¡A mostrar las piernas!
¡A mostrar las piernas!
Los hay de todos los colores y estampados: en tonos neón o negro clásico, con diseños, brillosos o bordados. Sin embargo, el corte de los leggins es siempre igual: pegado al cuerpo y hasta el tobillo. Por eso mismo, no son para cualquiera. Para evitar que este cómodo pantalón se convierta en una trampa, lo mejor es atenerse a algunas reglas básicas.
Textos. Revista Nosotros. Fotos. DPA.
Los leggins dividen las aguas. Para algunos son una pesadilla textil, para otros el uniforme de los hipsters urbanos...sin embargo, más allá de las opiniones personales, los expertos en moda coinciden en algunas pautas para que luzcan bien. Una de las primeras reglas es el contraste. Dado que los leggins son estrechos, hay que combinarlos con partes superiores holgadas, como un suéter super grande (oversized) o una parka.
Otros especialistas recomiendan que las prendas superiores sean suaves, con caída. En el caso de leggins de un solo tono, la prenda superior puede ser tranquilamente estampada. La idea es jugar con los contrastes. Si se usan unos leggins más rockeros, como por ejemplo de cuero, se los puede combinar con una prenda superior más bien discreta, lo que genera un efecto interesante. Si son brillosos, no se recomienda usarlos con un top de lentejuelas, por ejemplo. Tampoco quedan bien las prendas superestrechas con un pantalón que ya lo es de por sí.
El largo de la prenda con que se combinan los leggins también es clave. En líneas generales, debería tapar la cola, ya que la tela finita y elástica del pantalón marca todo, incluso los defectos. “Los leggins no perdonan”, aseguran los expertos en moda. Tampoco son pantalones en toda regla. Por eso, hay que evitar usar las camisetas metidas dentro de la cintura.
Sin embargo, siempre hay excepciones. Si se sabe elegirlos, algunos leggins pueden dejar la cola al descubierto. La clave es que sean de telas no muy finitas o que tengan bolsillos. Las mujeres de muslos fuertes tampoco deberían rehuírle a los leggins: si usan unos elegantes con una chaqueta oversized, el look puede ser muy sentador. Los leggins deberían llegar al tobillo. Los más cortos, de proporción 7/8, son más bien para mujeres altas, de más de 1.70 metros.
Si se los combina bien, los leggins pueden ser incluso una prenda para los hombres. Se trata de crear un look cicilista, vistiendo bermudas sobre los leggins. Dependiendo del material, esto brinda un look descontracturado, deportivo o hasta extravagante (si se los usa, por ejemplo, con shorts de cuero). Las bermudas amplias o culottes combinados con los legins son otra posibilidad para las mujeres. Sin embargo, no se recomienda usarlos con hot pants o minifaldas, algo reservado a las adolescentes.
En los pies se pueden usar botas, ballerinas o tacos. Con las botas, no se ve el borde de los leggins. Las ballerinas aportan un toque femenino, mientras que los tacos sientan bien para una salida. Los leggins se adaptan tanto a la moda para el tiempo libre como a los atuendos más festivos. Sin embargo, son menos adecuados para la oficina.
El ámbito más indicado para los leggins es, por supuesto, el del deporte, donde se impusieron desde su boom en los años 90. La actual cultura de culto al cuerpo y al deporte hizo que regresaran con toda fuerza, ya que resaltan piernas delgadas y musculosas.
Quienes tengan ganas de experimentar encontrarán una amplia variedad de leggins en los estantes de las tiendas, desde de cuero hasta símil jean. Además, tienen otra ventaja: son comodísimos.