Danilo Chiapello
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Nancy Scarfone teme por la suerte de su compañero en el hospital psiquiátrico. Asegura que en su trabajo Pablo sufría una presión insoportable. “Casi no dormía”, dijo.
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Nada hacía presumir que el de ayer iba a ser el día de furia de Pablo Cejas.
Al menos así lo asegura su compañera de ruta, Nancy Scarfone (36), quien esta mañana recibió a El Litoral en la modesta vivienda que ambos vivienda comparten en barrio Guadalupe.
No obstante, la mujer señala que en los últimos meses, los días de Pablo transcurrían bajo muchísima presión, debido a los conocidos desencuentros con sus jefes. “Dormía mal o prácticamente no dormía”, reveló.
Antes de la tormenta
“El día de ayer Pablo lo había comenzado de manera normal. Al mediodía, se fue al cine con su hijo. Hasta ahí estaba todo bien”, comenzó recordando Nancy.
“Después tuvo una pequeña discusión conmigo. No fue por nada importante, fue una discusión del momento y nada más. Pero no sé qué pasó después. Lo de anoche fue algo que a Pablo le estalló la cabeza”, acotó.
“Él estaba bajo muchísima presión este último tiempo. Dormía mal o prácticamente no dormía. Estaba con el celular todo el tiempo”, señaló.
Lo fueron quebrando
“Son muchas cosas -prosiguió-. Nosotros estamos en el programa protección de testigos por una denuncia que Pablo hizo. Vivimos con una custodia. Ellos vienen, nos hacen firmar una planilla. Después pasó el tema ese que nos dejaron dos balas”, prosiguió.
“A Pablo, lo movían siempre de su trabajo. No tuvo un destino fijo. En los últimos meses, lo cambiaban a cada rato: él llegaba a las 8 a su trabajo y a las 9 ya tenía un pase. Lo movían de un lado a otro. Todas esas injusticias a Pablo lo fueron contaminando, lo fueron quebrando. La semana pasada pasó lo del Puente Colgante. Él subió junto a un compañero para rescatar a ese hombre que se quería tirar”, indicó.
“Justo después recibió una notificación sobre una causa, o algo así. Yo no entiendo de esas cosas. Él la leyó y después me dijo: ‘Nancy, seguro que me van a poner en disponibilidad’”, advirtió.
“Cuidá al nene”
“Después del cine, vino a casa. Pasó esa discusión conmigo, se puso con el celular y se fue. Al rato, me mandó un mensaje diciendo que cuidara al nene. También, me dijo que yo no sabía dónde estaba. En ese momento, me llama un amigo de él y me pregunta: ‘¿Pablo está en tu casa?’. No lo encontraba”, recordó.
“Después fue todo muy rápido. Al rato apareció la policía acá que me vino a buscar para llevarme a la rotonda. Allá a mí me tenían a un costado. No me dejaban acercarme.
Al final, me dijeron que se lo habían llevado psiquiátrico. Yo me opuse, pero me contestaron que él ya estaba internado. Quise ir a verlo, pero me aconsejaron que no.
Que no iba a poder verlo, porque está incomunicado y todo eso. Lo único bueno es que la gente de protección de testigos me dijo que ellos sí iban a ir para el hospital y lo iban a custodiar”, dijo.
—Nancy, ¿qué le dirías ahora a Pablo?
—Pablo sabe que yo siempre estuve a pie firme con él. El único hombro que tuvo en todas las situaciones que le tocó padecer, tanto sea el enfrentamiento con sus jefes, con los balazos que le tiraron y demás cosas que pasó, la única que estuvo y no se cayó, fui yo. Eso lo tiene que valorar.
Ayer tuve una comunicación con él. Le decía dejame llegar hasta donde estás vos... pero él me decía que no. Yo le repliqué: no me podés hacer esto. Vos sabés que estamos juntos en todo esto. Siempre te apoyé, pero no hubo caso.
La última vez que lo balearon, lo traje un mediodía del hospital a casa. Y a la noche llegó un papel diciendo que lo pasaban a disponibilidad. Entonces fui yo quien sacó a empujones de mi casa a un jefe policial.
Él sabe que yo estoy con él siempre. No sé qué le pasó anoche. Estaba muy “sacado”. No sé por qué no quería que yo lo vaya a ver. Pero no voy a dar un paso atrás. Yo sé qué clase de policía es Pablo. Y no lo voy a dejar solo. Él sabe que tiene un hijo acá que pregunta por su padre.
Pablo sabe que yo estoy con el -sentenció.