Esta mañana

Una alumna fue atropellada y murió frente a su colegio

Ocurrió en barrio Roma, en el cruce de las calles Mendoza y San José. La víctima, de 16 años, fue embestida por un colectivo urbano de pasajeros. La ambulancia llegó media hora después del accidente, cuando ya no había nada por hacer.

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Los vecinos aseguraron que la cuadra en donde ocurrió la tragedia es muy oscura y en ella se registran constantemente choques y asaltos. Foto: Danilo Chiapello

 

Joaquín Fidalgo

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Una adolescente de 16 años murió esta mañana en calle San José, pocos metros al sur del cruce con Mendoza. La joven fue atropellada por un colectivo urbano de pasajeros cuando trataba de cruzar el asfalto, para ir a la librería ubicada en la esquina opuesta a la de su colegio. El horror y la desesperación se adueñaron de la escena y se prolongaron por aproximadamente media hora, que fue lo que demoró en llegar el auxilio médico. La víctima ya no tenía signos vitales cuando finalmente fue trasladada al hospital Cullen, a cuatro cuadras del lugar del accidente de tránsito.

Se llamaba Agustina Montero y cursaba el 4º año en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús, en barrio Roma. Sus compañeras y el resto de la comunidad educativa no tenían consuelo esta mañana. Las autoridades del establecimiento no suspendieron las clases (“para brindar contención a los chicos que habían asistido”), pero dieron autorización para que los padres que desearan retirar a sus hijos lo pudieran hacer. Muchos lo hicieron.

Las puertas del colegio se abren habitualmente a las 7 y hoy no fue la excepción. Agustina tenía tiempo hasta las 7.20 para ingresar a clases, pero le gustaba llegar temprano. “Siempre era una de las primeras en llegar, siempre de buen humor”, aseguró el portero.

Eran aproximadamente las 7.05 cuando la adolescente llegó a la esquina sudoeste del cruce mencionado. Aparentemente, descendió de un taxi o remís. Luego, caminó a paso apurado y trató de cruzar calle San José, sin percatarse de que el semáforo había dado luz verde a un colectivero que aguardaba sobre Mendoza. “Llovía en ese momento y esa cuadra no tiene nada de luz. Es un peligro, no sólo por los accidentes, sino también por la cantidad de asaltos que se cometen allí”, manifestó un comerciante.

El chofer tampoco vio a la estudiante, arrancó, dobló y la embistió. Era el interno 114 de la Línea 2. Su conductor recién se dio cuenta de lo que acababa de ocurrir por los gritos de una de los cuatro pasajeros que transportaba en ese momento.

Inmediatamente, los teléfonos de la Central de Emergencias comenzaron a recibir llamadas desesperadas. Padres, alumnos y ocasionales transeúntes reclamaban ayuda urgente. Media hora tardó la ambulancia en arribar a la escena y llegó cuando ya no había mucho por hacer para socorrer a Agustina. Probablemente, el final para la adolescente no hubiese cambiado con una respuesta más veloz (tenía lesiones de extrema gravedad), pero seguramente sus pocas posibilidades fueron deshilachándose con el correr de los minutos.

Antes se vivieron momentos de extrema tensión, cuando pasó por el lugar una ambulancia del Hospital de Niños y su personal se negó a intervenir. La enfermera que iba a bordo explicó que no podían intervenir por cuestiones de “protocolo”. También se dijo luego que la unidad ya llevaba un paciente, que no había ningún médico en ella y que no contaba con una camilla adecuada para el traslado de la joven.

Lo cierto es que Agustina ya estaba muerta cuando su cuerpo arribó al shock room del hospital José María Cullen, a 400 metros del lugar del incidente.

El fiscal Sergio Alvira tomó el caso caratulado como “homicidio culposo” y decidió la inmediata aprehensión del colectivero, que sufrió un ataque de nervios luego del accidente y en ese estado permanecía este mediodía, en dependencias de la comisaría 4a., según pudo saberse.

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