llegan cartas

“Todos tienen que trabajar para salir de la pobreza”

MIGUEL ÁNGEL REGUERA

DNI. 16.831.396 / miguelreguera @yahoo.com.ar

Hace un tiempo, el más encumbrado funcionario del gobierno nacional manifestó que espera que su gobierno “sea juzgado por si pude o no reducir la pobreza”... En ese entendimiento, más allá de coyunturas nacionales e internacionales desfavorables, como de desaciertos en algunas medidas, considero de vital importancia la visita al país del padre Pedro Opeka. Este sacerdote argentino, candidato al Premio Nobel de la Paz, en 50 años de lucha ya ha conseguido que más de medio millón de pobres de la isla de Madagascar dejaran de buscar comida en los basurales, tengan la dignidad de un techo y trabajen diariamente para sustentarse. Se fue a los 20 años y recién volvió a los 70 para ver a sus seres queridos santafesinos y ser recibido como “visitante ilustre” en su tierra.

No será periodista de espectáculos, ni director técnico de fútbol. Tampoco conductor televisivo, ni miembro de partidos políticos aliados u opositores; pero creo que es una personalidad que debería reunirse con importantes figuras científicas y del mundo académico de nuestro país para que pueda transmitirles aquello que debemos saber los argentinos para afrontar nuestros problemas de pobreza e indigencia.

El padre Opeka tiene una asociación humanitaria, cuyo lema es “Todos tienen que trabajar para salir de la pobreza”. Al trabajo le suma como pilares: la salud para poder hacerlo, la vivienda propia que dignifica, ordena la vida y saca de la calle, la perseverancia, el ser honestos y verdaderos... Se puede ir o no a un Tedeum. Se puede ser más o menos amigo de Francisco. Se puede asumir una actitud militante a favor o en contra de la Iglesia, en el tema de la legalización del aborto... Lo que no se puede es persistir en la necedad de no convocar a los más capaces, vengan del sector social que vengan, fundamentalmente para conocer sus experiencias más detalladamente y poder aplicarlas.

Un gran acuerdo en el marco de un Consejo Económico Social será el pilar para enmendar errores del pasado y disminuir la pobreza, que junto con la indigencia lastiman a los que la sufren y son una bofetada a la inteligencia y sensibilidad de los más pudientes.

En ese contexto, el padre Opeka tiene mucho que decirnos. Basta con abrir nuestros oídos y querer escuchar.