Alejandra Rodenas aconseja no adherir a la ley de narcomenudeo
Alejandra Rodenas aconseja no adherir a la ley de narcomenudeo
“No caer en una demagogia punitiva”
La diputada santafesina advierte que el problema es macro y no se lo puede abordar desde el voluntarismo. La necesidad de colaboración entre fuerzas federales y provinciales para atacar un negocio millonario.
Rodenas habló con El Litoral sobre la problemática del tráfico de drogas y también sobre el sentido de su voto sobre despenalización del aborto.
Foto: Pablo Aguirre
Mario Cáffaro
Para la diputada nacional Alejandra Rodenas (PJ), es un error que la provincia asuma la persecución del narcomenudeo “sería empezar por el final de la historia y no por el origen” pero además cuestionó la falta de políticas preventivas y de apoyo a sectores populares especialmente en barrios de las grandes ciudades.
- ¿Por qué considera que Santa Fe no debe adherir a la ley de narcomenudeo?
- Una cosa es la persecución del narcotráfico y otra la narcocriminalidad. Narcocriminalidad son delitos conexos al narcotráfico donde interviene la justicia provincial: los homicidios, homicidios en ocasión de robo, todo lo que conlleva una trama criminal vinculada al narcotráfico. Además tenemos el microtráfico de drogas que es lo que se pretende investigar, perseguir, sancionar con la ley de narcomenudeo. Adherir a la ley nacional y asumir el control, la sanción de estas cuestiones vinculadas al microtráfico significa empezar por el final de la historia y no por el origen. Las políticas de Estado para que sean eficientes, efectivas, deben ser abordadas, aunque lleven más tiempo, y requieran invertir más recursos humanos y materiales. ¿Qué sería una gran política de Estado? A mi criterio, se debería revisar la idea de la creación de una agencia nacional de seguridad que incluya cuestiones vinculadas al narcotráfico para que haya comunicabilidad en inteligencia entre todas las policías provinciales y las fuerzas federales (Gendarmería, Federal, Prefectura, PSA) porque para desbaratar bandas de narcotráfico hay que ir a la superestructura de ellas, a cómo están organizadas, cuáles son -si las hay- sus conexiones políticas, judiciales, económicas.
Cuándo se elige el narcomenudeo se resuelve la perturbación que genera la venta en los barrios de las principales ciudades. La gente percibe -y es atendible la preocupación- un kiosco abierto, un chico vendiendo, compradores, red de consumo que a veces entra en tensión y generan economías delictivas.
¿Qué se elige? Desbaratar las pequeñas economías delictivas que producen dolor, o las grandes economías delictivas para generar a largo plazo un control nacional sobre la cuestión del narcotráfico. Estoy en contra de la ley de narcomenudeo. Me remito a ejemplos concretos de Rosario, el caso (Delfín) Zacarías. Fue desbaratada una de las cocinas más grandes de Argentina. No se empezó por el que le compraba a la cocina, sino por las redes o tramas que eran los proveedores de Zacarías.
Con el narcomenudeo se aborda el conflicto en el último eslabón en una cadena de vulnerabilidades que debe ser trabajado desde otros espacios. Debemos darnos una fuerte intervención del Estado con salud pública, educación, prevención y contención especialmente en barrios. No tenemos una ley de adicciones que esté funcionando seriamente en la provincia. Sin eso, ¿cómo vamos a contener? ¿vamos a poner presos a los chicos que compran y venden al menudeo?. Esa es mi gran preocupación. Habrá falta de eficacia y eficiencia de la ley y desde el lado operativo, el Poder Judicial de Santa Fe está colapsado más allá de la reforma procesal penal y de las bondades del sistema. No tenemos en el Poder Judicial ni en la policía ni recursos materiales ni humanos preparados para semejante trabajo.
- El fiscal general Jorge Baclini quiere tomar el tema.
- Pero a prueba y error.
- Resalta Baclini que hoy el 90% de las procedimientos por drogas los hace la policía santafesina.
- No voy a entrar en discusión por los porcentajes, tengo dudas. Me refiero a cómo terminamos con un conflicto que es macro y que atraviesa todo el país, es interprovincial, de fronteras. Hay agencias interesadas en que Argentina no sea un país de tránsito como fue en algún momento, sino de consumo y de elaboración, de asentamiento de cocinas. Tenemos la obligación de pensar una coordinación entre todas las fuerzas federales y las provinciales. Los números son relativos, algunos señalan que en Salta dio resultado, hay que ver el contexto. Es real que en nuestras grandes ciudades cuestiones vinculadas al narcotráfico generan lesiones a las tramas sociales, barriales. Hay que atenderlo, pero no por eso necesitamos una ley de narcomenudeo.
- Usted fue jueza penal. Hoy se valora la coordinación entre las justicias federal y provincial.
- Exactamente, incluso nosotros en la justicia provincial teníamos una muy buena tradición que era que si una vez teníamos contacto con algo de competencia federal no lo abordábamos y lo pasábamos a ese fuero. Un ejemplo: investigamos autos robados y aparecía droga, pasábamos el tema a la federal. Así hubo hechos resonantes desbaratados en Rosario como el caso Cantero. Fijese que ni (Ariel) Cantero ni la presencia de Luis Medina en Rosario habían sido motivo de investigación por parte de la justicia federal. Medina, al momento de ser asesinado, no tenía causa federal pese a las sospechas que junto a (Esteban) Alvarado tenían algún tipo de asociación vinculada con estos temas.
- Por qué cree que el gobierno provincial intenta ahora ir por las causas de narcomenudeo.
- A veces hay cierta reacción espasmódica frente a determinados hechos y se cae en una suerte de demagogia punitiva. Esta visión de que con una ley vas a poder corregir situaciones que están atravesadas transversalmente por conflictos que tienen que ver con la falta de empleo, la falta de presencia del Estado, falta de políticas urbanísticas, en sectores excluidos que no necesariamente son responsabilidad del Frente Progresista. Son políticas de Estado que no se dieron y no llegaron a determinados sectores . ¿Cómo haces para poder competir con lo que un chico gana en la venta en un bunker con lo que hoy le ofrece el mercado de trabajo?. Hay tensiones que no están resueltas pero creo que tenemos que abordarlas mucho más en la macro que en la micro.
- La otra pata es el alto consumo de drogas.
- Hay una falta de sinceramiento en los sectores medios y altos en relación al tema. Hay tabúes instalados y hay corrimiento de la mirada a que los consumidores son los sectores marginales que se drogan para cometer delitos. Hay un mercado de drogas sintéticas en los sectores medios y altos que también pueden ser autores de delitos. En Argentina hay un consumo transversal . Si funcionara una verdadera ley de adicciones y trabajáramos sobre causales tal vez un chico elige el camino del trabajo, del estudio o de inserción social en lugar de la adicción.
- Incluso hubo fiestas electrónicas con muertos en la provincia.
- Así es, incluso algunas autorizadas, otras en el límite. Hay una especie de mito inverso, esto de estigmatizar a algunos sectores como portadores de una irracionalidad a la hora de delinquir y de disculpar a otros que consumen socialmente y que también puede puede producir daños, por ejemplo accidentes de tránsito por ingestas de estupefacientes. Hay que transparentar el discurso, ser ecuánime a la hora de mirar el proceso. Es cierto, hoy la droga es accesible a todos los sectores en general y este es el gran problema. Es accesible porque tenemos fronteras perforadas y no tenemos una política nacional de control colateral de daños.
Sain
Rodenas es crítica del funcionamiento de la policía santafesina para abordar el tema narcotráfico que incluso no es de su competencia natural. No obstante saludó la pronta designación de Marcelo Saín como director del Organismo de Investigaciones. “Es una persona muy respetada en el mundo, es una buena incorporación” le dijo a El Litoral.
Julia y el aborto
Usted votó favorablemente el proyecto de despenalización del aborto y habló de Julia. ¿Cómo termina en el Senado?
- No tengo un pronóstico. Hay senadores muy definidos en un sentido y otro, y otros con mediana indefinición. Diputados puso de manifiesto argumentaciones muy sólidas en ambos sentidos. Soy muy respetuosa de cada posición. Yo elegí argumentar con Julia que es un estereotipo. Son las Julias que he podido conocer y que han sufrido la clandestinidad. Clandestino mucha veces es prohibido y el aborto está sancionado en el Código Penal por lo cual las mujeres que no pudieron acceder a la ley de educación sexual integral -hoy desfinanciado el programa- que no pueden acceder a los protocolos de salud pública como los que tenemos en Rosario. Hay muchos velos a la hora de mirarse así mismas y mirar el fenómeno. Estas Julias optaron, en general, por no hablar, por no acudir ni siquiera a un servicio sanitarios para hacerse revisar, optaron por una amiga, la comadrona del barrio y la muerte termina siendo un gran enigma hasta para su propia familia. Lo interesante del debate en el Congreso y en el país es que se derrumban estos mitos, obstáculos que tenemos a la hora de abordar el conocimiento. Es importante ponerlos en crisis porque si hay educación, si hay un marco de salud pública es muy probable que la clandestinidad se desvanezca. También es cierto que cuando las mujeres ingresan al protocolo de salud pública, la mortalidad desciende bruscamente. Las chicas ingresan a un programa donde son asistidas, contenidas y muchas desisten de abortar. Entonces la disyuntiva entre la vida o las dos vidas es religiosa, moral, de fe, que acepto, respeto y comprendo, pero la verdadera disyuntiva se tiene que dar desde la salud pública y desde un estado laico es entre legalidad y clandestinidad. Ninguna ley te obliga a hacer aquello que vos no quieras hacer o aquello que no desees. La ley es un instrumento. Por otro lado, hay que desterrar la idea de que el aborto es un método de anticoncepción. Hay que trabajar el tema desde la educación, es una de las tantas batallas culturales. Esto fue el sentido de mi voto y de llevar a Julia, el estereotipo de chica que no hablaba, que se muere mientras el sistema penal está en funcionando, porque hay un policía que tiene que hacer lo que es su deber y denunciar el hecho.