Desafíos bicentenarios
Desafíos bicentenarios
La conmemoración de la independencia patria impone nuevos debates que estén a la altura del país que soñaron los fundadores. El campo ya puso primera y pide pista para volver a crecer.
Federico Aguer
Argentina celebra hoy los primeros dos siglos de la declaración de la independencia. Desde los comienzos de ese aglomerado, conflictivo y visceral, la producción agropecuaria fue el desvelo de los fundadores.
Si bien es cierto que ya en 1527 Sebastián Gaboto implantó las primeras variedades de trigo en el sur santafesino, no fue hasta el siglo XIX que Belgrano despertó la conciencia sobre la importancia de la agricultura en el crecimiento de la Nación. “Los ramos de agricultura, industria y comercio, son las tres fuentes universales de la riqueza”, sostuvo.
200 años después, y luego de más de una década de ostracismo, el campo parece poner primera, aprovechando nuevos vientos de cola. Según un informe de coyuntura elaborado por Ieral, de la Fundación Mediterránea, este año se observan variaciones de precios internos por encima del 100%, que se explican por las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional, las que -pese a disminuir la presión impositiva a todo nivel sobre los productores- lograron aumentar la recaudación. La eliminación de los derechos y cupos de exportación, la suba del tipo de cambio (de 9 a $15), y también la mejora de los precios internacionales, particularmente en el caso de la soja, comienzan a inflar las velas de la nave insignia de la economía nacional.
En esta etapa de transición, la Nación parece priorizar la gobernabilidad por encima de un eventual plan económico de alto impacto social. Nuestra provincia, por otro lado, navega “al garete”, según conversamos esta semana con Salvador di Stéfano.
Semanas atrás editorializábamos la necesidad de “pensar en grande”, con las obras que Santa Fe necesita no para crecer, sino para no morir de inanición. La autopista a Reconquista, el puente a Paraná, un nuevo puente a Santo Tomé, o el nodo logístico Interpuertos asoman como los más representativos.