Tribuna internacional
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Rebelión de las víctimas en EE.UU.
Martín Muno
Deutsche Welle
14 estudiantes y tres maestros de la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas de Florida tuvieron que morir en el día de San Valentín porque un ex estudiante fuertemente armado perpetró una masacre. Fue el décimo octavo tiroteo en una escuela estadounidense desde comienzos del año. Desde la famosa masacre de Columbine con 15 muertos en 1999, más de 150.000 estudiantes en 170 escuelas en todo el país han sido testigos de un tiroteo, según un análisis del Washington Post. Es decir: los tiroteos en escuelas son parte de la vida cotidiana en Estados Unidos.
Hasta ahora, las reacciones a esa locura siempre seguían el mismo patrón: consternación, dolor, oraciones, y luego el olvido. Y el mundo fuera de Estados Unidos se preguntaba: si cada año mueren más de 10.000 personas por armas de fuego en Estados Unidos, ¿por qué no se restringe la venta, al menos para las armas semiautomáticas? En un comentario de la Deutsche Welle después de la masacre en la comunidad de Sutherland Springs a principios de noviembre de 2017 se decía lo siguiente: “Hay que enfocarse en la repetición de lo mismo y ver las matanzas como un fracaso constante de los políticos en proteger a sus propios votantes”.
Pero ahora algo podría cambiar. Porque la generación actual de estudiantes ya no está dispuesta a permanecer en el rol de víctima. La mejor evidencia la ofrece el indignado discurso de la sobreviviente de la masacre, Emma González, de 19 años. “¡Debería darle vergüenza!”, dijo, dirigiéndose a Donald Trump, reprochándole su cercanía a la Asociación Nacional del Rifle (NRA). Además anunció: “Nosotros somos los que algún día haremos las leyes”. Su discurso se compartió rápidamente en las redes sociales. La página de Facebook “Nunca más” alcanzó 60.000 “me gusta” en muy pocas horas. Ya hubo mítines en varias escuelas. Y para el 24 de marzo, los estudiantes anunciaron una manifestación contra las armas en Washington.
Son muchos y están enojados. Están decididos a poner fin a la locura de las armas en Estados Unidos. Una consigna cuyo lema es que la seguridad pública aumenta si se les da armas a la máxima cantidad posible de personas. Estos estudiantes también saben difundir sus puntos de vista rápidamente por Internet. Ellos tienen un nombre: generación Columbine.
Emma González dice que su generación será la última en ser víctima de matanzas. Esto es ciertamente demasiado optimista. Pero estos jóvenes podrían ser los primeros en establecer una amplia resistencia social contra la locura de las armas. Por eso, hay que agradecerles. Ya es hora de que algo cambie.
Desde la famosa masacre de Columbine con 15 muertos en 1999, más de 150.000 estudiantes en 170 escuelas han sido testigos de un tiroteo. Es decir: los tiroteos en escuelas son parte de la vida cotidiana en Estados Unidos.