No hubo sorpresas
No hubo sorpresas
Serena logró lo que merecía
Festejó en Wimbledon por séptima vez e igualó el récord de Graf, al alcanzar su vigésimo segundo título de Grand Slam.
Felices. Williams y Kerber, con los trofeos correspondientes a la campeona y subcampeona, respectivamente. Foto: efe
Redacción de El Litoral
dpa/efe/atpworldtour.com
Como era dable esperar, Serena Williams se consagró este mediodía (hora argentina) en el British Open 2016, por séptima vez en su carrera, al vencer en la definición a alemana Angelique Kerber, por 7-5 y 6-3.
De este modo, la notable tenista estadounidense igualó a la alemana Steffi Graf con 22 títulos de Grand Slam en la Era Abierta de este deporte; es decir, a partir de 1968. En tanto, en la historia general, ambas están detrás de la australiana Margaret Court, que ganó 24, aunque sólo 11 fueron en la etapa aludida.
A los 34 años y 287 días, Serena se convirtió también en la campeona de un título Major más veterana en la Era Abierta del tenis mundial.
* “Había tenido mis intentos (de igualar a Graf), pero enfrenté grandes oponentes, como Angie (Kerber). Es más dulce la victoria porque trabajé mucho”, dijo la actual número uno del mundo con el trofeo más preciado en sus manos, en la ceremonia de coronación en el Centre Court del All England Lawn Tennis & Croquet Club.
Desde los últimos tres GS que Williams perseguía el récord de Graf, el año pasado cayó en las semifinales del US Open, ante la italiana Roberta Vinci. En tanto, en 2016, perdió en el Australian Open ante Kerber y en Roland Garros, el mes pasado, frente a la española Garbiñe Muguruza.
Hoy salió con implacable determinación a buscar lo que le pertenecía luego de dos semanas a un altísimo nivel en la hierba londinense. Tras 1 hora 21 minutos, la menor de las hermanas Williams consiguió una victoria sólida, con un quiebre de servicio en cada set ante la número cuatro del mundo, que luchó duro hasta el final, pero no pudo contrarrestar la superioridad de su calificada adversaria.
Con 39 winners, incluidos 13 aces, la estadounidense superó en potencia a la germana y jugó mejor los puntos decisivos, al concretar dos de seis oportunidades de quiebre.