Tribuna de opinión
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Hábitat III, los cuatro lotes de Candioti Sur y el viejo muro del Puerto
Los lotes que serán subastados en las inmediaciones de calle Belgrano y Av. Alem.
Foto: Archivo El Litoral
Arq. Matilde Martínez (*)
En octubre de 2016, se realizó en Quito la Conferencia Hábitat III, la tercera edición de un encuentro mundial que la ONU convoca cada 20 años a partir de 1976. Más de 30.000 personas de 167 países participaron en ella, lográndose la mayor participación de la sociedad civil, las partes interesadas y las autoridades locales en la historia de las Naciones Unidas.
En esta oportunidad, el encuentro buscó revitalizar el compromiso mundial con la urbanización sostenible y centrarse en la implementación de una Nueva Agenda Urbana, a la que se llegó destacando 6 características clave para promover en las ciudades a futuro:
-Compactas: planificadas para favorecer el uso mixto y público del suelo, valorizando los espacios dentro del perímetro urbano y favoreciendo la movilidad colectiva. Evitando, con una acertada densidad urbana, la creación de suburbios o barrios dormitorios, alejados y con servicios deficientes.
-Inclusivas: en las que todos sus habitantes, de las generaciones presentes y futuras sin discriminaciones de ningún tipo, puedan disfrutar libremente de todos los espacios físicos, políticos y sociales.
-Participativas: en las que se promueva la libre contribución de todos sus habitantes, generando un sentido de pertenencia no excluyente que mejore la cohesión social y las interacciones culturales como base de sociedades plurales, multiculturales y vivas.
-Resilientes: capaces de resistir y de recuperarse rápidamente de los riesgos humanos, sociales y medioambientales, minimizando el impacto y la vulnerabilidad de sus ciudadanos.
-Seguras: que no tengan fronteras para sus ciudadanos, donde los espacios públicos sean la clave para construir comunidades plurales y pacíficas, evitando la estigmatización de grupos sociales.
-Sostenibles: preocupadas por planificar el futuro medioambiental, social y económico a través de soluciones innovadoras que a la vez generen prosperidad y respeten los recursos naturales.
Hábitat III reconoce que para implementar esto habrá que realizar importantes cambios que tiendan a alcanzar: reglas y reglamentos urbanos apropiados, que promuevan un imprescindible estado de derecho; un urbanismo y diseños adecuados, que permitan la provisión de bienes comunes junto con un patrón eficiente de parcelas edificables y sistemas fiscales municipales o comunales que redistribuyan partes del valor urbano generado por todos los habitantes.
El Estado subasta
A la luz de estos principios reconocidos y frente a la noticia de la próxima puesta a subasta pública de 4 lotes ubicados en las inmediaciones de calle Belgrano y la Av. Alem de nuestra ciudad, de propiedad del gobierno nacional, nos preguntamos:
- ¿Es razonable que el Estado (en cualquiera de sus 3 niveles) venda al mejor postor tierras urbanizadas, bien ubicadas, provistas de todos los servicios, cuando no cuenta con las suficientes para poder hacer frente a la demanda de programas de hábitat social? Podría adquirir en un futuro otros terrenos de menor valor (necesariamente más alejados) para satisfacer esta demanda, pero esto: ¿ ayuda a compactar la ciudad y con ello a hacer más efectiva la prestación de los servicios? ¿No será además mucho más caro para esos hogares vivir lejos?
-¿No está probado en los países desarrollados que la mixtura social contribuye a la inclusión, a la cohesión y con ello a la seguridad en las ciudades?
-¿Recuperarán algo los santafesinos de todo el esfuerzo local que a lo largo de los años ha ido sumando valor a esas parcelas? ¿Se tuvo en cuenta, por ejemplo, la valorización que la reciente contribución por mejoras de los vecinos del barrio produjo al pavimentar ese sector urbano? ¿Hubo alguna instancia de participación de estos vecinos en este anuncio?
-¿Es coherente que el mismo sector político que defendió exitosamente la Estación Belgrano para todos los santafesinos, hoy con la misma capacidad de gobierno se resigne sólo a una futura recaudación de mayor tasa municipal? Perdiendo incluso la disponibilidad de tierras para ampliar a mediano plazo la Estación Terminal de Ómnibus
-¿No es posible pensar al menos en una propuesta de articulación público privada que, a la manera del Batallón 121- Cordón Ayacucho de la ciudad de Rosario, por ejemplo, permita que ganen todos: los inversores privados y los habitantes de la ciudad?
-¿Podremos considerar que el Estado mantenga el derecho de superficie sobre esos lotes, trasladando sólo el dominio del espacio sobre él, por lo menos para no perder las tierras a largo plazo?
Hace 32 años, este mismo Diario publicaba una noticia donde los estudiantes de arquitectura festejábamos la demolición de un gran muro que, a lo largo de toda la Av. Alem, ocultaba el Puerto, la ribera, las aguas tranquilas y la vista de las islas, el alma de nuestro paisaje.
Derribar el muro para nosotros, simples estudiantes y docentes, materializaba al fin que ése era un espacio de y para todos los santafesinos.
Las actuales reglamentaciones urbanas y las recientes propuestas gubernamentales para el sector nos están construyendo otro muro, que divide mucho más que aquel. Pareciera que, como entonces, sólo la fuerza de las organizaciones de la sociedad civil podrá derribarlo.
(*) Docente coordinadora de la Especialización en Gestión integral del Hábitat. Facultad de Arquitectura Universidad Católica de Santa Fe
Hábitat III reconoce que para implementar esto habrá que realizar importantes cambios que tiendan a alcanzar: reglas y reglamentos urbanos apropiados, que promuevan un imprescindible estado de derecho; un urbanismo y diseños adecuados, que permitan la provisión de bienes comunes junto con un patrón eficiente de parcelas edificables.