Nicaragua violenta
Nicaragua violenta
Ortega culpa a obispos de ser “parte de plan golpista”
El presidente Daniel Ortega hace el signo de la victorial al llegar a la Plaza de la Fe en Managua para celebrar el 39 aniversario de la revolución sandinista. Foto: DPA
Johnny Cajina - DPA
El presidente Daniel Ortega acusó a la Iglesia católica de Nicaragua de “ser parte de un plan golpista” para derrocarlo, lo que según dijo “descalifica a los obispos” para mediar en el diálogo nacional que busca la salida a la peor crisis que vive el país en las últimas cuatro décadas.
“Yo pensaba que (los obispos) eran mediadores, pero estaban comprometidos con los golpistas, eran parte del plan golpista (...) era un golpe de Estado lo que querían provocar en Nicaragua”, dijo Ortega ante miles de simpatizantes que asistieron al acto partidario del 39 aniversario de la revolución.
“Me dolió que mis señores obispos tuvieran esa actitud de golpistas y ahí mismo se descalificaron como mediadores y testigos”, agregó Ortega en un discurso cargado nuevamente de epítetos en contra de los manifestantes opositores, a quienes además atribuyó todos los actos de vandalismo y crímenes ocurridos en tres meses de protestas.
El diálogo nacional con mediación de los obispos comenzó a mediados de mayo, pero no tuvo mayores avances y quedó estancado hace varias semanas por falta de consenso de una agenda avalada por los obispos.
La oposición exige la salida del Ortega del poder, el adelanto de elecciones anticipadas de 2021 a marzo de 2019 y la renovación de los poderes judicial y electoral, bajo dominio oficialista.
“La Iglesia no sufre por ser calumniada, agredida y perseguida. Sufre por quienes han sido asesinados, por las familias que lloran, por los detenidos injustamente y por quienes huyen de la represión. Rezamos y estaremos a su lado siempre en nombre de Jesús”, tuiteó en respuesta monseñor Silvio Báez, considerado el obispo más crítico al Gobierno en la Conferencia Episcopal.
Dando por superado el conflicto, Ortega agregó que ahora hay que “restablecer la paz, hacer un esfuerzo enorme por recuperar la economía y creer comités de autodefensa” en todo el país en apoyo del Gobierno.
El mandatario acusó además a los manifestantes de “poseer armas de guerra” con las que supuestamente asesinaron a “centenares de sandinistas”. No obstante, el Gobierno solo ha reconocido 49 fallecidos en los últimos tres meses.
Los organismos de derechos humanos independientes han denunciado que la violenta acción policial y paramilitar ha cobrado la vida de más de 350 personas, la mayoría jóvenes estudiantes y manifestantes opositores.
Durante el acto, su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo hizo alusión a quienes se manifiestan contra el Gobierno calificándolos una vez más de “satánicos” y “golpistas”.
Añadió que su Gobierno está “en el deber de restaurar la paz” en el país “frente a tanto rito satánico, frente a tanto corazón ciego, frente a tanta malignidad y a una práctica siniestra desconocida en Nicaragua”.
Mientras tanto, en Washington, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó el trabajo realizado en las últimas tres semanas por el Mecanismo Especial de Seguimiento (MESENI), creado para monitorear la situación en Nicaragua.
“La CIDH lamenta y condena que el Estado haya recurrido a la violencia en lugar de continuar con el diálogo en la búsqueda de una solución pacífica a la crisis”, dijo la CIDH, que aumentó la cifra de muertos a 277.
El MESENI constató y documentó el despliegue de operativos y actos de represión en contra de la población de diferentes ciudades con las que se mantenía un diálogo para alcanzar próximamente una disolución espontánea y pacífica de tranques, como se denomina a las barricadas que establecen los manifestantes.
Por su parte, los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo Morales, afirmaron que Ortega “derrotó un plan golpista” auspiciado por Estados Unidos, en sendas declaraciones formuladas desde Caracas y La Paz, respectivamente.
Todd Robinson, Consejero para Asuntos de América Central del Departamento de Estado norteamericano, dijo que Estados Unidos analiza “todas las opciones” en la búsqueda de una solución a la crisis en Nicaragua.
“Todas las opciones están sobre la mesa”, manifestó el funcionario. “Vamos a utilizar todas las herramientas que tenemos para seguir apremiando al Gobierno de Ortega”. Robinson evitó no obstante precisar cuáles son las acciones concretas que están siendo analizadas.
Estados Unidos ha revocado visados a más de una veintena de funcionarios nicaragüenses, a los que no ha identificado.
El 5 de julio impuso las primeras sanciones en esta crisis, dirigidas contra tres altos cargos nicaragüenses del círculo de Ortega y su mujer, la vicepresidenta Rosario Murillo, a los que les fueron congelados sus activos en suelo estadounidense y con los que se prohibió hacer transacciones a todo ciudadano del país norteamericano.