al margen de la crónica

“Run, Forrest”

Según una investigación publicada en la revista “Science”, correr sería bueno para olvidar las malas experiencias.

El trabajo sostiene que las nuevas neuronas que nacen en el hipocampo, donde se consolida la memoria, están implicadas no sólo en la formación de recuerdos, sino también en el olvido. Se sabe que el ejercicio promueve el nacimiento de nuevas neuronas en esta zona del cerebro. Y

La investigación, en la que han participado científicos de la Universidad de Toronto (Canada) y Toyoake (Japón) demuestra que las neuronas nuevas que nacen en el hipocampo a lo largo de toda la vida, al remodelar continuamente las redes neuronales que hacen posible el recuerdo, destruyen conexiones antiguas y por eso algunos recuerdos previamente adquiridos se pierden.

Este especie de cinta sin fin de producción de recuerdos explicaría por qué no alcanzamos a recordar cosas ocurridas en la primera infancia, una etapa de la vida en la que la tasa de formación de nuevas neuronas es muy elevada. Las nuevas neuronas compiten entre sí para formar redes de memoria y estas tendrían un equilibrio muy precario, lo que favorecería esa “amnesia” que acompaña a los primeros años de vida, que es común a muchas especies, incluyendo la nuestra.

“Afortunadamente”, la velocidad con que se producen nuevas neuronas va declinando con la edad, lo que hace que nuestros recuerdos puedan consolidarse y estabilizarse. Se trata de un equilibrio muy preciso entre la capacidad del hipocampo para incorporar nueva información y el mantenimiento de recuerdos ya almacenados.

Así que ya sabe, el ejercicio, que potencia la neurogénesis, es bueno en su justa medida para mantener la memoria. Ni mucho ni poco. Pero si lo que quiere es olvidar, corra y estimule su neurogénesis. Sus recuerdos, pasado un tiempo, tendrán más probabilidad de desvanecerse...