Agustina Mai
Una de las directoras del hospital de Niños, donde está internado un nene con obesidad mórbida, aseguró que “hay que romper con la idea de que estar gordito es sinónimo de estar sano”. El sobrepeso puede esconder una malnutrición y dejar secuelas a largo plazo.
Agustina Mai
El caso de un niño de 5 años, internado en el hospital O. Alassia por obesidad mórbida (supera 8 veces el peso esperable para su edad), puso sobre el tapete uno de los principales problemas de salud de este siglo.
La mitad de las consultas que recibe el servicio de Endocrinología del hospital de niños es por sobrepeso.
¿Cómo abordan esta patología? “La mayoría entra en un programa de atención multidisciplinaria, que es más fácil implementar en las zonas que cuentan con profesionales de salud mental, nutrición y servicio social porque, muchas veces, a las familias hay que reforzarlas con trabajo en terreno”, explicó la doctora Mariela Allassia, directora asociada del hospital.
Cuando el índice de masa corporal (IMC) es muy elevado -lo que constituye un parámetro para determinar la obesidad- los pacientes son internados para evaluar si hay repercusiones orgánicas. “Hay que analizar si la obesidad está afectando el funcionamiento de los órganos. Intervienen los servicios de cardiología, traumatología y hasta otorrinolaringología, ya que hemos tenido casos en los que fue necesario hacer cirugías por apneas”, detalló Allassia.
— ¿La obesidad es más peligrosa en niños que en adultos?, preguntó El Litoral.
— Claro que sí porque ese niño que es atacado por la obesidad a tan temprana edad está creciendo con una enfermedad crónica, que va a dejar secuelas a largo plazo. Esto no quiere decir que no tenga chances de hacer una vida normal si entra en tratamiento. Cuando un niño ingresa a un programa de abordaje multidisciplinar, con compromiso de su familia y de su entorno (escuela, club, centro de salud), responde mejor que un adulto porque es más fácil que cambie la conducta, respondió la pediatra.
Alassia remarcó que “es tan peligroso un niño desnutrido como uno con sobrepeso”: “El exceso de peso puede esconder una malnutrición. Hay que romper con la idea de que estar gordito es sinónimo de estar sano”.
Por su parte, la nutricionista Milagros Ferrando, docente de la cátedra de alimentación infantil de la UNL, también advirtió sobre los riesgos del sobrepeso. “La desnutrición suele aparecer como lo más grave, pero la última encuesta de salud y nutrición del Ministerio de Salud de la Nación, que se hizo en 2006, reveló que el 20 % de los niños del país tienen exceso de peso, ya sea sobrepeso u obesidad. Esto obliga a pensar políticas públicas que prevengan el sobrepeso porque es un verdadero problema de salud”.
A comer, se aprende
En esta problemática, las familias son el principal actor, debido a que los niños aprenden hábitos alimenticios en su hogar y, además, comen lo que sus padres les ofrecen. Pero como la mayoría de los casos de sobrepeso se dan en edad escolar y durante la adolescencia, la escuela se convierte en otro ámbito clave. “Cuando están en edad escolar, los niños pasan muchas horas fuera de su casa, en la escuela o en el club. Entonces es fundamental que estos lugares cuenten con cantinas saludables, que ofrezcan frutas y otro tipos de alimentos. Es para aplaudir la iniciativa de algunos establecimientos que ya lo están haciendo”, señaló Alassia.
Si bien el sobrepeso y la obesidad atraviesan todas las clases sociales, en los estratos más bajos son más notorios. Con sólo comparar el precio de un kilo de fideos con uno de carne, es evidente que el bolsillo se inclina hacia la primera opción. “Los hidratos de carbono son alimentos disponibles a bajo precio, por ejemplo un kilo de pan. Esto se repite a diario y genera malnutrición porque, a pesar de tener sobrepeso, ese niño tiene una enfermedad por no seguir una dieta equilibrada, que no incluye frutas, verduras o proteínas”, planteó la pediatra.
Ferrando coincide en que en estos sectores, se produce una “monotonía alimentaria”: siempre se come lo mismo. “Los fideos reemplazan a todos los otros grupos de alimentos. La falta de consumo de frutas y verduras es una de las causas de sobrepeso. Por eso hay que insistir en incorporar estos alimentos en las comidas principales”. En este sentido, una opción económica es elegir los vegetales y frutas de estación.
20 % de los niños argentinos padece exceso de peso (sobrepeso y obesidad), según la última encuesta de nutrición y salud del Ministerio de Salud de la Nación de 2006.
Para una dieta equilibrada
Incorporar una fruta en el desayuno.
Respetar el orden de las comidas: entre 4 y 6 por día.
Incorporar vegetales de colores en todas las comidas principales.
Acompañar las comidas con agua en lugar de aguas saborizadas o gaseosas.
Evitar frituras.
Elegir meriendas saludables para la escuela (frutas, cereales, barritas de cereales) y evitar golosinas.
Un caso extremo
El caso del niño que pesa ocho veces lo que debería pesar se trata de un caso de obesidad mórbida, muy poco frecuente a tan temprana edad.
La doctora Mariela Alassia, directora asociada del hospital de Niños donde está internado, aseguró que se están realizando estudios para analizar qué causó esta situación. Hasta el momento, los análisis no confirmaron que se trate de un problema hormonal.
Consultada acerca de si los otros integrantes de la familia eran obesos, la médica aclaró que “presentan sobrepeso, pero ninguno es obeso y mucho menos mórbido”.