El Concejo sancionó un plan inclusivo de estos trabajadores informales
El Concejo sancionó un plan inclusivo de estos trabajadores informales
Con credencial y propina a voluntad: regularon la labor de los cuidacoches
Los cuidadores de vehículos deberán contar con un carnet habilitante emitido por la Municipalidad, y no tener antecedentes penales. Tendrán prohibido pedir a los dueños de vehículos una “tarifa”: la contribución a recibir será voluntaria. Intentan que se incorporen a trabajo formal. Contrapuntos en el Legislativo.
Con chaleco identificatorio, carnet habilitante y un curso de capacitación aprobado: sólo así los cuidadores de autos podrán brindar su servicio informal en la ciudad.
Foto: Archivo El Litoral / Mauricio Garín
Luciano Andreychuk
Twitter: @landreychuk
Fue a voto dividido (con cinco abstenciones) y con argumentos encontrados. Pero el Concejo finalmente sancionó un proyecto que llevaba cerca de un año en comisiones, y que estableció un marco regulatorio para la actividad de los cuidacoches: creó un Programa Inclusivo de Cuidadores de Vehículos y estableció requisitos muy estrictos para poder ofrecer este servicio en la vía pública de la ciudad.
Quienes quieran ejercer esta labor informal deberán contar con una acreditación o carnet habilitante expedido por la Municipalidad. Los cuidacoches no podrán contar con antecedentes penales: la secretaría de Control (autoridad de aplicación) deberá crear un registro de cuidadores. Deberán acreditar domicilio en la ciudad y una constancia de que no están inscriptos en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos.
Se les dará una capacitación inicial, se les entregará un chaleco identificatorio y se publicará en la web de la Municipalidad el listado de cuidadores de autos habilitados, donde se indicará la credencial habilitante de cada uno y el lugar de labor: es que la norma dispone asignar a cada cuidacoche un sector en vía pública para prestar su servicio informal.
Aporte voluntario
En su artículo 6, la ordenanza es taxativa: “Los cuidadores de vehículos habilitados no podrán exigir el pago de un canon a los titulares de vehículos que dejen estacionados sus autos en la vía pública. Si éstos deciden hacerlo —sigue la norma—, la contribución económica será voluntaria y se efectuará al momento de retirar el vehículo (no antes)”. Se prohíbe la exigencia anticipada de la entrega de un monto determinado de dinero.
Tendrán que exhibir a los inspectores municipales (si se les requiere) el carnet habilitante, y vestir un chaleco fluorescente con su número de identificación, número telefónico de atención ciudadana (0800-555-7000) y la leyenda “Contribución Voluntaria”. “No mantendrán (los cuidacoches registrados) relación laboral ni contractual con la Municipalidad ni con los usuarios de sus servicios (los conductores)”, deja el claro la norma.
Ya registrado y para acceder a la habilitación final, cada cuidacoche deberá obligatoriamente asistir a aprobar el curso de capacitación, adonde se lo instruirá sobre la reglamentación de tránsito, atención pública y convivencia ciudadana; seguridad e información turística. También figura un curso de reanimación cardiopulmonar (RCP), que es optativo.
Una vez habilitado y tras haber cumplido todos los requisitos de inscripción, se entregará al cuidacoche beneficiario una credencial para ejercer su servicio, que contendrá su foto, nombre y apellido, DNI, número de su registro y la zona de cuidado de coches que tiene asignada. El permiso se renovará anualmente y la credencial será indelegable, intransferible a un tercero y absolutamente personal.
¿En qué casos se les retiraría la credencial? Por cuidar coches sin la habilitación correspondiente; por exigir una suma fija de dinero violando el carácter voluntario de la contribución; contar con denuncias y reclamos por parte de particulares por “tratos irrespetuosos o extorsivos”, entre otras causales. Se derogó la ordenanza Nº 8.133 (de hace casi 40 años) que aún estaba vigente y había quedado anacrónica en el tiempo.
Posiciones encontradas
La realidad de los cuidacoches (con casos permanentes de violencia y peleas territoriales) es un tema delicado y fue un parteaguas en el recinto. La ordenanza —trabajada e impulsada por la justicialista Marcela Aeberhard y el radical frentista Sergio Basile— se sancionó con seis votos del bloque PJ (Lucas Maguid se abstuvo) y de los ediles del FPCyS. El bloque Cambiemos también pidió abstención, pero fijó sus fundamentos.
Aeberhard admitió que “es una problemática difícil (la de los cuidacoches)”, pero subrayó: “No podemos seguir sin hacer nada”. Consideró que muchos ciudadanos “no se sienten seguros en la vía pública. Y lo que no define el Estado lo define la violencia con conflictos territoriales”, agregó. “Aspiramos a no tener cuidacoches en las calles, y que pasen a tener un empleo genuino. La norma tiene una mirada social e inclusiva en términos laborales muy clara (ver Relacionada)”.
Basile reforzó la palabra de la edila. “El principal objetivo son el control y la inclusión sociolaboral paulatina. Ojalá que el Ejecutivo dé respuesta rápida. Necesitamos de una decisión política para la regulación e inclusión de los cuidadores. No podemos mirar hacia el costado ante esta problemática”.
A los argumentos de la abstención de Cambiemos los dio en el recinto Carlos Suárez. Para el edil, el Estado municipal “ya dispone de herramientas para inserción social y laboral. Las Escuelas de Trabajo son el mejor ejemplo de esto —resaltó—. Muchos de los cuidacoches podrían hoy vincularse con las escuelas”. Puso interrogantes y reparos conceptuales sobre el paso de la informalidad a la formalidad laboral de los cuidacoches.
Además, advirtió que le generan muchas dudas las implicancias jurídicas de este permiso del espacio público de carácter precario (que tendrían los cuidadores de autos registrados y habilitados). “Al ser ahora un servicio, entiendo que le podrían caber responsabilidades civiles o penales al Municipio frente a la cuestión del cuidado de la seguridad de un bien mueble (un automóvil privado), que los cuidacoches no están en condiciones de prestar”, declaró Suárez. La duda que corrió por los pasillos de Concejo es si el intendente José Corral vetará la norma o no. Aún no hay novedades.
¿Por qué inclusivo?
En el objetivo del programa figura el propósito de “abordar de manera particular la problemática asociada a cada una de las personas y sus familias que desarrollan la actividad (de cuidar autos), e iniciar un proceso de incorporación de éstos a la economía formal”. En esta línea se habilitaron resortes para que los cuidacoches sean tenidos en cuenta para la incorporación (como futuro personal) en organismos descentralizados y entidades autárquicas, empresas y sociedades del Estado local, organizaciones empresariales donde la Municipalidad tenga participación, etc.
“Para garantizar la paulatina inclusión laboral de los cuidadores, el Municipio deberá fomentar la participación e integración de quienes integren el programa para que puedan desempeñarse (laboralmente), a fines de que sean tenidos en cuenta en las áreas en las que fueron capacitados”. La ordenanza abarca también convenios con planes de formación laboral provinciales y nacionales. Los cuidadores podrán realizar cursos de formación en las Escuelas de Trabajo municipales, en economía social, etc.