos, el movimiento chavista Foro Itinerante de Participación Popular emitió un comunicado en el que pidió boicotear la película y la acusó de hacer un “manejo errado de la realidad que viven pueblos como el Líbano y Palestina”. Para su director, Joel Novoa, estas críticas “son comentarios sesgados basados en un tráiler de apenas dos minutos, porque no han visto la película”.

“La película no toma posición, no hace propaganda de nadie. Se adentra en la mente de ambos extremistas, no es antiárabe”, dijo en diálogo con EFE.

Novoa afirmó que con su película buscó “generar discusiones sobre la tolerancia”.

“Lo que yo quiero transmitir es la importancia de entender al otro; la única lucha es contra los fanatismos. La película, al final, a lo que llama es a ponerse en los zapatos del otro”, sostuvo.

Película internacional

El filme, que marca el primer largometraje de Novoa, es protagonizado por el actor kuwaití Mohammed Alkhaldi, que interpreta al terrorista islámico, y por el argentino Vando Villamil, que encarna al agente del Mossad.

Financiada con fondos argentinos, venezolanos y españoles, Novoa, de 27 años, la define como una “película internacional” que supuso un desafío importante de logística. “En total tardamos dos años en filmarla. Los efectos especiales y las escenas de acción requirieron un gran esfuerzo, además de filmar en cuatro países distintos”, contó.

La “obsesión” de Novoa con los atentados terroristas tiene un origen particular: el 11 de septiembre del 2011 debía viajar de Venezuela a Miami para luego tomar uno de los aviones que finalmente terminaron estrellándose contra las Torres Gemelas, pero enfermó de dengue y no pudo viajar.

“Desde ese día me he convertido en un obsesivo sobre el tema”, confiesa, al recordar que ha dirigido también un cortometraje basado en el atentado contra cuatro trenes ocurrido en Madrid el 11 de marzo de 2004, conocido como 11-M. Novoa, que tiene familia argentina y vivió “más de un año” en Buenos Aires, dice que el caso de Amia “siempre” le llamó la atención y le inquieta que aún no se haya encontrado a sus autores.