La política en foco
La política en foco
El buen año de la carne bovina
Toda la cadena trabajó, y bien, para mejorar la producción, recuperar mercados y conseguir divisas.
José E. Bordón
Las exportaciones agropecuarias sirvieron para que la economía argentina no cayera aún más en este 2019, un año en que el contexto internacional fue complicando la comercialización de algunos productos, especialmente después del comienzo de la “guerra comercial” entre Estados Unidos y China. El caso de los granos ya es conocido. Nuestro país logró una última campaña importante, más allá de los nocivos efectos que provocó la sequía de 2018. Pero este año, las carnes argentinas tomaron decididamente la delantera en la producción y exportaciones. El reciente informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) resaltó que en nueve meses, las exportaciones de carne ya generaron más de U$S 2.000 millones, por el envío al exterior de unas 566 mil toneladas de res con hueso. El dato más significativo es que septiembre cerró con un crecimiento del 72,4 por ciento.
“Los números que arrojan las exportaciones de carne bovina no paran de sorprender. En septiembre, los envíos de carne enfriada, congelada y procesada, con y sin hueso, crecieron 61,6 por ciento en volumen y 72,4 por ciento en facturación con respecto al mismo mes de 2018”, según el citado instituto. Traducido a números, el dinero aportado ascendió a 298 millones de dólares, unos 125 millones de dólares más que un año atrás. Y el comercio exterior se llevó el 30 por ciento de la faena nacional. Así, y esto también subrayó el trabajo, a lo largo de los primeros nueve meses de 2019, ingresaron al país divisas por un valor cercano a los 2.023 millones de dólares por exportaciones de carne vacuna. Para completar, habría que indicar que, actualmente, el volumen exportado en promedio por mes se ubica en 63 mil toneladas, 37 por ciento más que el año pasado y casi el cuádruple de las 17.000 de 2015.
Hay un factor clave para darle dimensión a los números precedentes. Y es China que, si bien venía siendo el principal comprador en los últimos años, en 2019 aumentó aún más su demanda como consecuencia del impacto de la peste porcina africana. A tal punto llega la relevancia de China, que su crecimiento compensa la caída de otras naciones compradoras.
Pero en este contexto hay que efectuar una mirada hacia el país. Repasando algunos informes de especialistas se puede señalar que también la producción vacuna dio un salto.
En materia de producción, luego de crecer a tasas superiores al 7% anual durante los últimos dos años, el volumen de carne que la cadena ofrece al mercado se toma un respiro este año y se encamina hacia una cifra muy parecida a la de 2018. El escenario resulta atractivo: la producción final se ubicará en el orden de 3,07 millones de toneladas, contra las 3,06 millones del año pasado.
El otro dato que resulta interesante mencionar refiere al lugar recuperado por el país en el contexto internacional de la ganadería. Según el último informe del Usda norteamericano, el país se ubicará este año como quinto exportador global en un ranking liderado por Brasil y seguido por Australia, India y Estados Unidos. Pero la novedad es que en 2019 se superará a Nueva Zelanda, que ocupaba esa quinta posición. Vale la pena también recordar que en 2015, es decir hace sólo 4 años, Argentina ocupaba el décimo lugar en este ranking. Esto tiene gran valor para el productor como para el IPCVA que fue a buscar nuevos mercados y consolidó los ya existentes.
Todo esto ocurre en un contexto interno de achicamiento, donde el consumo se ubicaría este año en torno a los 52 kg/año promedio per cápita, un 8% menos que en 2018, producto del momento económico y, en muchos casos, de los cambios de hábitos alimentarios de la población.