Emblema e ídolo del Colón campeón de 1965...
Emblema e ídolo del Colón campeón de 1965...
Gisleno: el murguero y relator que jugaba con un solo riñón
Una de las figuras consagradas de Colón que obtuvo el título de campeón de Primera B y le otorgó el derecho de actuar al año siguiente por primera vez a un equipo de esta capital en el torneo superior de la Afa. Gisleno Medina Leites, actualmente se encuentra delicado de salud.
El inolvidable Gisleno Medina, el cuarto de los parados, arrancando desde la derecha, entre otros dos emblemas sabaleros: Jorge Omar Sanitá y el Negro Raúl Cardozo. El primero de los agachados, empezando desde la izquierda, es su hermano menor: Orlando.
Foto: Archivo El Litoral
Tomás Rodríguez
El recio ex defensor de Cerro de Montevideo, Colón, Zacatepec y los “Potros de Hierro” de Atlante, fue un hombre que logró concretar ambiciosos proyectos como escribir su nombre en la hazaña sabalera. Además de fundador y principal impulsor de distintas murgas en la capital oriental, relator deportivo, jugaba con un solo riñón y debió abandonar la practica activa de la pasión de su vida, que era el fútbol y fue el gestor de la Copa México con la participación de 13.000 equipos de México, Estados Unidos y de Europa. Con tal motivo fue distinguido por la Fifa, siendo el primer vencedor Chiapas, en la final jugada en Uruguay.
Figura emblemática
El sábado 18 de diciembre de 1965, hace 52 años, Colón de Santa Fe logró consagrarse como campeón al batir a Nueva Chicago, por 2 a 1, con una ausencia de notable trascendencia, la de Gisleno Medina, una figura emblemática e ídolo de la hinchada sabalera al vivir una jornada inolvidable que todavía perdura en los hinchas que fueron testigos de esa hazaña.
Gisleno se lesionó en el primer tiempo del cotejo librado en cancha de Atlanta, el martes 14, cuando el equipo dirigido por Ricardo Rodolfo Arauz logró el ascenso al círculo superior al vencer a Deportivo Español por la mínima diferencia (1-0), sufriendo una lesión en una de sus rodillas que le impidió actuar en la segunda etapa.
El otrora caudillo uruguayo, con la sangre de Artigas y de los campeones olímpicos y mundiales orientales, tuvo muchos inconvenientes para llegar a la institución rojinegra, debiendo debutar recién en la novena fecha frente a Tigre.
“Hijo de Tigre”
El 29 de octubre de 1941 nació el primer hijo del matrimonio conformado por Gisleno Medina, otrora corpulento y eficiente centrodelantero de Bella Vista y Sofía Alicia Leites, llevando el misno nombre de su progenitor. Su hermano menor, Orlando José también fue campeón con Colón en Primera B y con el Boca Juniors dirigido por el famoso Alfredo Di Stéfano, vino al mundo cuatro años después (el mismo día y mes de 1945).
Cuando tenía 14 años, Gisleno conformó equipos infantiles en Cerro junto al “Lencho” Abayuba Ibañez (NOB) y Víctor Espárrago (jugó en Nacional, Independiente y el seleccionado uruguayo), entre otros, viajando diariamente de una punta a la otra de Montevideo para entrenarse.
También conformó y dirigió la reconocida Murga Hispano-Uruguaya, integrada por 18 componentes, recorriendo distintos clubes y organizaciones no gubernamentales (ONG), cuyo guión establecía que debían ejecutar y bailar como mínimo cuatro canciones y/o danzas.
Llegada a Colón
El arribo de los hermanos Medina Leites a Colón tuvo aristas folclóricas, con motivo del interés que había despertado Gisleno el año anterior en un encuentro amistoso del elenco local con Cerro. Los futbolistas habían visitado la sede de los villeros donde el defensor fue a solicitar un aporte económico para achicar la deuda que tenía el club y esperaron cerca de 6 horas hasta que fueron atendidos y asistidos por el presidente y diputado nacional Luis Tróccoli, inclusive Orlando que era amateur.
Cabe puntualizar que Gisleno necesitaba la ayuda económica para terminar de edificar su casa debido a que tenía previsto casarse a la brevedad con su novia Grisel Nuñez. Al regresar en moto, fueron abordados por dos rodados que los venían siguiendo, debieron frenar en la ruta, temerosos de que fueran Tupamaros, sin embargo una voz conocida —la del “Pulpa” Etchamendi— les otorgó tranquilidad y le ofreció a Gisleno actuar en Colón. El adiestrador estaba acompañado por su amigo José Etchegoyen, el presidente de Colón, Italo Giménez y el tesorero José Benseñor.
Gisleno debió tardar dos meses en debutar en Colón por cuestiones administrativas, Cerro no lo quería ceder y luego el “Gallego” logró el pase definitivo. Orlando vino más tarde porque era menor y Gisleno le dijo a Giménez que era goleador y número nueve, cuando carecía la entidad santafesina de un jugador de estas características al demorarse la incorporación del “Mono” Obberti..
En la 18va. fecha debutó Orlando ante Argentinos de Quilmes, con victoria por 2 a 1.Se había producido la venta de Alberto Raúl Poncio a Huracán por una suma de dinero, el pase de Néstor “Pepe” Canevari y el préstamo de Alfredo Domingo Obberti.
Creador de la marcha
Gisleno Medina Leites fue el creador de la Marcha ‘Sabaleros‘ y de otras canciones que entonaban los futbolistas de esa época de esplendor que vivió en Colón de Santa Fe.
Como futbolista Gisleno Medina tuvo una trayectoria bastante corta; apenas una década, pero increíble. Debutó como juvenil en Cerro, frente a Defensor (4-0) en cancha de Liverpool, impuesto ‘de pesado‘ en primera división (siete victorias consecutivas, tras un apriete a los futbolistas titulares -desplazados- por la barra brava; defendió a la selección uruguaya en un Panamericano disputado en San Pablo en 1963 y como premio Cerro lo llevó a una gira de 40 días por Europa, debutando en Moscú como ¡relator de fútbol!, siendo su ídolo Carlos Solé, por el temperamento, la calidad humana, periodística y la alegría que deparaba su voz.
Historia particular
Cuando regresó a Montevideo, Gisleno (22 años) rechazó una oferta para trabajar en una emisora como relator y se incorporó a Colón junto a Raúl “Negro” Cardozo (24, de Liverpool), Dumas Rodríguez (22) y su hermanito menor, Orlando (18). El jugador que ponía el alma y el corazón en su Cerro querido, fue convencido por dos hombres de características similares: Italo Pedro Giménez y Washington Etchamendi (asistente técnico de Nacional) para intentar la proeza de llevar a los sabaleros al fútbol mayor de la Argentina.
El “Pulpa” lo sorprendió una noche al presidente de Colón con una conferencia telefónica y lo conmovió: “No puedo ir Italo, por un serio problema familiar, me demorará mucho tiempo solucionarlo, te anticipo que estoy terminando de completar la documentación de los hermanos Medina Leites y me reemplazará un hombre que es casi un hermano para mí: José Etchegoyen, es director técnico y preparador físico y actualmente está al frente del Departamento de Fútbol Profesional de Peñarol”.
Gisleno había pasado siempre las revisaciones médicas, pero estando en México, en la ciudad de Cuernavaca, se produjo un hecho: a las 3 de la mañana, su mujer fue a ver a un urólogo que vivía enfrente de su casa. “Tenía una hinchazón impresionante y me dolía muchísimo; de inmediato pidieron la ambulancia, fui internado; finalmente me dieron el alta, pero los médicos me dijeron que si quería vivir y no sentir nada más, debía abandonar la práctica del fútbol, porque tenía desde mi nacimiento un solo riñón”.
Tras su inesperado retiro, incursionó como técnico en Deportivo Morellos, de la segunda división en México y desde su debut estuvo 33 partidos invicto. Perdió un cotejo, sus impulsos y vehemencia determinaron que lo expulsaran, siendo suspendido por seis meses, decidiendo entonces dejar la actividad de adiestrador para dedicarse de lleno a ser promotor, colocando, en el mundo, no menos de un centenar de jugadores no solo uruguayos sino mexicanos y de distintos paises centroamericanos
En los últimos años trabajaba para un grupo empresarial europeo observando futbolistas. Siempre recordaba a Santa Fe, por lo que vivió durante dos temporadas, aunque piensa que su mayor decepción fue con las distintas dirigencias de Colón que se olvidaron de los campeones de 1965 y nunca tuvieron un reconocimiento, aunque aclaró “yo tengo en mi mente y en el corazón la alegría que tuvimos y se la ofrecimos a la hinchada, eso es incomparable”.