“Los Barisone son de Unión”

Darío Pignata

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La última vez que lo ví fue en diciembre del año pasado, en la zona del puerto, en la Fiesta del Deporte. Lo “gastamos” con Claudio Guerra cuando subió a buscar la distinción por el último ascenso, porque esa noche Diego se había tirado toda la pilcha encima: tremendo corte de pantalón y saco europeo con camisa sin corbata. En enero, cuando parecía que se iba a Estudiantes, armé una tapa con su foto que decía: “El hincha al Pincha”. Al final se fue a Lanús, pero éso era Diego Barisone...simplemente un hincha más. Como cualquiera de los tatengues que están leyendo esta nota, pero con la posibilidad de ponerse la camiseta de Unión cada siete días.

En los dos ascensos con Unión y esa noche del gol a San Lorenzo, no tengo dudas, su corazón estuvo a punto de explotar de alegría. Ese mismo corazón que hoy se paró para siempre.

“¿Dónde estará ahora esa vieja bandera de finales de los ‘80 y principios de los ‘90 que —colgada en el arco de “La Bomba”— avisaba a todos: “Los Barisone son de Unión” y hacía referencia a cuatro generaciones de familia bien tatengue? Algo tiene que ver este flaco con cara de bueno, nacido un 29 de mayo de 1989 que está a punto de apagar 23 velitas y que ayer se hizo el mejor regalo de cumpleaños en el arco de la Redonda. Si hay cuatro generaciones de Barisone en Unión, el pibe le rindió un homenaje a todas. Porque cabeceó como el “Fantasma” Ruiz en el ‘66, Victorio —¿hace falta poner Cocco?— o Marchetti en el ‘75, el “Robot” Alberto en el ‘79 o “Patita” Mazzoni en el ‘96”, escribí en el comentario de El Litoral esa noche de mayo de 2012 cuando le hizo el gol a San Lorenzo.

Claro que primero hubo un debut y fue tres años antes, en el 2009, cuando el técnico era el “Turco” Fernando Alí. Ese día, Unión le ganó a Defensa y Justicia, completó un año sin perder de local, quedaba en ascenso, debutaba Barisone y el título de mi comentario era: “Más tatengue que nunca” y se explicaba: “El “Turco” Alí se dio un gusto que hace años no se daba en Unión: todos los titulares que terminaron ganando son producto del semillero”.

En el pie de foto de su debut esa noche (foto de Mauricio Garin), donde aparecía el jugador-hincha, nos animamos en ese entonces a hacer un “juego” con su fecha de nacimiento: “Diego Barisone nació un 29 de mayo de 1989 y trajo un ascenso “bajo el brazo”. Viene de una familia tatengue hasta la médula. Anoche debutó y jugó como si nada, más adelantado del puesto natural de cuevero. ¿Traerá ahora, 20 años después, otro ascenso?”.

Y en el “Bajo la Lupa” del debut, ese día le puse un 6 (seis) en el tradicional espacio de El Litoral. “BARISONE (6): ordenó lo vulnerable que era la parte central del mediocampo rojiblanco. Debutó de la mejor manera, dejando una excelente impresión. Bien de arriba”.

Un dato no menor completaba el comentario esa noche de su debut: “Nicolás Caprio; Zurbriggen, Renzo Vera, Yacob y Maidana; “Tarrito” Pérez, Alexis Fernández, Diego Barisone y Matías Donnet; Fernando Márquez y Germán Weiner. Así terminó anoche

Unión, con todos elementos de las canteras”.

En este laburo, casi siempre hermoso, a veces de mierda como hoy, uno convive con las noticias. Ese es el problema de esta milonga. Las noticias no son buenas, las noticias no son malas...son noticias. Cuando llegué al diario, a las 7.20, fue Flavio Raina —uno de nuestros fotógrafos— el que me despertó mejor que nadie: “Se mató Barisone”. Cuando uno es padre y pasan estas cosas, la primera tendencia es pensar en esos padres. Lo conocía a Gerardo, su papá. Un rato antes, cuando había dejado a mi hijo en la escuela, le había prometido casualmente hoy a Bauti que íbamos a comprar las entradas para ir juntos a la tribuna para ver Argentina-Brasil por las próximas Eliminatorias.

Nos pasa éso a los padres en esta novela llamada vida. Soñamos hacer cosas con nuestros hijos y ellos sueñan como hijos hacer cosas con sus padres. En este caso, padre e hijo, los Barisone tenían el mismo sueño: una pelota de fútbol y la camiseta de Unión.

El Mundo Unión está destruído por estas horas. No es para menos. Por lo que era el pibe, por la forma. “A la muerte hay que matarla”, escribió Dante Panzeri hace muchos años en la vieja Revista El Gráfico cuando murió un jugador de fútbol electrocutado. La frase, magistral, se reinventa. Por eso hoy el “Rulo” Tibaldi va a vender en Bulevar y 25 de mayo una de las tapas más tristes de El Litoral.

Chau Diego, mandále saludos al “Indio” Solari allá arriba. “Más tatengue que nunca” titulé en El Litoral cuando vos debutaste en el 2009. “Más tatengue que nadie”, titulo hoy que te vas un martes 27 de julio de 2015 donde hubiera preferido —al menos por esta mañana— laburar de cualquier otra cosa menos que de periodista.

" Estoy muy emocionado. Llegué a este club de niño. Esto es lo más grande que me pasó en la vida”.

Diego Barisone

Mayo de 2012 después de hacerle un gol clave en Primera a San Lorenzo