Rubén Sánchez | [email protected]
Entrevista con la psicopedagoga Fernanda Taverna.
Rubén Sánchez | [email protected]
¿Cómo se aborda el tema de los delitos informáticos en el aula?
- En las escuelas seguimos, para estos casos, el mismo protocolo que hay para violencia en general: se parte de escuchar el testimonio del alumno o la alumna que plantea una situación de estas características, que tiene miedo y se anima a contar lo que le sucede, y dejar registrado tal cual narra esta situación. Inmediatamente se da a conocer a la supervisión escolar, y a partir de ahí se hacen las denuncias correspondientes o se llama a los equipos socioeducativos para la intervención inmediata. Un cambio de paradigma importante es que se parte de confiar en que los chicos que cuentan una de estas situaciones están diciendo una verdad. Después se verá que pasó y como pasó, y se seguirán los pasos correspondientes. Pero antes se dudaba de la palabra del niño o del adolescente y hoy se parte de que es cierto lo que nos está contando y que inmediatamente hay que hacer una intervención. Así que, si bien este protocolo de violencia tal vez no es específico de grooming o acoso cibernético, utilizamos los mismos pasos que en el de violencia.
- ¿Cuál es la manera de prevenir estas situaciones?
- En las escuelas secundarias se trabaja mucho en ruedas de convivencia, donde los chicos plantean sus problemas y las situaciones que les preocupan, y que necesitan de algún aporte del grupo. Por otro lado se organizan talleres y se trabaja específicamente el tema del cyberbullyng (que es violencia entre pares) y se da a conocer esta situación como para que sepan que inmediatamente pueden pedir ayuda. También se trabaja mucho en el cuidado en las redes sociales, cómo se encuentran con otras personas que tienen identidad falsa, cómo se exponen con los datos o las fotos que suben. Los chicos están identificando continuamente dónde y con quién están y el peligro que eso conlleva es que hay gente atenta a estas situaciones. Son los tiempos que se viven, nuestros jóvenes están pendientes las 24 horas del día de las redes sociales; son prosumidores, suben información, fotos, estados, y eso los hace muy vulnerables a estas problemáticas.
- ¿Cuál es el rol de la escuela y cual el de la familia? ¿Trabajan juntos?
- Hablamos mucho en las escuelas de la ética del cuidado, del cuidado mutuo y del rol del adulto. Nosotros lo planteamos en reuniones de padres para que estén atentos y pregunten a sus hijos, aunque los chicos muchas veces no muestran y tienen una vida virtual a la que los adultos no accedemos. Es importante que los padres sepan cómo se manejan estas redes, y que puedan crear espacios donde estos temas se dialoguen para que sepan que enseguida pueden pedir ayuda en la escuela y la familia, para no caer en peligros mayores. Si hay un caso particular a la primera que se informa es la familia para que intervenga. Hemos realizado charlas con especialistas porque a veces hay vacíos legales y cosas que no se saben; charlas con abogados que nos han informado a los docentes y a los jóvenes, sobre que es lo que hay que hacer, vimos videos y películas. El año pasado se trabajó mucho con la serie “13 razones” (13 Reasons Why), porque muchos chicos la habían visto en Netflix, y entonces se conversó en el aula qué era lo que interpretaban. En este caso era más que nada una molestia hacia una alumna en particular, pero en un momento se subían fotos íntimas de esta joven sin su permiso. Aprovechamos que los chicos la miraban y habían leído el libro para traerlo al aula y generar el debate y la reflexión como un objeto de estudio, y crear un pensamiento crítico al respecto.
Antes se dudaba de la palabra del niño o del adolescente y hoy se parte de que es cierto lo que nos está contando y que inmediatamente hay que hacer una intervención”.
En el Código Penal
Pornografía infantil (art. 128): Será reprimido con prisión de seis meses a cuatro años al que produjere, financiare, ofreciere, comerciare, publicare, facilitare, divulgare o distribuyere, por cualquier medio, toda representación de un menor de 18 años dedicado a actividades sexuales explícitas o toda representación de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales, al igual que el que organizare espectáculos en vivo de representaciones sexuales explícitas en que participaren dichos menores. Será reprimido con prisión de cuatro meses a dos años el que tuviere en su poder representaciones de las descriptas en el párrafo anterior con fines inequívocos de distribución o comercialización. Será reprimido con prisión de un mes a tres años el que facilitare el acceso a espectáculos pornográficos o suministrare material pornográfico a menores de 14 años.
- Grooming (art. 131): Será penado con prisión de seis meses a cuatro años el que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma.
Cifra Negra
El 5,1 % de las denuncias recibidas en el Observatorio de Delitos Informáticos de Latinoamérica (Odila) corresponden a grooming y el 3,57 % a pornografía infantil. En el período comprendido entre el 17 de junio de 2016 y el 15 de diciembre de 2017 se recibieron 2.760 denuncias de 21 países (con un promedio de 5,3 reportes por día), la mayoría por amenazas.
Dónde acudir
Además de concurrir a la comisaría más cercana o a los Centros de Denuncias Territoriales del Ministerio de Justicia, en nuestra ciudad se pueden hacer denuncias en:
Operativo "Mercurio"
Por estos días, la fiscalía a cargo de Yanina Tolosa investiga un presunto caso de grooming que involucra a un santafesino de 18 años y tiene como víctima a una chica de nacionalidad española a la que pedía fotografías de índole sexual bajo amenaza de viralizarlas en Internet. La causa se inició a partir de una denuncia realizada el 31 de julio último en la ciudad de Pamplona (provincia de Navarra) por una adolescente menor de edad, según publicó en noviembre este diario. En el caso intervino Interpol Madrid e Interpol Buenos Aires, y la investigación derivó en la Policía Federal.