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“El Concejo Municipal sancionó la ordenanza de forma unánime en 2009. Y la prohibición definitiva, que también fue unánime, empezó a regir en marzo”, asegura el concejal que impulsó la norma.
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Para evitar confusiones entre los vecinos de la ciudad, la secretaria de Comunicación y Desarrollo Estratégico de la Municipalidad, Andrea Valsagna, aclaró de entrada que la ordenanza sigue vigente. De todos modos, como aún no fueron notificados del recurso de amparo presentado no pueden omitir opinión pero “sí vamos a dar todos los argumentos que la justicia requiera”, dijo.
Tras recordar el largo debate que tuvo la sanción de esta norma (cuya versión original data del año 2012) y de los tiempos contemplados para su implementación, la funcionaria contó que la semana pasada se reunió la comisión de seguimiento de la Ordenanza -integrada por referentes del centro comercial, supermercados, Ejecutivo municipal y concejales- y “se hizo una evaluación muy positiva de su puesta en marcha, en especial, por la buena receptividad que tuvo en la ciudadanía”.
Y destacó que esta medida “no es la única política ambiental que tiene el municipio, por tanto no debe mirarse en forma aislada, sino que forma parte de un conjunto de decisiones vinculadas a la gestión de residuos urbanos que se fueron tomando”. Y citó, como ejemplo, la ordenanza para separar residuos en domicilio y la que regula a los grandes generadores de basura.
“Cuando se aprueba este tipo de normativa, siempre se afectan intereses y el sector empresario tuvo tiempo para adaptarse a los cambios”, finalizó.
Evitar la “ruina económica”
La finalidad de la modalidad de presentación jurídica elegida (la acción de amparo y la medida cautelar) es “evitar el perjuicio irreparable que se generaría al accionante, de no darle respuesta inmediata a su planteo, aún antes de la sentencia definitiva”. En caso de adoptar otra medida procesal distinta, “conllevaría un enorme recurso de tiempo con la ordenanza en aplicación, llevando a la ruina económica a mi mandante, y a los trabajadores allí empleados”. En el escrito argumentan que esto es así puesto que “las multas a los comercios producen un efecto cadena el cual se ve reflejado en la merma sustancial de compras, máxime teniendo en cuenta que la propaganda de la campaña consiste en pegar en locales comerciales el afiche “No más bolsas plásticas”, el cual parecería incluir no solo las bolsas tipo camiseta de polietileno o polipropileno sino aún más, cualquier bolsa realizada con plástico o polímero (bolsas tipo riñón, polímeros vegetales,etc.). Dan cuenta de ello que numerosos comercios ya han suprimido su compra de bolsas plásticas de todo tipo”.
Para fabricar 1000 bolsas de papel se necesitan 47 kg de petróleo, para fabricar 1000 bolsas plásticas se necesitan 32 kg del mismo material. Es decir un 32% menos . Y mientras las bolsas plásticas son reutilizables en una gran cantidad de veces, las de papel no lo son, generando éstas un 80% más de residuos sólidos.
Por unanimidad
El concejal Carlos Suárez fue uno de los impulsores de la ordenanza que prohibe la entrega de bolsas plásticas. Formaba parte del Cuerpo en 2009, cuando se sancionó la norma madre, y lo integra ahora, con la resolución de su entrada en vigencia el 1° de marzo de 2017.
“El Concejo Municipal sancionó la ordenanza de forma unánime en 2009. Y la prohibición definitiva, que también fue unánime, empezó a regir en marzo”.
“La prohibición de la bolsa camiseta tiene un doble impacto: por un lado el ambiental, y para darse cuenta de eso no hay que ser especialista, con buscar en internet se encuentran videos sobre el tiempo de degradación de una bolsa plástica —entre 350 y 400 años— y el polímero de petróleo que la compone que contamina el medio ambiente. Por otro lado, en la ciudad estas bolsas son las que terminaban tapando los desagües y las cloacas por la mala utilización. Y hay que ver cómo desde que se empezó a implementar la ordenanza el paisaje en la ciudad ha cambiado; ya no vemos miles de esas bolsas en la calle porque se utilizaban para sacar la basura, se mal utilizaban porque se distribuían muchísimo. Creemos que no sólo fue una solución ambiental, sino también hídrica y ha sido bien aceptada”.
Respecto a la consulta sobre si tuvieron en cuenta la situación de las empresas al elaborar la norma, Suárez dijo: “Consultamos al Inti sobre qué implicancia tenía trabajar con el polímero vegetal, si significaba alteraciones en la máquinas, si era costoso o si era difícil enfrentar la inversión y nos respondieron que la adaptación es sencilla. Esto fue en 2015, cuando las importaciones del polímero no estaban regularizadas. Hoy ya es distinto y hay una empresa que fabrica el polímero vegetal y hay intenciones de que se instale dentro de unos años en la afueras de Rosario”.
¿Qué dice la ordenanza?
La Ordenanza Municipal N° 12303 estableció: “Prohíbese en los comercios de la Ciudad de
Santa Fe la utilización de bolsas plásticas a los fines de la entrega de mercaderías allí comercializadas. Entiéndese por bolsas plásticas, las de tipo camiseta confeccionadas en polietileno, polipropileno o cualquier polímero artificial no biodegradable. Quedan expresamente excluidas de la prohibición establecida, las bolsas utilizadas para el envasado de alimentos. La prohibición establecida en la presente entrará en vigencia a partir del 1° de marzo de 2017”.