De la Redacción de El Litoral
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Los productos industrializados contienen altas cantidades de sodio y representan un riesgo oculto.
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“Recién cuando a mi mamá le prohibieron la sal por una insuficiencia cardíaca, me di cuenta de la cantidad de alimentos que tienen sodio aunque no sean salados. Las galletitas dulces, el pan, el agua mineral y las aguas saborizadas pasaron a estar prohibidos”, contó Agustina, una joven que, como muchos, desconocen los riesgos de la “sal oculta”: ésa que no vemos, pero está.
Al hablar de sal, uno automáticamente piensa en el salero, pero en realidad este compuesto está presente en muchísimos productos industrializados y procesados, como el pan, los fiambres, las pizzas, las sopas y salsas comerciales. E incluso en alimentos dulces, como las galletitas o las gaseosas. Se estima que el 75 % de la sal que ingerimos proviene de estos alimentos, mientras que sólo un cuarto está representado por el salero.
Por este motivo, en la Semana de Sensibilización sobre la Sal que se conmemora hasta el 6 de marzo, el tema elegido para este año es “la sal oculta”, es decir la que no vemos, pero está incluida sobre todo en los alimentos industrializados. “Hay alimentos que pensamos que no tienen sal porque no tienen gusto salado, pero en realidad sí tienen, como es el caso de las galletitas dulces, las aguas saborizadas o las gaseosas”, comenzó planteando Gabriela Sosa, jefa del programa provincial de enfermedades crónicas, dependiente del Ministerio de Salud.
— ¿Por qué se le agrega sal a los alimentos industrializados?, preguntó El Litoral.
— Porque es el conservante más frecuente y barato y, además, porque sirve para realzar el sabor de lo dulce y darle más palatabilidad al producto. Hay un nuevo concepto de alimentos súper tentadores, que son una mezcla explosiva de mucha sal, mucha azúcar y mucha grasa. Por ejemplo las papas fritas de paquete y algunas galletitas, que uno no puede dejar de comer. Esto sucede porque tienen incorporados componentes que, en el paladar, tienen un efecto explosivo - explicó Sosa.
Riesgo oculto
Un adulto sano debería consumir 5 gramos de sal por día, el equivalente a una cucharita de té al ras. En la Argentina y en el resto de América Latina, se consumen entre 12 y 15 gramos diarios de sal, tres veces más de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El marcado aumento del consumo de sal fue un proceso paulatino, que creció a la par de una mayor industrialización de los alimentos. “Antes, las abuelas hacían la masa para una tarta o para empanadas; hoy las compramos hechas, con mucho agregado de sal.
Lo mismo pasa con las salsas, sopas y muchísimos otros productos. Mientras más casero y menos industrializado sea el alimento, va a ser más sano. Otro ejemplo: antes tomábamos agua de la canilla, ahora tenemos las aguas minerales, aguas saborizadas, jugos y gaseosas que tienen mucha cantidad de sal”, comparó la jefa del programa de enfermedades crónicas.
Para saber qué cantidad de sal oculta consumimos hay que leer las etiquetas de los productos, donde la sal aparece con el nombre de cloruro de sodio. Una dosis aceptable oscila entre los 800 y 1.000 mg de cloruro de sodio. “Por ejemplo 2.400 mg de cloruro de sodio es muchísimo para un alimento. Mientras más baja sea la cantidad, mejor”, resumió Sosa.
Las personas con hipertensión, diabetes, problemas renales, insuficiencia cardíaca o que sufrieron un ACV pueden consumir hasta 2 gramos de sal por día. “Con la sal oculta de los alimentos industriales prácticamente se llega a esa cantidad, por eso la recomendación es sacar la sal agregada”, sostuvo la funcionaria.
Sobre las alternativas a la sal común, Sosa detalló que “la sal de ajo o de apio no son muy bajas en sodio; la sal ligth que viene en envase verde tienen un 60 % menos de sodio; y las sales modificadas vienen sin sodio”.
Actividades
Centro de salud San José: cuestionario anónimo a los pacientes; toma de tensión arterial e índice de masa corporal; consulta con la médica generalista.
Hospital Sayago: 2 de marzo en el hall principal, toma de tensión arterial, charla sobre el uso de la sal a cargo de profesionales de cardiología y nutrición.
Secretaría de Salud Municipal: 3 y 4 de marzo en la explanada de la Municipalidad se tomará la tensión arterial y habrá consejería sobre consumo de agua, restricción de la sal y contenido de sodio de diferentes productos procesados.
Centro de salud Altos de Noguera: charlas informales sobre el uso de la sal en nuestra dieta (8 y 12 hs.) en sala de espera toda la semana. Toma de tensión arterial dentro del centro y en la parada de colectivo y escuela N° 48.
Centro de salud Mendoza Oeste: toma de tensión arterial, entrega de folletería y consejería.
Centro de salud Manzana 2 de Alto Verde: 2 y 4 de marzo entrega de folletería, toma de tensión arterial, charla taller y el cierre con degustación de alimentos regionales sazonados con especias y sin sal.
Samco de Nelson: medición de tensión arterial, charla-taller lúdica para los pacientes.
Medidas
Argentina cuenta con una Ley de Regulación del Consumo de Sodio para reducir progresivamente la sal contenida en los alimentos procesados.
Actualmente, 579 productos de consumo masivo de grandes y pequeñas empresas alimentarias afiliadas a 37 cámaras industriales de todo el país, se encuentran trabajando dentro del Convenio Marco de Reducción Voluntaria y Progresiva del Contenido de Sodio, y de la Iniciativa Menos Sal Más Vida llevada adelante por la cartera sanitaria nacional. Otra medida es la prohibición de los saleros en los bares y restaurantes.