Tribuna de opinión

Mujeres radicales: más de un siglo de luchas y conquistas

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Elvira Rawson de Dellepiane en un simulacro de comicio femenino realizado en 1920 durante unas elecciones municipales.

Foto: Archivo El Litoral

Foro de Mujeres Radicales de la provincia de Santa Fe

Pese a haber obtenido el voto femenino recién en 1947, las mujeres de nuestro país tuvieron siempre un activo rol en la política argentina. Las pioneras fueron las radicales, que junto a las socialistas e independientes feministas, participaron tempranamente y sentaron las bases de la lucha por los derechos para todas las argentinas.

Elvira Rawson de Dellepiane es una de las primeras que se destacan: junto a Leandro N. Alem, a quien secundaba en los actos, tuvo una singular actuación en la Revolución del Parque (1890), entre otras cosas socorriendo a los heridos que se contaban por cientos. Fue fundadora además de la Asociación Pro Derechos de la Mujer. A comienzos del s. XX, mujeres radicales como Rosa F. Martínez de Vidal, desde el Comité Feminista Radical Doctor Hipólito Yrigoyen (Lanús, 1916), trabajaban para la fórmula presidencial que daría inicio a la democracia de masas en la Argentina, habilitada por la Ley Sáenz Peña de 1912, llegando a contar con cien filiales en la provincia de Buenos Aires y a participar en la Liga Internacional de Mujeres Hispano-Americanas.

Junto a otras compañeras como Julieta Lanteri (creadora del Partido Feminista Nacional en 1918) y Alicia Moreau de Justo (socialista), las radicales trabajaron incansablemente para lograr el sufragio femenino. En 1919, Rogelio Araya -diputado radical por Santa Fe- presentó por primera vez un proyecto en pro de los derechos políticos femeninos en la Cámara de Diputados. Luego de un largo derrotero y un enorme trabajo de mujeres de todos los partidos, finalmente el voto femenino fue sancionado con la Ley 13.010.

Rosa Clotilde Sabattini, docente e historiadora destacada, convoca en 1949 al primer Congreso Nacional de Mujeres Radicales, sufriendo la cárcel y el exilio por su abierta oposición al peronismo. Fue la redactora del primer Estatuto del Docente y más tarde, durante el gobierno de Frondizi, preside el Consejo Nacional de Educación.

Ya en aquellos años, comienza a destacarse la figura de Florentina Gómez Miranda, abogada radical que 40 años más tarde, desde su banca de diputada nacional (1983-1991), y presidiendo la Comisión de Familia, Mujer y Minoridad, presentará más de 150 proyectos legislativos clave. Se destacan la de “autoridad compartida de los padres”, “divorcio vincular”, “pensión al viudo”, “pensión a la cónyuge divorciada”, “igualdad de los hijos extramatrimoniales”, “derecho de la mujer a seguir usando el apellido de soltera luego de casada” y “pensión de la concubina y concubino”. En 1999 fue declarada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires Ciudadana Ilustre y en 2010, antes de su muerte, Graduada Ilustre de la Universidad Nacional de La Plata; fue la primera mujer en la historia en recibir tal distinción de la Universidad que la tuvo como alumna.

En 1991 se logra la sanción de la Ley 24.012 de Cupo Femenino: Argentina se transforma en el primer país del mundo que adopta una cuota mínima de candidaturas legislativas para mujeres a través de la reforma de su legislación electoral. Dos mujeres radicales fueron las primeras en presentar sendos proyectos en las Cámara de Diputados y Senadores (fines de los ‘80): Florentina Gómez Miranda y Margarita Malharro de Torres respectivamente, apoyadas por la Red de Feministas Políticas y la Multisectorial de la Mujer.

La cordobesa Teresa Morini -primera diputada radical, electa en 1973, y primera en presidir un Comité provincial- fue una de las protagonistas de la definitiva sanción: además de reunirse personalmente con los diputados para convencerlos, su idea de llevar a “barras femeninas” peronistas y radicales funcionó y la presión fue clave para ganar la votación a la madrugada. También, participaron activamente para lograr el cupo las radicales Norma Allegrone de Fonte y Blanca Macedo de Gómez.

Morini además se ocupó personalmente de que esta ley se cumpliera efectivamente, presentando durante años recursos de amparo cuando los partidos no respetaban el cupo femenino en sus listas, llegando incluso hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 1994 (que le otorgó la razón en 1999), hasta que finalmente la ley quedó debidamente reglamentada en el gobierno de De la Rúa. Fue además embajadora de Derechos Humanos de la Cancillería argentina.

En el plano de las políticas públicas, durante el gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) se crea la Dirección Nacional de la Mujer dependiente de la Secretaría de Desarrollo Humano y Familia del Ministerio de Salud y Acción Social, que se transformó luego en Subsecretaría de la Mujer, más tarde en Consejo Nacional de la Mujer y en la actualidad, Instituto Nacional de las Mujeres. Sentó las bases de este trabajo, sobre todo en el tema de salud de la mujer, la querida y destacada Mabel Bianco.

En todos estos años, el movimiento de mujeres radicales ha crecido, se ha extendido y fortalecido en todo el país, reuniendo en él a batalladoras de gran experiencia junto a las jóvenes que traen el impulso y la renovación de temas y estrategias. En la actualidad, la Juventud Radical es presidida por primera vez en su historia por una mujer, Luciana Rached, y la FUA (Federación Universitaria Argentina) tuvo hace dos años su primera presidente mujer con la radical Josefina Mendoza (actual diputada nacional). Planteamos la construcción colectiva de un proyecto inclusivo, que tenga a la agenda de género como su eje principal, trabajando interdisciplinariamente y con un sentido federal. Pretendemos seguir sumando más mujeres a la militancia activa por los derechos de las mujeres y las niñas y la igualdad de oportunidades reales. Apostamos al trabajo en grupo, colaborativo, abierto y participativo, orientado a potenciar a cada militante en su lucha por una sociedad más justa y equitativa.

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Julieta Lanteri fue la primera mujer en votar en Sudamérica. Lo hizo el 26 de noviembre de 1911 para las elecciones comunales porteñas, tras lo cual, el voto femenino fue expresamente prohibido.Foto: Archivo El Litoral