Tras un ataque contra un campamento
Tailandia: Analizan intervención militar
Agencia EFE
El jefe del Ejército en Tailandia, Prayuth Chan-ocha, amenazó hoy con intervenir militarmente si continúa la violencia, tras el ataque de esta madrugada contra un campamento antigubernamental cerca del Monumento para la Democracia en Bangkok, que causó tres muertos y unos veinte heridos.
Prayuth condenó el ataque y advirtió de que los soldados podrán intervenir con “todo el uso de la fuerza” para mantener la ley y el orden si la situación se vuelve caótica, informa el diario “Bangkok Post”.
No es la primera advertencia del Ejército, que no obstante ha reiterado que no desea volver a repetir el golpe de Estado de 2006 contra el ex primer ministro Thaksin Shinawatra.
Esta madrugada, varios hombres a bordo de una camioneta abrieron fuego con fusiles de asalto M16 contra el personal de seguridad y manifestantes.
Un manifestante de 21 años fue alcanzado por un tiro en el pecho y otro en el estómago, mientras un guardia de seguridad de 51 años resultó herido de bala en el pecho y una pierna. Ambos murieron en el lugar del incidente.
La tercera víctima mortal, cuyos datos aún no han sido revelados, falleció esta mañana en el hospital donde se encontraba ingresado por las heridas producidas durante los incidentes, según el diario “The Nation”.
Son ya 28 las personas que han perdido la vida y más de 800 han resultado heridas desde que las manifestaciones antigubernamentales cobraron fuerza y empezaron a asaltar ministerios el 25 de noviembre de 2013.
El ataque se produjo en medio del deterioro de la crisis política en Tailandia tras la reciente destitución de la ex primera ministra interina Yingluck Shinawatra, hermana de Thaksin, y los fallidos intentos para celebrar elecciones debido al boicot de los opositores.
Un marco complicado
El país también acumula importantes pérdidas económicas a causa de las protestas de los detractores y simpatizantes de Thaksin desde 2006.
Según la Universidad de la Cámara de Comercio de Tailandia, la nación asiática ha perdido unos 5.500 millones de dólares en exportaciones respecto a sus socios del Sudeste Asiático, en gran parte debido a las agitaciones callejeras.
Además, el centro advierte de que unas 700.000 o 800.000 empresas, entre el 30 y el 40 %, pueden verse abocadas al cierre si continúa la crisis política.
El líder de las protestas, Suthep Thaugsuban, viceprimer ministro con el Partido Demócrata entre 2008 y 2011, aboga por que un consejo no electo reforme el sistema, que considera corrupto, antes de acudir a las urnas. A pesar de las órdenes de arresto en su contra por subversión, Suthep cuenta con la simpatía de gran parte de la élite del Ejército y el aparato burocrático.
Tailandia, que ha vivido cerca de veinte golpes de Estado desde que acabó la monarquía absolutista en 1932, arrastra una grave crisis desde la asonada que derrocó a Thaksin, quien vive exiliado entre Dubai y Londres donde evita una condena de dos años de cárcel por corrupción.