La muerte de Serena: un quiebre colectivo ante la inseguridad
La muerte de Serena: un quiebre colectivo ante la inseguridad
Temor en los clubes náuticos por los reiterados tiroteos desde Alto Verde
En el Yacht Club, Azopardo y Marinas admiten que se escuchan disparos casi a diario. Adultos y niños que practican canotaje y vela son los más expuestos a agresiones. Por otro lado, piden no estigmatizar socialmente al distrito costero.
Kayakistas en riesgo. La indescriptible sensación de libertad y bienestar que se siente al remar por la costa se ve asediada por agresiones de algunos individuos de Alto Verde. Foto: Archivo El Litoral / Flavio Raina
Luciano Andreychuk
landreychuk@ellitoral.com
La conmoción pública que generó la muerte de Serena M., la niña de 6 años que recibió un impacto de bala en la cabeza cuando participaba de la fiesta de despedida del Jardín Deportivo del Club de Regatas (que provino de un tiroteo entre bandas desde Alto Verde), quizás marcó un quiebre en la sensibilidad colectiva respecto de la inseguridad. Hubo indignación masiva, abrazos simbólicos, cadenas de oraciones y, tras el deceso de la pequeña luego de una semana de agonía, marchas por justicia.
Pero el lamentable episodio desnudó además la preocupación por la situación de indefensión a que se enfrentan los clubes náuticos de la ciudad, donde asisten muchas personas a practicar deportes de navegación. Situación que no es nueva, y que se reactualizó con la tragedia de Serena. Desde algunos clubes laguneros de la ciudad (Yacht Club, Azopardo y Marinas, además de Regatas) admitieron que las detonaciones de armas en Alto Verde se escuchan casi a diario.
Además, quienes hacen canotaje —kayak y piragua— y también vela se exponen al riesgo de ser agredidos con piedrazos. Los sectores peligrosos son el río Santa Fe (canal de derivación), el riacho Santa Fe y el canal de acceso. En salón social de Marinas Club, hace unos años, un proyectil se incrustó en la pared, dejando boquiabiertos a los comensales. Y ahora temen una “huida” de socios: es que el temor por la inseguridad puede llevar a que muchos papás dejen de mandar a sus hijos a los clubes durante las colonias de verano.
Ese temor e indignación nace también de adentro del distrito costero. Desde los vecinos que a diario trabajan y sobreviven a las adversidades. Por eso, el presidente de la vecinal de Alto Verde, Daniel Demarchi, lamentó con dolor la muerte de Serena pero pidió no “estigmatizar socialmente” a todo el distrito tras la muerte de la niña en Regatas. Y clamó por más vigilancia policial (ver aparte). En el perfil de Facebook “Alto Verde Querido”, una página vecinal que refleja muchas actividades sociales del distrito, rezaba una leyenda: “Juntos en el dolor con los familiares de Serena M.”.
Miedo
En Azopardo se practica kayac, K1 y K2, bote competencia y recreación, piragua y canobotes. Las prácticas son muy frecuentes y se realizan por el Riacho Santa Fe, y por Playa Norte. “Las costas del Riacho pueden considerarse una zona peligrosa”, contó Luis Baldomir, empleado de Azopardo. “Los chicos salen a remar a la tarde, y se escuchan tiros desde Alto Verde. Y la policía no hace nada, no se mete al barrio. El miedo nos acorrala cada vez más”, dijo con preocupación.
El camino de acceso que conduce a Alto Verde es una zona “roja”, que está muy cerca del Yatch Club, y enfrente de Azopardo, Regatas y a Delfín Náutica. “En inmediaciones de nuestro club Azopardo hubo hasta situaciones de robo. Convivimos con esto desde hace tiempo. Y los que hacen canotaje ya no saben para dónde pueden ir a remar para no ser baleados. Si nos juntamos de noche en una reunión social en el club yo siempre pido no ir en auto, porque te roban las baterías o rompen los parabrisas”, relató a El Litoral Ulises Luna, profesor de escalada deportiva de esa entidad.
Ezequiel Chávez es profesor de canotaje del Azopardo. Da clases de kayak y piraguas a adultos, y a veces a chicos. Admitió que se escuchan tiros muy seguido, que provienen de Alto Verde. “Se suelen oír detonaciones. También más de una vez mientras remábamos nos han tirado piedras, en la zona del Riacho Santa Fe y en el canal de acceso. Estamos expuestos”, dijo con tono de resignación.
Vigilancia policial
El Yacht dicta cursos de vela para adultos y también para chicos (optimist). Se practica desde el puente Palito hacia la Laguna Setúbal. “Estamos muy preocupados. El club tiene empleados de Alto Verde que nos cuentan que viven entre tiros todo el día. El lunes comienza la colonia infantil y tenemos unos 140 alumnos. Ahora con lo que pasó con la niña fallecida estamos espantados”, se sinceró a este diario Luis Raúl Stellacci, presidente del Yacht Club Santa Fe.
“En el canal de acceso hubo tiros desde Alto Verde contra embarcaciones en varias ocasiones. Tenemos conocimiento de que eso ha pasado. Nosotros tomamos todas las medidas de seguridad que están a nuestro alcance para garantizar la seguridad a la gente que viene a diario al club. Hay profesores y guardavidas, tejidos de seguridad. Pero estas cosas nos exceden: después del penoso episodio de Serena nadie está exento”, expresó Stellacci. Y opinó: “Debería haber custodia policial en forma permanente en el camino de que lleva hasta el distrito costero”.
Guillermo Merlotti, gerente de Marinas Club, contó a El Litoral que hace unos años impactó una bala en el salón social de esa entidad náutica. “El problema no es nuevo, nosotros estamos enfrente (de Alto Verde), y los tiros se escuchan casi todos los días”, afirmó. En Marinas Club se da clases de vela para chicos y adultos. Los alumnos navegan en grupo “por seguridad” en el Dique II y sobre el Río Santa Fe, del lado oeste. “Hubo piedrazos contra la gente que navega por el canal de acceso. Siempre ocurre, esto no es nuevo”, advirtió.
Lo importante
En Regatas, dan apoyo psicológico
Patrullajes
Para los patrullajes, Prefectura cuenta con dos guardacostas, dos semirígidos (gomones) y dos motos de agua. “El patrullaje se hace durante el día y la noche. Los patrullajes son aperiódicos, pues no se puede hacer una rutina estricta. Pero la vigilancia de Prefectura está siempre”, insistió. “Cuando aparecemos nosotros, nos evaden”. Más patrullajes náuticos quizás ayudarían como elemento disuasivo para eventuales agresores.
análisis
por daniel demarchi
No estigmatizar
¿Cómo resolver este problema de la violencia? No lo sé, pero un principio sería reforzar la guardia policial. El destacamento policial se está cayendo a pedazos. Los funcionarios hablan para los medios, pero la realidad es otra. Hay que planificar una política de seguridad priorizando los barrios que más expuestos están por la violencia.
Pte. Vecinal Alto Verde